soledad

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Ballister no era muy sociable, su círculo de amigos se conformaba por Diego el escudero, y Ambrosius un tipo que le hablaba seguido.

Apresar de hablar con el seguido, no eran amigos, eran más conocidos. Le agradaba como intentaba aumentar su círculo social aunque a él no le interesará tanto.

Se sentía solo, solo que no lo diría en voz alta, cuando descansaba su interior le decía que necesitaba un abrazo.

Le facina estar solo pero, no estar solo alrededor de personas que son alegres con sus amigos o parejas.

Cada noche se preguntaba, ¿Es bueno vivir en soledad?, Eso era absolutamente todas las noches, por más cansado que estuviera.

Su habitación se sentía fría y vacía, como si faltará algo, alguien. Para dejar de sentirse así.

Se dedicó tanto a ser caballero, y que ganó?.

Soledad y un amor imposible según el.

Ambrosius el estudiante modelo, desendiente de Gloriana, tallado por angeles.

En toda su estancia le enseñaron que sangre debía ser derramada. Sabía que sin importar de quien era, era sangre.

Se sentía similar a un mounstro, siendo rechazado por la mayoría a partir de algo que no controlaba.

Su clase social.

Nunca faltó cierto comentario clasista en su vida. Eso le atormentaba psicologíamente, aún siendo el mejor de la escuela o de la nación, lo seguirían juzgando.

Por eso se sorprendió cuando Ambrosius lo trató por primera vez como un igual,  la primera vez que lo conoció.

Sintió tal calidez y calma que era feliz. Lo acompletaba en todo sentido, algunas veces pensaba en quien sería la persona que le robara suspiros a Ambro.

Pasaban los años, y cada vez eran más cercanos, los mejores amigos de hecho.

Siempre estaban juntos en clases, juegos, de vez en cuando ambos estaban en la casa del otro. Ya unas cuantas noches no preguntaría si es bueno estar solo.

Finalmente sentía ese amor que se le fue denegando por su estatus y aunque seguía con cierta preocupación era mejor que nada.

Aunque no muchas cosas duran.








Cómo esto.

Ballister corría sollozando, Amanda se le había declarado a Ambrosius, se sintió horrible,como mil agujas atravesaron su corazón.

Amanda era la chica que el sospechaba que le gustaba a Ambrosius, tenía cabello negro, piel canela como le gustaba a Ambrosius.

Ambrosius corrió detrás de el, sin importarle en lo más mínimo Tod.

Cuando llegó al cuarto de Ballister tocó la puerta.

Toc, toc

Pasa_ hablo con voz quebradiza Bali.

_No me interesa en lo más mínimo ella_ el menor paro de llorar al escuchar esas palabras del mayor.

_e- entonces quien?_ que al rubio le gustará alguien no era secreto.

Ambrosius solo se acercó a Ballister dirigiendole la mirada, acariciando sus mejillas, donde minutos antes corrían las lágrimas.

Le dolía demasiado ver a quien ama llorando, y aún más por su culpa.

El menor captó la indirecta, abrazo al rubio dándole piquitos en los cachetes.

Nececitaba ese momento para recuperarse, cansado se recostó sobre el cuerpo de su ahora novio que lo atendía con tal cuidado pareciendo un muñeco de porcelana.

El menor se dejaba acariciar, era terapia para el después de tantas noches en soledad.

Esas tres palabras lo hacen estar en paz, consigo mismo.

"Te amo Ballister"

Era lo único que deseaba escuchar para ser feliz.

Aclaraciones:

Ambrosius y Ballister no dependen del otro, el otro le da calidez a su vida y le ayuda a superar sus traumas.

Ambrosius le dijo a Ballister que le gustaba alguien de cabello negro y piel canela.

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