El Experimento Callasage

3. Un Diamante en Bruto.

Musica, colores, baile, escenarios, actores, publico, luces, cámara, y acción.

Entre la gran multitud en la ciudad de New York, en la avenida Broadway se encontraba una enorme fila afuera esperando para deleitarse con los espectáculos que directores y productores habían preparado para el público.

Dentro de los camerinos un montón del personal se paseaba de un lado a otro coordinando los últimos detalles, Protagonistas en sus camerinos, bailarines estirándose, otros repasando el guion, pero la mayoría estaba haciendo practicas vocales antes de salir al escenario.

Entre toda esta gente haciendo su función predeterminada se encontraba ella, sentada en una esquina del set observando a todas las personas estresadas a su alrededor.

Ella lo iba a hacer bien, estaba convencida de eso, se había preparado media vida para conseguir un papel relevante entre las paredes de Broadway, al fin lo había logrado y no lo iba a echar a perder. Aunque no tenía un papel protagónico, ser una de las bailarinas principales de Mouling Rouge ya era lo máximo que había conseguido, tenía contactos, conocía gente en la industria, estaba preparada para sentir el ascenso de su carrera como actriz, pero como sabemos no todo en esta vida es tan fácil de conseguir.

Adrienne Wallace sabía perfectamente lo complicado que era hacerte un hueco en esta industria del espectáculo, ¿Qué le había costado? Bueno, empecemos porque Adrienne ni siquiera se llama Adrienne, tuvo que ponerse ese nombre para que no la juzgaran por el otro, tuvo que irse de casa, mudarse a un asqueroso departamento cerca del área, y sobre todo alejarse de su familia.

—Atención a todos, solo faltan 10min para salir al escenario. —Grito un staff acercándose a un grupo de personas.

Al final del espectáculo Adrienne había ofrecido una de las mejores interpretaciones que pudo haber dado en su corta carrera. A pesar de no ser el centro de atención su trabajo si se dio a destacar recibiendo elogios y muchas felicitaciones.

Se sentia muy orgullosa de su trabajo, de veras que lo sentia, no quiso asistir a una fiesta que tenían organizado para despues del espectáculo, prefirió ir a su casa bajo la excusa de que no se sentia muy bien de la cabeza.

Mientras se encaminaba hacia el metro, las calles de New York como todos los días se encontraban llenas de gente, sujeto su bolso contra ella y se subió a uno de los trenes pensando en su papel de Mouling Rouge, lo tendría que interpretar de nuevo las siguientes tres noches.

Estaba orgullosa, sabía que había dado el cien por ciento de ella, sin embargo, sentia que su trabajo no había sido lo suficientemente bueno. Eso era lo que motivaba a Adrienne, sabía que podía hacerlo mejor, y eso era justamente lo que haría las siguientes noches, hacerlo mejor.

Llego a su departamento totalmente solitario, su roomie había decidido pasarse unos meses en casa de su familia, por lo que Adrienne ahora estaba totalmente sola.

Pidió comida china por telefono y se metió a la ducha, al salir se puso ropa cómoda y se sentó en su sala de estar. La comida llego minutos despues y se dispuso a disfrutar de su comida viendo un documental de ballenas.

En un momento su vista se desvío a la planta que estaba junto a la televisión, esta se había empezado a deshidratar por lo que todas sus hojas estaban caídas y secas. Adrienne dejo su comida de lado y se acerco a la planta para examinarla de cerca.

—Te has secado dos veces esta semana, cariño. —Paso delicadamente sus manos por una de las hojas hablándole despacio. —Te voy a sanar una vez más, y si te vuelves a secar te dejare descansar en paz.

Metió una de sus manos en la tierra de la planta y esta se curó en cuestión de segundos adoptando nuevamente su verde característico y su volumen habitual. Adrienne suspiro y le sonrío amablemente a la planta.