2.- TE ENCONTRÉ UN 13 DE ABRIL

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La mañana del 13 de abril, el reino de Mispre despierta para recibir con gozo el nuevo día que se levanta en el Este. A través de los años, "el 13 de abril" ha adquirido una especie de santidad entre los habitantes. Ya que, los monarcas como los ciudadanos del reino se levantan al rayar el alba, desafiando a la fatiga para alistarse y poner rumbo al festivo jolgorio que se celebra en el reino Kromilet.

En el fragor de los preparativos, en lo profundo de la grandeza del palacio real, un joven de cabellera negra y larga sigue enfrascado en sus sueños. Se queja a medida que los rayos del sol, se cuelan por sus amplias ventanas y le niegan conciliar el sueño. Se revuelve de un lado al otro, buscando deshacerse de las distracciones mundanas y prolongar su descanso hasta más tarde.

No obstante, sus deseos son pisoteados por la interrupción de un tercero.

La puerta se abre con un estruendo. Al joven de cabellos dorados le importa poco el ruido que ha provocado, y avanza hacia el príncipe que frunce el ceño a causa del ensordecedor que acaba de resonar.

—Keisuke, ¿por qué sigues en la cama?—interrogó, cruzándose de brazos con aire de exasperación.

El mencionado abrió los ojos, encontrando la mirada crítica de su hermano.

—Ah... eres tú, Takuya—murmuró con aburrimiento, dándole la espalda—déjame dormir.

El menor liberó un suspiro cargado de pesadez antes de hablar—todos estamos esperándote abajo para desayunar... y tú, sigues aquí durmiendo.

—No es necesario que esté presente—replicó Keisuke.

—¿Será qué olvidaste qué día es hoy?—preguntó Takuya, instigando la curiosidad.

—Sí, tienes razón... no sé qué día es tan importante como para interrumpir mi sueño tan temprano—se quejó el de cabellera negra. El rubio rió ante su comentario.

—Hoy todo el mundo va hacia el encuentro con su alma gemela...—explicaba, paseándose con soltura por la grandiosa habitación—en el gran festival del 13 de abril—concluyó. Observó cómo el pelinegro se incorporaba rápidamente en la cama—espero haber ayudado a mi desorientado hermano—añadió con ironía.

Keisuke se regañó mentalmente por olvidar la fecha qué durante los últimos 5 años había cobrado tanta importancia en su vida.

—Hoy iremos a Kromilet...—murmuró.

—Así es—suspiró aliviado Takuya—. Si ya entendiste... entonces, vístete y baja—le indicó, avanzando hacia la puerta—. No nos hagas esperar—y con esas palabras, se fue.

Keisuke permaneció unos segundos observando la puerta, como si ésta pudiese proporcionarle las respuestas a todas las incertidumbres que lo acosaban. La búsqueda de su alma gemela se había vuelto una labor tortuosa, dado que hasta el día de hoy seguía sin encontrarla. Desde que tiene memoria, ha soñado con su alma gemela. Sueños de su vida pasada, de cuando se conocieron. Aquellos recuerdos lo impulsaron a ansiar cumplir los 13 para poder reencontrarse nuevamente.

Sin embargo, ya habían pasado 5 años desde que cumplió esa edad y que había comenzado a asistir al festival en Kromilet. Lo que llevaba a preguntarse si esta vez se encontraría ahí la persona que estaba buscando o si sería como el año anterior, cuando se marchó del festival sin siquiera haberlo visto una vez.

—Mikey, ¿dónde estás?—musitó, abrazando sus rodillas—. ¿Qué tan difícil es encontrarte?

Además de su frustrante situación con su alma gemela, Keisuke debía enfrentar otro dilema: la reacción de sus padres. ¿Aceptarían su relación o no? Todo era incierto para él en este punto. A través de sus sueños, había entendido que sus padres habían hecho todo lo posible para impedir su unión en el pasado, y esa había sido una de las numerosas razones por las que no logró cumplir su promesa.

13 de Abril | BajiTora - DrakeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora