𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐕

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Hacía meses que no escuchaba ese nombre.

-¡MIARE!

-¿Sí?

-Dijiste que ibas a venir a la fiesta de inauguración, ¿dónde estás?

La fiesta... se me había olvidado por completo.

-Estoy de camino, ya sabes cómo es el tráfico

-Date prisa, los invitados van a llegar en menos de un minuto

Colgué el teléfono y me vestí lo más rápido que pude, poniéndome uno de mis vestidos favoritos, era rojo, algo largo, alrededor de las rodillas y tenía un escote que podría hacer a todos los hombres babear solo de verlo.

Le pedí a Caleb que me llevará, ya que siendo algo relacionado con el trabajo no sospecharía de que fuera una fiesta, al llegar a la discoteca me baje del coche y me dirigí a la entrada para enseñar mi identificación.

-Miare... cuanto tiempo sin verla, entre por favor.

-Gracias

Al entrar no pude evitar fijarme en todo el mundo allí presente, quien te iba a decir que todos estos ricachones alguna vez me han contratado, reí ante mi propio comentario y me dirigí a la barra para pedir dos chupitos de
Vodka Spirytus, mi bebida favorita sin duda alguna.

Pasaban los minutos y seguía notando a alguien conocido clavándome la mirada como si quisiera algo de mí, por lo que decidí acercarme después de tomarme sin remordimientos mi cuarto chupito para ver qué quería de verdad.

--Cuanto tiempo sin verte, te ha comido por completo la riqueza por lo que veo.

-Vamos Ford, sabes que eso no es verdad.

-Mírate, estás hecha una adulta ya, abriendo tu propio negocio, trabajando tú sola, aún recuerdo cuando todavía te tenía que enseñar a apuntar

-Déjate de lloriqueos Ford

Los dos nos reímos y seguimos charlando toda la noche mientras le contaba todo lo que había pasado en estos años en los cuales no estuve con él. Se paró todo por un instante y empezó a sonar mi canción, mejor dicho, nuestra canción, I feel like im drowning.

Ford agarró mi muñeca y me llevo al centro de la pista, agarrando mi cintura firmemente y mirándome a los ojos, moví mi cabeza hacia un lado para evitar su mirada con la cual sentía que me estaba desnudando. Para mi sorpresa, Ford agarró mi cara y la subió para que, otra vez, conectaramos miradas y pudiera sentir mi cuerpo arder de nuevo.

-Ojos en mi Kyara, hoy quiero que solo te fijes en mí, no mires a nadie más, solo estamos tú y yo en esta fiesta...

Estaba demasiado borracha como para decirle nada, así que simplemente dejé que él tomara en control de la situación y me deje llevar, sus labios cada vez se acercaban más a los míos, mientras que cantaba cada palabra de la canción como si yo fuera la protagonista de su noche, lo cual me ponía cada vez más... Hasta que ya no pude más y sujete su cara entre mis manos para después darle un beso el cual me estaba aguantando desde que le había visto hace más de una hora, el cual fue correspondido, subió su mano por mi cintura como si nadie pudiera vernos, como si solo fuéramos él y yo en esta discoteca...me sentía en las nubes con él.

-No sabes lo mucho que esperé este momento Kyara.

Deslizó sus manos hacia mi culo y pude notar su cuerpo presionándose contra el mío y lo que posiblemente fuera una erección tocando el interior de mi muslo a la vez que notaba todo el calor que emanaba de su cuerpo éramos como adolescentes que querían quitárselo todo de encima de una vez.

No sé si era por las cuatro copas que me había tomado o simplemente porque él me estaba haciendo sentir de esta manera, me daba igual, iba a disfrutar de cada momento de lo que estaba pasando entre él y yo en esta fiesta.

Noté una mano tirando de mí hacia él y agarrándome fuerte de la cintura, apartándome rápidamente de Ford, el cual ya había conseguido subirme el vestido con facilidad y, si no fuera por este chico, todo el vestido.

-No vuelvas a tocarla- alcé mi cabeza y conecté miradas con el que posiblemente fuera el único que podría salvarme ahora... Caleb.

-Solo nos estábamos divirtiendo, relájate.

Note el agarre de mi hermano todavía más fuerte de lo normal, lo que hizo que me alarmara.

-No voy a dejar que pase esto, no otra vez Kyara.

Otra vez... mi corazón se paró al recordar todo lo sucedido en esa fiesta...

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-Vamos Kyara, solo será esta vez, déjame hacerlo

-Te he dicho que no me apetece Max.

-Ahora después de provocarme ¿Vas a decir que no? Solo eres una zorra la cual todo el mundo quiere follarse- dijo mientras se reía-¿Dónde está tu hermanito ahora cuando de verdad lo necesitas?

Rompí en lágrimas mientras él agarraba con fuerza mis muñecas, dejándome inmovilizada en mi propia cama, le miraba a los ojos y no podía ver nada...ni una pizca de amor hacia mí, solo lujuria, él sabía lo que quería y, en la situación en la que estaba, lo iba a conseguir.

Me ató las muñecas con cuerdas enganchadas a mi cabecero, mis piernas estaban atadas a las patas de mi cama...no podía mover ni un centímetro de mi cuerpo, empezó a mover sus manos alrededor de todo mi cuerpo tocando todo lo que quiso sin limites, dejando marcas en cada una de las partes que tocaba.

Lo hizo, sin remordimientos, dejándome en la cama, sangrando y llorando haciéndome creer que yo le había provocado, como si fuera la que le había obligado a violarme esa noche.

Empezó a amanecer y todo el mundo empezó a irse, Caleb decidió subir a mi cuarto, simplemente a ver si seguía dormida y que no había pasado nada, nunca perdonaré nada de lo que le hizo a Caleb ese día... yo solo tenía 16 años y el tuvo que ver a su hermana, la cual él dijo que protegería con su vida en ese estado, algo en él se rompió ese día, nunca volvió a tratarme igual...

-Caleb, por favor, déjalo, no quiero meterte en esto

No pude controlar mis lágrimas, estás salieron sin más, lo cual hizo la situación aún peor.

Mi hermano me abrazo lo más fuerte que pudo, me sentía en paz... podría quedarme aquí todo el tiempo del mundo mientras los demás miraban, me daba igual, estaba con él y eso era lo que importaba.

-Vámonos a casa, aquí no estás segura

No espero a que le contestara y simplemente me cogió en brazos como si fuera una niña, ¿O acaso todavía lo era? Y me llevo a casa sin pensarlo dos veces, dejando ahí a la que posiblemente fuera su polvo de esta noche.

𝐔𝐥𝐭𝐢𝐦𝐮𝐦 𝐕𝐨𝐭𝐮𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora