Una familia disfuncional

Cap4. La cacería.

"¿Fue solo un presentimiento ¡¿o una visión?!" Pensó el chico al teletransportarse cuando Ayla le explicaba sobre el estrato de los nobles. Sus pupilas tambaleantes y aquella pausa en el caminar del chico indicaron algo inusual.

-¿Qué te ocurre?

Sus dedos toquetearon su cuello.

-Nada... creo que debo ir al baño.

-No me importa, no perderé más tiempo contigo. Sígueme ahora.

El chico apretó los dientes. El sonido de la tierra y hielo en sus zapatos parecía un sonido llamando a la desgracia. 

-(No quiero que eso suceda. ¡Debo encontrar una salida!)

-No intentes escapar. Yo se precisamente lo que estás pensando. De alguna forma sabes que ellos te probarán ¿Cierto?

-Hk

 Mordiendo su frio labio, lo cortó.

 Ayla ahora estaba atrás de él. Podía sentir la fría hoja de una espada justo en su cuello, un pequeño corte puede que haya sido el precio a pagar por saber la verdad. Rehusándose a su destino el chico intentó quitar su cuello dando un cabezazo hacía atrás.

-Inútil.

Cayó de bruces contra el suelo.

-Yo también pude atacarte desde un principio, pero te veías tan débil que sería demasiado aburrido. No me equivoque.

-¡Aaargh!

Su pierna fue rebanada en un corte horizontal. Fue un corte en exceso limpio. Para partir su cuerpo así ella debía tener una fuerza monstruosa. 

El grito desvió las miradas de la pelea por lo que estaba ocurriendo a unos metros de distancia. Subaru se sintió asechado por sus acosadores ojos, sedientos por la sangre que no paraba de brotar. 

Junto con las sangre llegaron las lagrimas.

-Maldito demonio.

Sujetó lo que quedaba de su extremidad, inútilmente intentando parar la hemorragia. Sus dedos arañaban su pierna, no media la fuerza con la que su tenso y tembloroso cuerpo reaccionaba.

-Digas lo que digas no me importa. Ahora tu nivel no es más que el de un esclavo, a menos que superes a que las bestias te laman para probar de tu carne o sangre. Ninguna orden de Mamá puede ser ignorada y en este caso cualquiera que lo desee puede probarte.

-...

Una voz masculina alertó de que alguien tuvo la suficiente curiosidad para acercarse.

-¿Qué sucede Ayla? 

-Nada especial, Logres. Si quieres pruébalo, pero como ves, no es muy emocionante.

Un hombre diferente al que lo asesinó estaba parado enfrente. Debido a su posición solo pudo ver su bota de cuero blanco.

-¿Quien se supone que es este? 

-Un nuevo niño. No hay restricciones para matarlo, en cambio se nos incita a ello solo en lo que resta de la noche.

-Interesante... De acuerdo, no me gusta perder mi tiempo con débiles así que deja que termine de regenerarse. Yo avisare que la caza comienza.

-Re-regenerarse

Ciertamente su mitad inferior se sentía extraña. Al investigarlo pensó que otra vez estaba alucinando. Con grotescos hilos de carne, musculo y tendones se creaba un puente entre su parte faltante y él. Lentamente, su propio cuerpo jalaba reclamando su complemento.