7.- LA VERDAD ES QUE... TAMBIÉN TE AMO

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—Kazutora, te he estado esperando.

—Keisuke... tú estás aquí...

El silencio reinó entre ellos, se quedaron mirando a los ojos del otro sin poder negar aquella sensación electrificante que los recorrió al cruzar miradas. Ambos se encontraban sorprendidos por la presencia del otro.

Keisuke había afirmado que lo estaba esperando, pero en realidad no estaba convencido de que lograría ver a Kazutora esa noche. Las palabras habían salido de su boca antes de que pudiera pensarlas.

Por su parte, Kazutora se preguntaba por qué estaba en ese bosque. Recordaba haber pensado en la partida de Keisuke a Mispre temprano en la mañana cuando salió por la ventana de su habitación, y ansiaba verlo una última vez. Pero no creía encontrárselo en ese lugar, trayendo a memoria todos aquellos recuerdos que intentaba olvidar.

El príncipe se atrevió a dar un paso hacia su compañero, temiendo que este escapara como la última vez que se vieron. Pero Hanemiya no retrocedió ni un paso.

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabías que vendría?

—No lo sabía. Simplemente sentí una fuerte necesidad de verte —confesó Keisuke.

—...

Kazutora sintió que sus mejillas se calentaban, sin saber qué responder. Él también quería verlo, aunque eso era algo que no aceptaría públicamente, al menos no por ahora.

—Y tú, ¿porqué estás aquí? —Ahora era el turno del príncipe de preguntar.

—E-Eso... eso no es asunto tuyo.

—¿Crees que eres bueno mintiendo? —intervino Baji, con una sonrisa.

—¿De qué te ríes, estúpido?... No quería verte —mintió, sintiéndose avergonzado—. Yo no...

Las palabras se quedaron atascadas en su garganta cuando Keisuke lo abrazó de repente.

—Te he extrañado tanto. Por favor, no desaparezcas.

Kazutora, lejos de sentirse disgustado por la cercanía del príncipe, se sintió aliviado por estar en los brazos de su alma gemela.

¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que estuvieron así?

—Déjame ir... Keisuke —susurró, incapaz de zafarse de su agarre.

—No —negó rápidamente—. No sabes cuánto he deseado abrazarte de nuevo. No dejaré que te vayas.

—¿Quieres mantenerme así toda la noche?

—Si es necesario, lo haré —declaró Keisuke, fijando su mirada en Kazutora—. Además, sabes que tenemos mucho de qué hablar.

Hanemiya se tensó, sintiendo cómo la ira crecía dentro de él por todos los momentos difíciles que el príncipe Ken le había hecho pasar en su vida pasada.

—No quiero escuchar tus excusas —se retorció con insistencia—. No las necesito.

—¡No son excusas! —forcejeó con el chico y afirmó su agarre—. Es la verdad que no pude decirte. Te juro que sí planeaba escapar contigo, que no me casaría con la princesa Yuzuha.

—¡Cállate! No es cierto... —dijo Kazutora, con la voz temblorosa—. Tu hermano...

—Él te mintió, nos mintió a ambos —lo interrumpió Keisuke, y Kazutora se quedó quieto—. Lo siento, no me di cuenta de lo que estaba planeando. Si lo hubiera sabido, no habría permitido que te hiciera daño —acarició una de sus mejillas.

13 de Abril | BajiTora - DrakeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora