4. La Respiración Del Agua.

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¿Competitividad? Demasiada.

¿Compasión? Meh.

¿Sentido del humor? Muy exagerada.

¿Sarcasmo? Nivel Dios.

¿Inteligencia? Digamos que cuestionable.

¿Responsabilidad? Cero.

¿Optimismo? Nunca le falta.

¿De quién estamos hablando? Asterin Velásquez.

¿Por dónde puedo iniciar? Asterin es la persona más jocosa con una historia demasiado irreal como para ser contada, digamos que nacer en Cuba y tener un talento innato con la natación son dos cosas que no van de la mano si de verdad quieres tener triunfar de alguna forma.

De alguna forma este chico se las había arreglado para salirse con las suyas, tenia estabilidad, un buen trabajo, ganaba premios, tenía seguridad privada y estaba viviendo una vida bastante acomodada por lo que pasarla bien para él lo era todo, no perdía el tiempo haciendo cosas que no queria hacer y siempre se reía exageradamente ante los chistes malos.

Sus padres eran unos empresarios que trabajaban con marcas deportivas, cuando estos tuvieron éxito dejaron Cuba detrás y se mudaron a Atlanta, Estados Unidos, Asterin apenas tenía unos 10 años cuando llegaron a dicho país y eso le permitió de cierta forma vivir el sueño americano, claro que le afecto mucho dejar a su país detrás y a todos sus amigos, pero aunque nunca lo admitiría en voz alta, dejar atrás a su país natal fue lo que hizo que se diera cuenta que existen un millón de razones más por las que debe disfrutar y vivir su vida.

Nunca creció como una persona mimada o presumida, a veces bromeaba sobre serlo, pero nunca se mostró como una persona egoísta, todo lo contrario, a veces cuando nadie lo veía le gustaba ayudar a las personas y jugar con los niños pequeños, eran pequeños destellos de su vida que le encantaba hacer.

Y allí se encontraba, sentado en el piso de la piscina con las piernas cruzadas y ojos cerrados, ya llevaba 23 minutos bajo el agua y no planeaba salir aun, no hasta superar su propio récord, además estaba muy relajado allí debajo sintiendo el agua tocar cada parte de su cuerpo.

Asterin tenía el cuerpo relajado, el agua se encontraba haciendo contacto con cada parte de su cuerpo, toda tensión o estrés en su cuerpo había desaparecido, solo era él y el agua.

Cuando estuvo casi media hora bajo el agua impulso todo su cuerpo a salir de este, cuando salió a la superficie sintió como sus pulmones se llenaban de aire. Su padre lo observaba sentado desde una tumbona con una sombrilla cubriéndolo del sol.

—Treinta y dos minutos, nada mal. —Su padre hizo una mueca mirando el temporizador.

—¿Te vas a beber eso? —Asterin señalo el coctel que reposaba en una de las mesas. Su padre le tiro una toalla y este tomo asiento en la tumbona de al lado.

El señor Velázquez era un hombre alto de piel oliva al igual que su hijo, ambos compartían los rasgos masculinos, pelo rizado, ojos claros, nariz respingada y mandíbula marcada, pero lo que más tenían en común, era en el sentido de humor.

—Si, bébete el agua de la piscina. —Indico este dándole un gran sorbo a su coctel, pero luego de una mirada de desaprobación le paso el coctel a su hijo, quien lo recibió de mala gana.

—¿Qué vamos a hacer mañana? —Pregunto Asterin ansioso porque le dijeran que no harían nada, y esa seria su oportunidad perfecta para precisamente no hacer nada.

—No soy tu secretario.

—Eres mi mánager, es casi lo mismo.

—No es lo mismo.

—Comparten ciertas funcionas.

—Como sea, no soy tu secretario.

—Ni para darme la hora sirves.

—Mas respeto, soy tu padre. —Ambos compartieron una mirada significativa y el señor Velázquez apretó los labios. —Soy tu padre mánager.

—Te voy a subir el sueldo.

—Sin mí ni puedes producir dinero.

—Por eso eres el empleado del año. —Afirmo Asterin con una sonrisa radiante.

Su padre suspiro y se puso de pie dirigiéndose al interior de la casa, Asterin lo siguió, pero al estar recién salido de la piscina estaba dejando gotas y huellas por todo el lugar. Su madre, Stella Velásquez se encontraba sentada en la encimera de la cocina con una computadora al frente, mientras en la cocina la señora Luisa preparaba el almuerzo.

—¡Asterin por el amor de Dios, estas mojando todo! —Expreso Stella reprendiendo a su hijo, quien tomo asiento al lado de ella salpicándola de agua casi a propósito. —Ve a ponerte ropa seca.

—Yo también te extrañe mucho, mamá. —Refunfuño Asterin poniéndose de pie nuevamente para irse a cambiar.

—Nos vimos hace dos horas, Asterin. —Stella rodo los ojos y se enfoco en su esposo, quien la observaba del otro lado de la encimera.

—¿Qué haremos mañana, querida? —Pregunto amablemente el señor Velázquez.

—Mañana es domingo, José. —Afirmo Stella mirando a su esposo con una expresión que indicaba algo obvio para ella, pero en cuanto a él, sabía perfectamente que algo se le estaba olvidando.

—¿Domingo de...?

—Domingo de nada, es solo Domingo. —Respondió evadiendo el tema.

Minutos despues estaban los dos comiendo en la mesa de la casa, habían decidido no esperar a Asterin quien se tardaba horas en arreglarse sin razón alguna. Luego de varios minutos este bajo todo arreglado con una camiseta negra de Burberry y unos jeans básicos.

—¿Estas viendo a alguien? —Pregunto su padre despectivamente observándolo de reojo.

Asterin se sentó en la mesa ignorando intencionalmente el cuestionamiento de su padre y empezó a comer apresuradamente.

—¿Te estan esperando en otro lugar? —Cuestiono su madre mientras tomaba de su copa de vino mirando el apresuramiento de Asterin.

—No. —Respondió con la boca llena. —Tengo que ir al club de natación, anunciaran la siguiente gira, estamos cerca de los juegos olímpicos.

—Claro, la empresa no ha parado de producir los últimos meses. —Comento Stella con orgullo.

—Pues ni modo que vayan todos a jugar desnudos. —Replico Asterin con ironía.

—Lamentablemente no podre acompañarte en la próxima gira. —Comento su padre limpiándose con una servilleta y dejándola de lado. —Tengo que asistir a Tailandia por un tiempo para sellar un trato.

—No hay problema. Seré huérfano durante un tiempo, nada podría malir sal. —Respondió, pero en el fondo se sentia raro al saber que no tendría compañía durante ese tiempo en lugares desconocidos.

—Dos guardias te acompañarán en todo momento, te protegerán, nadie sabe que te espera en esos lugares. —Enuncio Stella mirando a su hijo con preocupación, a pesar de que tuviera 19 años aun lo consideraba su niño, y dejarlo solo por tanto tiempo no era una idea que le agradara del todo.

—Que dos guardias anden detrás de ti todo el tiempo solo significa dos cosas: Que eres alguien muy importante, o que eres un criminal. —Señalo Asterin disgustado por el hecho de tener a dos personas pisándole los pies.

—Exageras. Es solo por seguridad y para que no andes tan solo. —objeto el señor Velázquez.

—Claro. —Asterin afirmo para nada convencido apretando los labios. —Ya me tengo que ir.

—Cuídate, cariño. —Su madre lo despidió con un beso forzado en su mejilla. Asterin logró zafarse de su madre y se retiro casi corriendo a la salida.

Asterin llego al complejo justo a tiempo para enterarse de la lista de países que iban a visitar, al parecer su próxima gira seria en Europa visitando un total de 10 países junto a otros cinco nadadores profesionales.

En tres días visitarían el primer país. Luxemburgo. 

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⏰ Última actualización: Aug 01, 2023 ⏰

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