Lee Felix un alfa dominante al que todos creen como el chico frío, con su característica mirada fría, vestuario de color negro, tatuajes adornando su brazo izquierdo, perforaciónes en sus orejas. Es el tipo ideal de cualquier omega, sin embargo todo...
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Un pelirosa iba bajando las escaleras de su casa tallándose sus ojitos con sus manitos hechas puño.
Iba a pisar el último escalón para llegar a la sala dónde se encontró con varios ojos puestos en él.
—Pero que lindo te queda esa pijama Hyunjinnie. —silbo Jeongin, Hyunjin se miró y se dió cuenta que llevaba puesta su pijama de huronsitos, sus mejillas se tiñeron de un rosa fuerte.
—¿Por qué todos ustedes están aquí?. —preguntó adentrándose más a la sala, donde vió a sus amigos como a los de sus hermanos y a ¿Felix? que estaba con un sueter negro.
Su lobo empezó a corretear por querer estar en los brazos de su alfa.
—Oh si, tú no sabes, —el peliazul se llevó una palomita a la boca —¡hoy es noche de pijamada!.
Y en efecto todos estaban en pijamas Chan junto a Minho en un pijama combinado, al igual que Changbin y Jisung, Eunwoo y Sanha, Felix estaba sentado solo.
—Pero siéntate, ya va a empezar la película. —chilló Jeongin.
Hyunjin buscó donde sentarse hasta que halló un asiento al lado de Felix. Se dirigió al lugar.
—¿Pu-puedo sentarme?. —preguntó sonrojado.
El pelinegro solo se hizo a un lado. No podía responder estaba tan hipnotizado por lo adorable que se miraba el omega en aquel pijama que solo queria apretujarlo y no soltarlo.
—¿De qué es la película?. —preguntó Hyunjin viendo a Eunwoo.
—De terror. —respondió.
El pelirosa hizo una mueca de desaprobación.
—A mí me da miedo. —susurró bajito, pensando en que nadie lo escucharía, sin pensar que el alfa a su lado si lo escucho.
La película empezó, todos los omegas estaban con sus alfas, cuando había una escena terrorífica solo abrazaban a estos.
Mientras Hyunjin aguantaba sus ganas de llorar y acurrucarse contra el alfa a su lado, sus hermanos sabían que a él no le gustaban este tipo de película. Tomaba entre sus manos la tela de su pijama cuándo miraba algo. No pasó mucho cuando no aguanto y escondió su rostro en el pecho de Felix quién quedó paralizado ante el gesto repentino del omega.
Hyunjin aspiró el delicioso aroma de Felix al darse cuenta de la posición en que estaban levantó su cabeza rápidamente.
—Y-yo lo si-siento. —Hyunjin no espero que Felix lo volviera a poner en la misma posición en que estaban.
—Tranquilo, —susurró —ya no tengas miedo. —sobo la espalda contraria haciendo que Hyunjin se sintiera protegido.
Pasaron alrededor de dos horas y todos los omegas estaban en un profundo sueño. Hasta los alfas empezaban a cerrar los ojos.
—Hay que llevarlos a sus habitaciones. —dijo Changbin.
—Está bien, —habló Chan —Eunwoo se quedará en una de las habitaciones para visitas junto a Sanha, Jeongin con Seungmin en la otra —miró a Felix —y tú dormirás con Hyunjin, no se te ocurra pasarte con él. —lo señaló con su dedo.
—¿Por quién me crees hombre?. —puso sus ojos en blanco.
Cada uno tomó a su omega en brazos, Felix se dirigió a la habitación del pelirosa gracias a Changbin que le dijo donde quedaba. Al entrar se encontró con una habitación con un color de paredes azul pastel, teniendo esta un escritorio donde se podía observar unos cuadernos y una lámpara, un tocador en la esquina derecha, dos sillones de color blanco, un estante lleno de libros, la cama grande al centro con mantas blancas y unas almohadas color rosa suave, dos puertas que seria para el vestidor y el baño.
Recostó a Hyunjin en la cama y lo arropó con las sábanas se iba a alejar hasta que una mano lo detuvo.
—Lixie, —susurró somnoliento —no te vayas. —pidió.
—No me iré bonito. —acarició un mechón rosa.
Felix se recostó a un lado de Hyunjin viéndolo fijamente.
Ambos se sentían bien al lado del otro, su calor, su olor, simplemente les gustaba sentir ese sentimientos que poco a poco iba saliendo aunque ya lo sintieran en su corazón.
—Eres muy lindo omega, —susurró cerca del rostro contrario —tú eres mi lindo omega. —volvió a decir para dejar un beso en la frente del menor.
Así cayendo ambos a los brazos de Morfeo. Sin saber que dentro de un día sus sentimientos saldrán a flor de piel, donde sus lobos terminen de conectarse y donde una historia empezará a surgir.
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