Libro ① Control de Ira para Alfas ▴ ➋ ▵

142 14 4
                                    



dos




A esta hora, el parque debería haber estado más concurrido, pero los cielos nublados hicieron que la mayoría de los humanos perdieran el interés por las caminatas, por los juegos al aire libre o por trotar. Zee se sentó en el césped junto a Saint e inhaló, absorbiendo el aroma de la hierba y de la vida. No era como en la naturaleza salvaje, el olor a concreto siempre estaba allí, recordándole la forma en que el hombre había domesticado lo silvestre, pero esto era agradable de todos modos.

Saint se apoyó con la cabeza en el hombro de Zee y miró hacia el cielo. "Esto es agradable. Fue una buena idea venir aquí".

Zee estuvo de acuerdo. Después de enviar a Joss de vuelta con la manada, se preguntó adónde podría ir con su compañero. Un bar o un restaurante no le parecía del todo adecuado, tampoco ir a alguna de sus casas. Al final, eligió el parque y su elección resultó ser bastante inspiradora.

"Sabes, esto es extraño", dijo Saint. "Realmente siento como si te conociera desde siempre, incluso aunque nos acabamos de encontrar".

Zee envolvió un brazo alrededor de los hombros del dulce cuerpo de su acompañante. "Siento lo mismo. He escuchado mucho sobre la atracción hacia tu compañero de alma, pero nunca esperé que pudiera ser algo como esto. Aun así... yo todavía quiero cortejarte apropiadamente".

"¿Cortejarme?" La sonrisita en la voz de Saint divirtió a Zee a su vez. "Supongo que podría estar de acuerdo con eso".

Zee lo miró directo a su cara y se encontró con los encantadores ojos de Saint. "Quiero aprender todo lo que estés dispuesto a decirme. Hay tanto que no sabemos el uno del otro, grandes cosas, pequeñas cosas, cosas vitales".

"Tenemos tiempo", respondió Saint, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Zee. "Nosotros tenemos todo el tiempo del mundo."

Zee se movió hacia atrás, planeando acostarse en el pasto y jalar a su pareja consigo. Inesperadamente, Saint soltó un suave suspiro y se puso rígido, una mueca de dolor retorciendo sus hermosos rasgos.

Zee se alarmó de inmediato. "¿Qué pasa? ¿Qué está mal?"

"No es nada." Saint suspiró. "No, eso es una mentira. Supongo que deberías saberlo, ya que quería decírtelo de todos modos. Esto es el por que estaba tomando las clases de control de la ira".

Zee parpadeó, sin entender. Pero la sonrisa triste en el rostro de Saint le hizo querer destrozar algo, sin embargo esperó en silencio a que su compañero hablara. Saint se puso de pie e hizo rodar su hombro, como si estirara una torcedura con ello. "La cuestión es... que soy un shifter halcón. Por nuestra naturaleza, nosotros anhelamos a nuestros compañeros, por el amor y la unión que solo un vínculo verdadero puede darnos. En realidad, no es tan inusual que un shifter tipo falco tenga interés solo en miembros del mismo sexo, así que no pensaba demasiado en ello. Tal vez debería haberlo hecho..."

"¿Qué pasó?" Zee preguntó en voz baja.

"Mis padres me animaron a conocer a halcones hembras de otras parvadas. Estaba sorprendido. Pensé que ellos se habían dado cuenta de que a mi no me gustaban las mujeres en un sentido romántico. Pero cuando se los dije... Mi padre reaccionó pobremente. Él.. él casi cortó mi ala".

Zee se precipitó en sus pies y gruñó. Puede que él no sea un cambiaformas de ave, pero sí sabía lo que eso significaba. Dañar el ala de un shifter ave era lo peor que alguien posiblemente podía hacer. Eso se consideraba un castigo reservado solo para los peores individuos. "¿Cómo se atreve? Voy a... yo..."

∼RepercusioneZS∽ de la Manada SolitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora