UNA PAUSA

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- ¿Edward?

Alice abre la puerta de mi dormitorio.
Estoy sentado en la cama en medio, en el respaldo instalado especialmente para Bella. Finalmente tuvo bastantes ocasiones
para usarlo, pero estoy feliz de haberlo
tenido, es un asiento bastante cómodo para
leer. Mi hermana me mira, escucho
en sus pensamientos que Bella me espera
abajo en la sala, y ella no sabe como decirme. Alice es muy perceptiva, se lo debe al tiempo que va con Jasper. Rápidamente se dio cuenta de que algo andaba mal entre Bella y yo.

- ¿Ya está abajo? bajo en un minuto.

-Edward...

"No sabías que ella venía, mentiroso."

- ¿Por qué subiste? Alice me observa con cautela.

“No sabía si decirle que no querías verla o simplemente que habías salido a dar un paseo.

-No hay razón para mentirle, Alice.

- Hace un mes, habrías bajado solo, ante la primera mención de su presencia en un pensamiento.

Dejo mi libro y me levanto de la cama. Alice me agarra del brazo antes de que pueda llegar a la puerta de mi dormitorio.

"¿Qué está pasando, Edward?" No he podido verte en mis visiones durante una semana".

- Alicia, yo...

Su silencio me molesta.

- Tienes boca, Alice. Ahora déjame ir, Bella me está esperando.

Ya hablaremos.

- Te espero aquí esta noche.

- Correcto.

Bajo las escaleras sin convicción, perturbado por la confesión de mi hermana. ¿Ya no ve mi futuro? ¿Por qué?... ¿Tendría eso algo relacionado con lo que Jacob me dijo hace una semana en el bosque?

- ¡Edward!

Bella me sonrió desde el pie de las escaleras, ella parece aliviada de verme. Le devuelvo la sonrisa, pero el corazón no está allí. Y ella lo ve.

Llego al pie de las escaleras y ella me agarra de la mano, llevándome a afuera.

- ¿Dónde está el resto de tu familia?

- Fue a cazar.

Me suelta cuando llega frente a ella el carro.

- Edward… tenemos que hablar.

Cruza los brazos sobre el pecho y respira para darte coraje. Su cabello ondea con la brisa y unas mechas vienen a pegarse
sus mejillas sonrosadas cubiertas con una fina capa de sudor. Ella está ansiosa. Por supuesto que lo es, jugué el ausente por tres días, no yendo verla, no responder a nada de ella ni llamada

¿Qué está pasando, Edward? Va a ¿tener un problema?

Los ojos de Bell recorren cada detalle de su cara redonda. Sus ojos marrones que yo
encontrado tan brillante, sus pocas manchas con pecas, sus labios finos, yo parto unos momentos en su cuello. Su olor,
que encontré tan embriagador, me parece
debilitado ella agarra un mechon de
cabello y comienza a jugar con sus dedos
tiembla ligeramente.

- Perdón.

¿Qué?

Esta no es la respuesta que ella esperaba.
Peor aún, creo que es el que ella a temido sus ojos se llenan de lágrimas y ella me toma de nuevo mano.

- No comprendo.

Su voz es débil, casi un susurro.

- Yo tampoco.

Tomo sus manos en las mías y traerlas a mi boca su calor humano calienta mis labios entonces que deposito un beso en sus dedos.

- Bella creo que necesito tiempo.

Ella arranca sus manos de mí y se acurruca sobre sí misma, abrazándose contra su pecho la miro teniendo la impresión de no verla. Ella solloza frente a mi y yo estoy de brazos colgando, frente a ella, sin poder hacer nada hacer.

Sin querer hacer nada.

- Tiempo ? Cuanto tiempo ?

- No sé. Déjame... un semana.

- Una semana !

Levanta sus ojos húmedos hacia mí, se ve realmente desesperada. Pongo una mano en su hombro y lo aprieto brevemente. Me siento torpe, avergonzado. No sé cómo reaccionar ante sus lágrimas. Se libera y se da la vuelta, apoyando la frente contra la ventanilla de su camioneta.

- Correcto. Volveré en una semana.

- Lo siento mucho Bella.

Ella no me contesta y se sube a la cabina. Ella se abrocha el cinturón sin mirar, sus ojos fijos en la distancia detrás de mí, las lágrimas aún brotan furiosamente en su rostro. El coche poner marcha atrás y no puedo alejarme antes de que ella desaparezca detrás de los árboles que bordean la casa. Entonces surge en mí una ira sorda. Lentamente al principio, arrastrándose hacia mi cerebro, mis pensamientos, luego contracciones
mis músculos, haciéndome apretar los dientes. Rápidamente, llena todo mi cuerpo y se hincha como un fuego interior que busca para prenderme fuego. apenas me contengo a un baúl que pulverizo todo de una vez con el puño. Mi pecho se siente a punto explotar. Ella no me hace empezar, pero parece demasiado estrecho, como si mi corazón antes se hinchara y amenazó con salir.

"¡¿Qué…Edward?!" »

Oigo a Alice corriendo hacia mí con fluido. Ella pone una mano en mi brazo y brazo y me obliga a volverme hacia ella.

Como estas ?

- Yo... Alice, no entiendo esto que me paso.

Inclino mi cabeza contra su pecho y ella me toma suavemente en sus brazos blancos como el hielo.

Ah, Edward.

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