Su mirada penetrando mí alma, sus ojos buscando amor en los míos, mí estómago apretandose de nervios, todo estaba ahí, intacto como el primer día. Solo eso basto para que me contactara, un mensaje que hizo un revoltijo en todo mí cuerpo, quería verme y yo quería verlo, deseaba eso desde hace tanto tiempo.
Acordamos vernos en la noche, a escondidas. Hacía frío pero casi no lo sentía por los nervios que tenía. Cinco minutos pasaron hasta que llegó, también lucía nervioso, me miró a los ojos y se mordió el labio, di un paso hacia el y tomo mi cintura , acercó sus labios a los míos pero antes de besarme sonrió socarrón generando un escalofrío en mí espina dorsal, relami mis labios ansioso y estrelló sus labios con los míos en un beso hambriento como si yo fuera su única gota de agua en el desierto, mordió mí labio inferior provocándome aún más y me sonrió, con esa sonrisa que sabe tanto que me gusta.
"Vamos" dijo para darme su mano y caminar juntos hasta el hotel.
Entramos y sentía mis nervios aumentar y mis ansias por volver a besar sus dulces labios. Llegamos a recepción y mientras pedía una habitación note que el recepcionista no pudo evitar mis piernas y mí corta falda, el tampoco lo paso desapercibido, tomo mí cintura y me aferró más a él posesivamente.
Una vez dentro de la habitación ya no había más tiempo para nadie ni nada más que nosotros dos, me trepe en el como un koala mientras sus grandes manos se fijaban en mí trasero, sus labios impactaron con fervor sobre los míos, su lengua entrando en la mía haciéndome perder todo lo que me quedaba de raciocinio, tire su cabello haciendo que me mirara, sus ojos inyectados de lujuria demostrando lo mucho que quería comerme.
"Voy a hacerte mío Mark" dijo mientras me bajaba, me dió la vuelta para bajar con suma delicadeza mí corset dejando al desnudo mí espalda, pude sentir sus delicados besos bajando desde el cuello hasta mí cintura, sus manos seguían el recorrido de mis costados hasta que llegaron a mí trasero, acerco su cara a través de la falda respirando y sintiendo el aroma del perfume que me había puesto, jugó con mi trasero para darme una nalgueada luego y hacerme jadear.
"De quien eres tú?" Preguntó dominante, haciéndome sentir como mi pene seguía endureciendose ante sus palabras. Silencio. Otra nalgueada. Sentía mí glúteo picar, solo quería más. "Dime que eres mío". Asentí y lo mire "Soy tuyo Oppa~" respondí, iluminando su mirada como si fuera la confirmación que su corazón tanto esperaba.
Me tomo de la mano llevándome a la cama, me recostó con dulzura y abrió mis piernas, beso mí intimidad sobre la ropa interior haciéndome suspirar, sujeto mis caderas para que esté quieto, y siguió jugando con mí paciencia.
"Por favor". Suplique. Lo necesitaba tanto.
"Lo que mí bebé quiera". Bajo mi ropa interior y acarició mis suaves piernas dándoles un apretón en el proceso. "Tan lindas y mías". Acerco su boca a una y le dió pequeños besos para luego chuparla y morderla y dejando una pequeña marca rojiza. Golpee su hombro con mí mano mientras reía para llamar su atención, subió hasta mí cara para volver a besarme, está vez tomé el control del beso, jugando a una pelea sin fin con nuestras lenguas, nuestros dientes chocando y nuestros cuerpos rozandose haciendonos gemir y gruñir el uno al otro. Tomo una de mis piernas y la engancho en su cadera para más fricción, dandome unas embestidas superficiales que me volvían loco.
"Por favor, te necesito Yuta". Y no necesito más que eso para desnudarse sin vergüenza alguna ante mí, se quitó la camisa dejándome ver sus brazos y pecho tonificado, era una digna vista que enloqueceria a cualquiera, mientras veía su sexy cuerpo no pude evitar morderme los labios y sentí mí cara arder cuando note que me vió pérdido en su cuerpo. Bajó casi desesperado su pantalón junto a su ropa interior dejando a la vista su miembro, duro, rojo y goteante. Mierda, lo quería tanto. Tomó un preservativo y lo coloco tan rápido pero de manera correcta cómo pudo.
Trepó a la cama y se subió encima, con su mano acarició mí mejilla, luego me dio un pequeño beso en la nariz. "Te amo". Dijo antes de besarme, me robo cada suspiro, cada jadeo. Se separó del beso solo para preguntar si estaba seguro, cuando recibió mí confirmación se tomó unos minutos para prepararme y luego tomó su miembro y comenzó a meterlo en mí húmeda entrada llena de lubricante, enrosque mis piernas en su cadera, esperó a que me acostrumbrara a su miembro, sus ojos hambrientos por comerme pero su atención tan dulce asegurándose de que esté bien provacaban mariposas acuchillando mí estómago.
Comenzó con embestidas lentas pero profundas, mí espalda arqueandose y mí cuello expuesto llamando a su boca para que lo marcará, y así lo hizo, dejó tantas marcas como podía mientras comenzaba a embestir con fuerza y más velocidad.
"Eres tan hermosp, y te amo, como la primera vez que te vi". Sentía pequeñas lágrimas bajar por mis mejillas.
Su pene entraba y salía dentro de mí. Todo mí cuerpo estaba tan sensible para el que cuando beso mí pezón no pude evitar gritar. Estaba en el mismísimo cielo, con el amor de mí vida.
"Dios, eres bellísimo." "Eres mío, solo mío". Repetía, una y otra vez, mientras seguía maltratando mis pezones sensibles. Mis uñas clavándose en su espalda provocando que sacara gruñidos que me excitaban más.
"Dios, si, por favor, más". Rogaba, cegado por el deseo, cegado por el amor que le tenía.
Me tomo de las caderas y me follo tan rudo, para luego tomar mí miembro y tocarlo al ritmo de sus embestidas, unas estocadas más fueron suficientes para que nos corrieramos juntos. Salió de mí con cuidado, desechó el preservativo y se puso su ropa interior, se sentó apoyando su espalda en el respaldar y me acomodó encima de el, mis brazos abrazaron su cuello y los suyos abrazando mí cintura. Su nariz respiraba en mí cuello como si mí aroma fuera su droga. Me apego más hacia el. Su calidez era el séptima maravilla del mundo.
"No mentí cuando dije que te amo". Murmuró, aún con su nariz en mí cuello.
"No puedes decir eso cuando aún estás con ella."
"No puedo dejarla todavía, tienes que entenderme, espérame un poco más por favor".
"No crees que ya entendí suficiente?"
"Lo siento bebé". Dejo suaves besos en mí cuello. "Te amo, tanto tanto."
"Yo también te amo". Susurré, está era la última vez, la última vez que le diría que lo amaba, que me entregaba a el. No podía seguir mientras el tenía su vida perfecta con una mujer perfecta y yo sufriendo por estar en las sombras.
Tenía un pasaje, un vuelo que me esperaba al otro día a la madrugada, este sería nuestro fin. El fin de nuestra historia.
"Bebé porque lloras?". No me di cuenta que estaba llorando hasta que el lo dijo.
"Solo porque te amo amor". No tenía el valor para decirle que me iría.
Me dió un pequeño beso y nos acostamos, mí cabeza en su pecho, sintiendo y guardando su aroma y calidez como recuerdo.
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My different stories || Yumark
Fanfiction•Un lugar donde puedo plasmar mí lado cursi y dramático 🖤