Recuerdos bajo la tormenta

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La lluvía y los relámpagos es lo único que puedo escuchar en esta noche tan fría, no recuerdo una noche o un día tan húmedo como el de hóy
El víento azotando mi ventana, el sonido de el pasillo por, culpa de una grieta en la pared deja entrar una pequeña corriente fría que se escapa hacia el comedor por debajo de la puerta, el fuego intenso de la estufa se mueve constantemente evitando que el calor se quede en la habitación.
Esto de buscar empleo cada dia y cada noche se vuelva mas tedioso y estresante de lo que recordaba.
-Pensar que tenia el trabajo de mi vida-
En recordar que cada vez que me adentraba en algún suceso escandaloso hacia que pudiera publicar las historias más interesantes , atrapantes y adictivas  que lograban a todo lector y cliente de el periódico compraran cada semana una nueva edición solo para poder leer una de mis nuevas historias, revelando actos atroces o estafas de personas muy adineradas que sólo querían hacerse de más dinero a costa de las personas que día a día se esforzaban por traer el pan a casa.
-Años tirados a la basura-
No lograba entender porque de un día para el otro fui despedido sin motivó alguno, siendo un reportero excepcional al que todos admiraban con mi trabajo.
¿ A caso fué alguna de mis notas que de seguro puso encontra a todo el mundo a alguno de esos políticos, lo que causó mi despido?
O tal vez algún párrafo mal interpetado que pudo ofender a algún lector importante.
Tobi no para de ladrar, siempre le asustarón las tormentas, mi perro es sumamente cobarde para ser un pitbul grande de edad, con su ozico casi sin dientes y sus ojos completos de cataratas lo cúal no le permite casí ver y su pelo que caé tras cada paso que dá, aún tiene fuerzas para ir a mis pies y apóyar su lomo arrugado sobre mí.
- Ven amigo, vámos a por la rutina de cada tormenta. Quince años ya con lo mismo, creo que es hora de ir a dormir -
Me levantó de mi cómodo sillón frente al no tan acogedor fuego de la estufa y me mentalizó para cruzar ese maldito y frío pasillo para dirigirme a la cama.
Dejó el periódico sombre la pequeña mesa ratona que se encuentra junto a mí y con un levé dolor de espalda y una mueca que no pude disimular por mi edad que no es poca para mis 48 años, me apresuró para abrír la puerta y atravesar esa pequeña ventisca pero muy fría.
En eso escuchó el timbre sonar tres veces, lo cual es raro por la hora y más que sea presionado tres veces, mientras Tobi ladra sin parar por causa de el sonido bastante agudo imposible de escuchar.
-¡ YA BASTA TOBÍ !-
Al parar de ladrar y agachar su ozico como cada vez que lo reto por algo malo.
Me dirijó a la puerta que se encuentra a un par de metros de la estufa y enciendo la luz de afuera para poder ver claramente por la rendija que se encuentra en ella.
- no puede ser que se pongan a joder a las malditas dos de la madrugada, menos mal no me había dormido.-
Al no ver a nadie me parecío muy extraño dada la hora y la baja temperatura, pero gracias a la luz de afuera puedo ver una caja frente a mí puerta. La entró y rapidamente tranco la puerta. La dejó sobre la mesa y desído abrirla.
Quedó sorprendió porque en ella se encuentran varios recortes de mis mejores historias, fotos donde me encuentró investigando algún caso de contrabando o secuestro y por último una carta. Dirigida a mi con una fírma bastante difíl de reconocer. Pero lo peór estaba por venír al ponerme a leer la carta.

HeterocromiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora