iii. Cierra la boca, cochino

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31 de octubre de 1971

Ya había pasado más de un mes desde que entramos en Hogwarts, y la verdad es que había sido genial.

A James le gustaba una chica pelirroja de Gryffindor que se llamaba Lily; yo la conocí en clase de transformaciones, ya que me senté junto a ella. La verdad es que era bastante maja, y muy inteligente. Aparte de eso, él no ha parado de gastar bromas con Sirius.

Sirius estaba causando sensación a pesar de tener tan solo once años, pero él no se interesaba por ninguna.

Remus se había abierto un poco más en este mes, y es una impresionante persona, definitivamente era mi mejor amigo, y estaba segura de que nuestra amistad duraría mucho tiempo.

Peter, por otro lado, seguía siendo igual de tímido; hacía alguna aportación, pero casi siempre era para secundar a James o a Sirius.

Mary se había convertido en mi mejor amiga sin duda alguna. Era divertida, simpática y carismática. Este tiempo junto a ella, ha estado lleno de risas y de momentos inolvidables; esperaba que esta amistad perdurara hasta el confín de los tiempos.

Dorcas era un mundo aparte. Dorcas es Dorcas y ya está. Siempre está más en su mundo, pero atenta a lo que dice el resto por si tiene que decir algún comentario.

Por último, estaba Marlene, una chica rubia que se cambió de habitación con Leslie. Era muy agradable y divertida, y a pesar de que no pasamos mucho tiempo juntas, era una gran amiga.

Hoy al ser Halloween y ser sábado teníamos el día libre. El castillo estaba casi vacío, ya que casi todos los alumnos de tercero en adelante se fueron a Hogsmeade. Me quedé en mi cuarto terminando un trabajo de pociones: teníamos que escribir una redacción de 90 cm sobre la poción herbicida.

Estaba sumida en la escritura del pergamino cuando Mary entró rápidamente en la habitación y se tiró en mi cama boca abajo.

—Odio con todo mi corazón a Lockhart —mencionó la castaña levantando un poco la cabeza para mirarme.

—Sorpréndeme —dejé la pluma en el tintero y atendí a mi amiga.

—Me ha intentado dar un beso en la mejilla —dijo ella haciendo una arcada, yo reí—. Lo peor de todo es que cuando le he rechazado ha dicho que solo se había tropezado en su intento de "besarme" y luego va y me dice a mí que yo me gusto de él, ¿pero éste quién se cree? ¿El rey de Europa? Solo digo que no está casado con ninguna de nosotras, así que no sé como puñetas va a ser él rey si somos nosotras las reinas —al decir lo último puso morritos haciéndose la chula, y yo no pude evitar reírme.

—Tienes toda la razón —dije divertida y ella se sentó modo indio en la cama.

—No lo soporto de verdad, se cree guapo o algo, y encima no sé ni cómo está en Ravenclaw, ¿el sombrero quería que los de esa casa se sintieran mejor con ellos mismos poniendo a un enclenque como ese en Ravenclaw? Porque seguro que lo ha conseguido.

—Vale, ¿te has quedado a gusto? —pregunté enarcando una ceja.

—No del todo, la verdad —miró el pergamino y luego a mí—. Si le hubiera pegado sí que estaría a gusto.

—¿Qué le harías? ¿Un truco o trato? —ver a mi amiga despotricar de esa forma hacía que mi día fuera a mejor; no había nada mejor en la vida que criticar.

—Exacto, si hubiera elegido truco le hubiera enseñado mi gancho derecho, y si no haríamos un maravilloso trato: él podía seguir existiendo a cambio de que le pegase en la boca para que se callara de una vez —Mary soltó como si fuera lo más lógico.

No Time To Die || Sirius BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora