Deadpool es un anti-heroe algo rudo, bueno debe serlo es un mercenario, el cual busca un lugar en el mundo, una familia tal vez.
Mientras que el tierno spiderman solo es el héroe del vecindario.
Comparten un secreto en común, su identidad. Pero que...
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Sabes aparte de columpiarme por la ciudad, disfruto mucho de jugar fútbol — dijo Lio mientras hacía dominadas con el balón —
Con ese talento pudiste haber sido un profesional mi amor — señaló Guillermo —
Podrías traerme algo de tomar por favor — pidió Lio —
Claro que si, soy tu puto esclavo, pero es más que un honor — expresó Guillermo —
¡Guille! — río Lio algo apenado —
Voy al Oxxo te amo — dijo Guillermo el cual ya estaba algo alejado de Lio —
Lio continuo jugando con la pelota hasta que en una de sus patadas esta llegó hasta el fondo de la cancha donde se encontraban unos chicos.
Cuando Lio iba a tomar la pelota uno de estos la tomó primero alejandola del argentino.
Si Lionel solía ser bastante enojon, pero en esos momentos trataba de no pelearse con las personas.
Me lo podes dar por favor — pidió Lio —
Miren un argentinucho, ¿que eres marica o por que hablas como mujer? — pregunto burlón burlón chico —
Estoy siendo amable, no se si en tu cabeza no cabe razonamiento así que te vuelvo a pedir que me des mi balón — Contesto Lio —
Mira niño estúpido, no entendí nada de tus pinches palabras, así que solo te digo que te largues — dijo el chico tomando a Lio por su camisa —
¿Niño? — río Lio — Yo no soy un niño soy mucho más grande que tu maldito mocoso nalgas miradas — dijo este mirándolo fijamente recordando las palabras de su esposo rizado —
Awww, el enano se cree grandecito — río el chico —
Que no soy un niño y ya fui muy amable — dijo Lio clavando un puñetazo en el rostro del chico para luego empujarlo y tirarlo al piso —
Eso no fue muy hombre araña de tu parte Lio, se dijo el argentino para si mismo.
Lio con sus poderes podría incluso descalabrar a los tres chicos presentes, pero creía que usar de esa manera su capacidad era muy estúpido e inmaduro de su parte.
Perdón me pase, la ira me ganó — se disculpo Lio —
Aunque sus disculpas fueron en vano por que los otros dos chicos se lanzaron sobre el.
¡Oigan pinches morros todos pendejos quitense de encima de mi marido! — grito Guillermo llamando la atención de los chicos —
¡Ay no mamen un deforme! — dijo uno de los chicos completamente asustado —
Y si no dejan de molestarlo les dejaré el rostro igual — amenazó Guillermo —
Vamonos — dijeron estos para luego salir corriendo —
