Capítulo 4 - Mía

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Frey Stein:

Ha vuelto.

Meine liebe ha vuelto. (Mi amor)

Se supone que no debería sentir emoción ante su llegada pero es algo inevitable.

Lo nuestro es inevitable, sin embargo, siempre me encuentro tratando de alejarla de mi. Con ella siempre ha sido una contradicción.

Doy vueltas entre las sábanas tratando de contener el impulso de ir al cuarto de mi melliza y sacar a Amelie a rastras.

Sé que le dije que se mantenga a raya conmigo pero mi autocontrol es prácticamente inexistente en su presencia.

La necesito para mi.

Necesito que vuelva a ser mía. Los latidos de mi corazón se aceleran ante el simple pensamiento de volverla a tener entre mis brazos.

Sin pensarlo ya me estoy dirigiendo al final del pasillo, cuarto de Kaia a la derecha.

Abro con cuidado la puerta, tratando de no levantarlas con el ruido. Me acerco sigilosamente a la cama y la rodeo para ver a Amelie profundamente dormida y a Kaia prácticamente cayéndose de la cama.

Joder.

Amelie es tan bonita.

Es perfecta.

Su rostro es simétrico y su piel pálida permite destacar las largas pestañas negras y las mejillas y labios rosados. El cabello rubio cae sobre la almohada. Su pecho sube y baja acorde a su respiración calmada.

Parece un puto ángel. Mi ángel.

Sin poder resistirlo mi mano viaja a su rostro y coloco un mechón de su cabello por detrás de su oreja.

No controlo mis impulsos y pego mi nariz a su cabello. Huele a jodida gloria.

La reparo por unos minutos más convenciéndome que no existe persona mas perfecta en la faz de la tierra.

Se ve tan inocente mientras duerme. Tan tranquila. Tan indefensa. Tan vulnerable. Parece una jodida muñeca.

El cosquilleo en mi vientre bajo me saca de mi ensoñación y finalmente, cuando decido volver a mi habitación, me acerco y deposito un suave beso sobre su frente.

Sé que si toco sus labios me volveré completamente loco.

Me dirijo a mi habitación y me encierro en el baño para tomar una ducha fría y bajar la erección que tengo.

Los recuerdos de Amelie no tardan en atacar mi mente.

Recuerdos cuando la hacía mía. Sus gemidos. Las diferentes posiciones. Su olor. Su sabor. Sus quejidos y suspiros. Sus ruegos.

Toda ella.

Toda ella siendo completamente mía.

Amelie siempre ha sido mi puto detonante. Ha sido mi afrodisiaco y mi némesis.

Cuando éramos niños siempre la admiraba desde lejos. Mientras fuimos creciendo nos volvimos más cercanos, demasiado cercanos.

Cuando entré a la adolescencia entendí que veía a Amelie de forma diferente. No la quería de manera fraternal. Quería que sea mía.

En un inicio no entendía el porqué no podíamos ser como mamá y papá. Tampoco entendía la necesidad o el impulso de besar sus labios o querer tocarla. Me encontraba sumamente necesitado de ella.

Quería que sea mía. Quería besar sus labios como mis padres besaban los labios de mamá. Quería que Amelie se sentará en mis piernas como mamá se sentaba en las piernas de mis padres. También quería pasar todo el tiempo posible con ella, compartir un cuarto y dormir en la misma cama todas las noches.

Aprender A Sentir | Fanfic Frey Stein | +18 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora