La suerte nunca estuvo del lado de Miles.
Dónde hubo un apocalipsis zombie, bestias y cambiaformas, el mundo que conocemos ya no existía.
O donde Miles tuvo que sobrevivir a pesar de haberlo perdido todo.
#AU!Omegaverse
La supervivencia por la comida era algo a lo que definitivamente ya estaba acostumbrado, sobre todo porque las personas que llegaban a tratar de robarle eran increíblemente inútiles para cumplir el labor de un atraco.
Mayormente eran betas o incluso omegas los que intentaban robarle aunque sea un poco de su comida. No era alguien egoísta pero ese tipo de personas que ni siquiera se daban la molestia de buscar algo lo sacaban de quicio.
Ni aunque fuera un alfa el que le intentara robar la dejaría.
Si algo le había enseñado su tío Aaron antes del apocalipsis, era que por más que sus instintos le dijeran que ceda a la voz de un alfa. Nunca se deje dominar por estos.
De hecho si no fuera por las enseñanzas de este, tal vez ni siquiera estaría donde está en este preciso momento.
Obedece, Omega – refunfuñó el alfa, usando su voz de mando, buscaba doblegarlo y obligarlo a que le dé parte de sus alimentos.
Era tan molesto, Miles quedó inmóvil por un momento. ¡Ahg! Sus instintos le gritaban que obedezca, aunque su instinto de supervivencia fue más fuerte, con una fuerza que ni siquiera sabía que podía tener.
Terminó por darle un golpe en la cabeza, logrando que aquel desconocido se desmayara y finalmente llevar su cuerpo a una parte alejada. Esperando con todas sus fuerzas que los monstruos terminen devorándolo.
Llevaba días buscando una pequeña cantidad de los últimos recursos que necesitaba para terminar a lo que llamaba "La cura". Al tener tanto tiempo sin no poder hacer nada más que buscar sobrevivir al mundo actual, comenzó a investigar y experimentar con los cuerpos de los zombies, cambiaformas y monstruos que terminaba de matar.
Estaba casi al cien por ciento seguro de que existía una planta que lo ayudaría a crear una posible cura para el "Virus zombie" como lo llamaba el.
De hecho, en estos momentos se encontraba de camino a una de las bibliotecas de su ciudad. Con la esperanza de encontrar más elementos con los cuales experimentar para lograr su antídoto.
Y aunque siempre se negara, la posibilidad de encontrar a otra persona no infectada le llenaba de completa felicidad.
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Bien, en estos momentos no se encontraban en una buena situación. No, mejor dicho. Estaban en una pésima situación.
¡Hey! ¡¡Hey!! ¡Baja la navaja por favor! ¡Miguel no te va a hacer nada! – Peter estaba comenzando a desesperarse porque aunque trataba de que el chico se calmara, este ignoraba sus palabras y apuntaba a O'hara con una mirada desafiante, retándolo.
Los gruñidos de Miguel no se hicieron esperar ¡Ese niño estaba colmándole la paciencia! ¡Se atrevía a desafiarlo como si nada! Esas acciones hacían que el moreno quisiera lanzarse a atacar al muchacho, quien no había apartado su mirar del alfa, buscando pelea.
Mocoso... Muévete antes de que comienze a golpearte –
Quiero ver qué lo intentes –
Antes de que ambos comienzen a golpearse como gatos y perros, el castaño se interpuso entre ambos. Lo que hizo que voltearan a ver al alfa.
¡Ahhg! Dejen de pelar, si siguen así van a despertar a May – volteó a mirar al omega, tomándolo por los hombros – Sé que estás algo asustado pero quiero decirte que Miguel no es ningún peligro, créeme, por favor.
Peter desprendía un aroma tan relajante y relativamente dulce, que lo hacía sentir protegido y acompañado. El ambiente que hace unos momentos era abrumador, ahora era muy calmado.
El omega se detuvo por unos momentos, observando todo a su lado de manera lenta, como si analizara su alrededor a pesar de saber perfectamente el cómo eran todas y cada una de las paredes de esa habitación. Bajo la navaja que había sostenido con todas sus fuerzas, hasta este momento y la dejó caer al suelo, como si fuera una señal de paz.
Su cuerpo se relajó un momento, no se había dado cuenta cuando comenzó a retener el aire que en este momento estaba soltando.
Chico... ¿tu nombre? – pregunto Peter, aún transmitiendole un entorno de paz y calma, que relajaban al omega del más bajo.
Pavitr, Pavitr Prabhakar – murmuró por lo bajo.
O'hara, quien se encontraba callado desde el inicio de la conversación, aclaró su garganta antes de hablar.
Y tú ¿Estás solo o hay alguien adulto con quién convives? – preguntó
Solo, completamente solo desde el apocalipsis –
La habitación se quedó en completo silencio.
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Mientras veía como acomodaba el Au, me di cuenta de que hasta ahora me los imaginé como Spidermans.🦆...
Aparte de que viendo cómo me imagino el mundo y ni siquiera eso describí hasta ahora.