Ch124

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EL MALDITO DEMONIO

C124 ¿Un mentor?

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Rebecca estaba 'tranquilamente' sentada en su fría y dura silla de obsidiana. Ella estaba tamborileando con sus uñas largas y afiladas en los reposabrazos, el sonido resonaba por el vasto salón.

Sus ojos brillaban con una luz oculta pero intensa y furiosa que se dirigía al espacio vacío frente a ella mientras esperaba a ese mocoso desagradable que desafió su posición.

Todos los demonios jóvenes esperaban en el primer piso, preguntándose por qué el juicio no había comenzado ya. Por lo general, debería haber comenzado mientras algunos de ellos estaban aquí para entrenar antes de participar en la prueba. Pero no pueden entrar a sus salas de entrenamiento sin que el alcance lo diga. Ella fue su mentora para esta prueba, quien les dio consejos sobre cómo pasar la prueba.

Por supuesto, aquellos que son elegidos por ella recibieron un entrenamiento especial, pero no todos tuvieron la suerte de ser elegidos.

Sin embargo, podría sentir el peso del aura de su guardiana y podría sentir que no estaba de buen humor, incluso peor que nunca. No se atrevieron a hablar por temor a provocar su ira, pero intercambiaron miradas nerviosas y juguetearon con los dedos.

El silencio fue roto por el sonido de pasos pesados ​​resonando por el pasillo, haciéndose más fuertes con cada momento que pasaban.

Rebecca levantó la cabeza y sus ojos se fijaron en la figura que emergió de la oscuridad. Era Asher, caminando con confianza hacia ella con una sutil sonrisa de suficiencia creciendo de sus labios.

Ella se burló internamente, pensando que él estaba poniendo una fachada de confianza solo para engañarla cuando al final, todos sus vanos esfuerzos para socavarla serían en vano. No podía esperar para hacerle pagar por causar dolor a su pobre hijo.

La presencia de Asher no fue una sorpresa para los jóvenes candidatos que esperaban en el pasillo. Pero se sorprendieron al verlo caminar hacia la plataforma. Inmediatamente inclinaron la cabeza profundamente con respeto y asombro, mientras que ninguno de ellos le dirigió miradas irrespetuosas.

En cambio, la mayoría de ellos sentían envidia de él y deseaban poder convertirse en alguien tan intrépido y encantador como él. Algunos de ellos todavía no podían quitarse de encima la vista de él derrotando a la legendaria Doncella del Infierno, aparte de su ardiente beso con él.

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