Amandine
Estaba más que nerviosa, el día de mañana era el concierto donde se suponía que vería a mi papá, o al menos es lo que espero.
Bajé de mi cama y fuí hacia la ventana. Encendí las luces de navidad que había colgado hace poco. No era época pero se veían bastante bien.
La verdad me gustaría que si fuera, que fuéramos una familia feliz como alguna vez lo fuimos.
De que me sirve saber que tengo un padre si no puedo estar con él?
Mis pensamientos fueron divagando y sacándome poco a poco de quicio hasta que mi mamá tocó la puerta.
—Florecilla, lista para el día de mañana?—dijo acercándose a mí.
—No lo sé mamá, no se si realmente quiero hacerlo — contesté.
Mi Madre me vió con tristeza, me envolvió en sus brazos y me consoló.
—Se que tal vez no te sientas preparada, pero tienes que hacerlo. Eres fuerte y estás persiguiendo tu sueño. No tienes que pensar en lo que vaya a pasar, solo sé tu misma—me susurró.
Las palabras de una madre siempre son sabías, pero siempre tienen un mensaje oculto que no captas al momento en que lo dicen.
—Tienes razón ma'—le sonreí.
—Yo siempre tengo razón Florecilla. Anda, a dormir que mañana tienes un día especial— sin más que decir me dio un beso en la frente y salió de mi habitación.
Lo mejor que podía hacer ahora era dormir un poco y esperar a mañana. Tal vez sea un mejor día.
Omnisient
El día tan esperado llegó. Amandine despertó más optimista que nunca en su corta vida. Sabía que le día de hoy iba a ser más que emocionante y perfecto.
Bajó corriendo la escalera a donde se encontraba su tierno vestido rojo con mangas cortas y sus zapatillas blancas con un pequeño tacón.
Saludó a su madre con un beso en la mejilla diciéndole los buenos días, quien la abrazó con cariño mientras pensaba en todo lo que podía llevar a cabo este día un poco preocupada.
Mientras tanto, Aidan cortaba su barba la cual había descuidado por unos cuantos largos años. Arregló su larga cabellera un tanto ansioso, pues después de todo hoy vería otra vez su pequeña hija después de largos y devastadores años.
Las horas pasaban con gran rapidez, ahora solo estaban a 30 minutos del concierto. Amandine un tanto emocionada por lo que pasaría y asustada por saber si su padre estaría ahí, a lo lejos aunque sea.
—¿Estas lista Amandine?—le dijo el chico que manejaba el audio.
Esta solo asintió un tanto nerviosa. Pues abriría el concierto y aunque eran pocas las personas que estaban hasta ahora, tenía miedo de ver a su padre. Teniendo en cuenta que ya casi no recuerda como se veía, le daba miedo confundirlo o simplemente aceptar que no estaba ahí.
—No te preocupes corazón, si? Tal vez vendrá, tu solo da lo mejor de ti y no pienses en lo demás—la animó su madre.
____ solo fue a sentarse en las filas de enfrente, pues a ella siempre le reservaban un asiento cerca de su hija a petición de la mencionada.
A pesar de apenas estar empezando en la industria de la música, era bastante conocida en cualquier evento que abría o en los restaurantes que tocaba. La gente comenzaba a llegar y llegar hasta casi agotar el número de asientos que estaban predestinados.
—¡Tienes que salir ya!—le dijo el conductor.
Amandine solo dió un pequeño respiro para por fin salir. Los gritos de su madre y las personas presentes comenzaron a escucharse, haciendo que la pequeña logre sonrosjarse ligeramente.
Tomando su guitarra y el micrófono sin antes ajustarlo a su altura un poco.
—Cuando yo era niña mi papá se fue de casa, muchos años pasaron y escribí esta canción con la esperanza de que llegara a sus oídos...lo sigo esperando—
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—Yo me acompañaba con las olas...—comenzó a cantar
—esperando, esperandote.....—
A pesar de que esa era la canción con la que siempre habría una presentación, era con la intención de su esperanza, porque sabía de alguna manera podría llegar a sus oídos.
Aidan había llegado un poco tarde al lugar, puesto que su hija ya estaba casi a mitad de la canción. La vió a lo lejos, concentrada y viendo a un punto fijo para después comenzar a escanear el lugar.
Aidan caminó un poco hacia el centro de las sillas para ver si había una disponible, sin embargo al subir la mirada se encontró con los ojos de su hija, los mismos ojos verdes que alguna vez cargó y amó como a nada en el mundo.
Amandine no pudo evitar llorar a mitad de la canción, por fin había visto a su padre después de tantos años. Lo había vuelto a ver.
Sonrió con lagrimas en los ojos y y le dió un pequeño saludo a su papá y siguió cantando.
______ al ver a Aidan no pudo evitar llorar, puesto que en el fondo de su corazón anhelaba con el poder estar con él viendo crecer a su pequeña. Pero entró en razón y simplemente mandó a traer otra silla a su lado para él.
_____ llamó al ojiverde para que se sentara a su lado. Este un poco entusiasmado hizo caso y fue directo a su lugar.
[...]
Al terminar el concierto de Amandine esta fue directo a abrazar a su padre, quien la recibió con los brazos abiertos.
—Te extrañé mucho papá—susurró Amandine.
—Igual yo mi linda muñequita, igual yo—dijo este igual con lagrimas en los ojos.
Mientras _____ veía la escena conmovida. Sabía que en el fondo de su corazón lo seguía amando más que a nada en el mundo. Pero no iba a volver a ser la misma joven ingenua que creía en el amor para simepre. Ya no sería la msima.
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Pᴀ Dᴏɴᴅᴇ Sᴇ Fᴜᴇ?! A.R.Gᴀʟʟɢʜᴇʀ
FanfictionUna historia donde la protagonista, es tu hija. _______________________________ historia inspirada en "Pa donde se fue?- Mon Laferte" pocas escenas 18+ Daddy issues Depresión Y autolesiones Si cree no poder con las advertencias, favor de NO leer e...