Lee Felix un alfa dominante al que todos creen como el chico frío, con su característica mirada fría, vestuario de color negro, tatuajes adornando su brazo izquierdo, perforaciónes en sus orejas. Es el tipo ideal de cualquier omega, sin embargo todo...
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3 meses después...
Cuatro pequeños cachorros se encontraban en el jardín de la casa de los Lee Hwang tomando su picnic mientras hablaban como señoras.
—Yo apuesto 20 dólares porque ahora nace mi sobrino. —dijo Sana llevándose un jugo a los labios.
—Yo apuesto los ahorros de Jungwoon por que no sé porqué. —puchereo Jungmin.
—Eres la cosita más tierna. —Yeonjun tomó los cachetitos del más pequeño.
—Ya Yeonjun déjalo. —habló Jungwoon.
—Pero si no estoy haciendo nada ma...
El cachorro no terminó la frase ya que desde la sala se escuchaban gritos y quejas.
Al voltearse pudieron divisar a un pelinegro cargando a un rubio.
—Hyunjin ha roto fuente, ¡repito mi omega ha roto fuente!. —exclamó Felix.
—¿Qué es eso de romper fuentes?. —preguntó Jungmin.
—Así como todos nosotros hemos nacido. —respondió Sana.
—¡Pequeños el tío Minho los cuidara!, —habló Hyunjin —luego podrán conocer a su hermanita, los amamos. —le tiró un beso en el aire a sus cachorros.
—¡Adiós papi!. —exclamaron ambos.
El alfa corrió lo más que pudo hacia el garaje, puso a su omega en el asiento del copiloto y él en el piloto, luego de ponerle el cinturón de seguridad puso en marcha el vehículo.
—Respira mi amor. —el alfa tomó una mano del menor para darle apoyo.
—Estoy bien Lixie solo me duele un poco. —habló cansado Hyunjin mientras sentía otra contracción un poco más fuerte.
—Ya bebé.
Al cabo de unos minutos llegaron al hospital de Seúl. El alfa tomó a su omega y lo dirigió hacia el interior siendo recibidos por unas enfermeras que estaban listas con una silla de ruedas.
—Todo saldrá bien bebé ¿si?. —dijo Felix sobando una mejilla de Hyunjin.
El omega solo asintió para luego ser llevado a la sala de partos.
El pelinegro se pasó las manos frustrado por la cara, tanto su lobo como él querían ir donde su omega a darle esa seguridad tanto para él como para la cachorrita.
—Vamos hombre. —una voz tras de él lo hizo girarse, sonrió en grande al ver a sus padres y suegros.
—Papá. —habló siendo abrazado por este.
—Jeongin nos contactó lo antes posible. —dijo la señora Hwang.
