Como era usual en el General Mahamatra, este se encontraba caminando en dirección a la Aldea Gandharva listo para visitar a Tighnari y a Collei, la niña a la cual había dejado en manos del primero años atrás. Estos acontecimientos habían transcurrido al rededor de tres años atrás, y aquella niña había crecido bastante bien, después de todo Cyno se había encargado de elegir a la persona adecuada para que cuidara de ella, siguiendo varios requisitos debía ser de buen corazón, inteligente como un erudito, pero no uno, pues la mayoría de estos se creían dioses por sus investigaciones.
Entonces, una persona cruzó su mente, Tighnari era perfecto para ese trabajo, no lo conocía muy bien, no eran lo que se puede considerar como los mejores amigos del mundo, pero tampoco eran desconocidos, y Cyno sabía perfectamente que Tighnari poseía la misma dedicación por el conocimiento como los eruditos, pero que nunca cruzaría los límites de mayor importancia, ya que, siempre había demostrado el mismo respeto por todos los seres vivos.
Por eso, y quizá alguna que otra razón oculta muy en el fondo de su ser, decidió que sería él quien cuidaría de Collei y le enseñaría lo necesario para vivir. Sabía lo cuidadoso y cariñoso que solía ser Tighnari, pues en más de una ocasión lo había observado tratar las heridas y cuidar de los niños enfermos de la Aldea.
Eso sí, cuidar de Collei, para Tighnari, había sido completamente distinto que cuidar a los niños de la Aldea en la que vivía, quizá porque fue un encargo directo del Gran Juez de Sumeru, quien se apareció en medio de la noche en su casa, o quizá fue porque Collei era distinta a los demás niños.
Tighnari jamás olvidaría el día en que Cyno se apareció por su puerta.
Eran aproximadamente las 4 de la madrugada, o quizá más tarde, lo único que el de orejas sabía es que era de noche, y tarde, y que su sueño acababa de ser interrumpido por el golpeteo continuo de su puerta.
Abrió sus ojos en grande con una gran velocidad, pues el ser llamado de aquella forma en medio de la noche solo podía llegar a implicar malas noticias, por lo que de un segundo para al otro se levantó de su cama abandonando toda comodidad para abrir la puerta.
Estaba seguro de que del otro lado se encontraría alguna mujer buscándolo por ayuda, quizá porque a uno de sus hijos se le subió la fiebre en medio de la noche, quizá porque ella misma se había descompuesto, o quizá porque algo le había sucedido alguno de los ancianos de la aldea, pero no se trataba de ninguna de las teorías que pensó, y al abrir la puerta no pudo evitar sorprenderse al observar a la persona en frente de él.
—¿General Mahamatra?—Suelta sorprendido al verlo.
—Lamento la hora, ¿Podemos hablar?—Pregunta el de mayor rango, y no es hasta ese momento en el que Tighnari enfoca su vista en los brazos del menor, descubriendo así a la niña que lleva en brazos.
Confundido, y algo preocupado, el de cabellos verdes asiente haciéndose a un lado permitiéndole el paso a su pequeño hogar.
—¿Qué sucede? ¿La niña... Está bien?—Indaga curioso.
—Sí, lo está.—Responde antes de darle una mirada a la pequeña, a la cual deposita sobre la cama de Tighnari para que continúe durmiendo.—Solo está cansada, tuvimos un largo viaje.—
—Mm oí que te habías ido fuera de Sumeru por un encargo.—Menciona el de cola de zorro mientras comienza a preparar una infusión para ambos.
—Sí, Lisa me pidió un favor.—
—¿Lisa?—Repite algo dudoso el mayor, estaba seguro de que había escuchado ese nombre alguna vez, más no lo recordaba con exactitud.
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Cynonari | Family
FanficDonde la relación que mantenía el general Mahamatra con el guarda forestal del bosque Adviya comienza a torcerse luego de que Cyno le dejara a cargo a una niña.