Luna de miel - Chaosduo

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Había una pareja recientemente casada, ambos yacían sobre la cama matrimonial, la cual estaba bellamente adornada con rosas rojizas esparcidas por sobre la cama y en el suelo. Un incienso llenaba a la habitación ahora compartida de una atmósfera seria pero a la vez romántica y sensual.

La tensión se olía en el ambiente, sin embargo, ninguno iba a apresurar y presionar al otro de que se dé este encuentro; la tan famosa luna de miel.

Quackity caminó unos pasos por sobre las rosas, sosteniendo la mano del brasileño con delicadeza. El talón del zapato negro de ambos pisando los pétalos de rosas de manera cautivadora.

Ambos llevaban un traje de color negro, asimilando a que ambos, anteriormente, habían cometido errores, impurezas y pecados, pero que ahora estaban por ser enmendados en la luna de miel, en donde se entrelazan los dos en una noche estrellada.

—Estoy nervioso...— Confiesa el castaño, sus ojos recorriendo la nueva habitación con un toque de ansiedad en su cuerpo, su mente dando vueltas en círculos, llenándolo de ideas posiblemente erróneas de lo que pasaría a continuación solo para que tenga más temor en esta nueva decisión que tomó en su vida.

Sin embargo, la mano cálida del alado recorre la suya con cariño, sintiendo los dedos de Quackity acariciar su mano sudorosa. Con la única intención de hacerle sentir bien, seguro y en confianza.

—No te preocupes, no te voy a forzar a nada, ni tú a mí, ¿entendido?— Una voz reconfortante hizo que Cellbit pueda entrar en paz consigo mismo, le dedicó una media sonrisa de agradecimiento, y apretó el agarre en sus manos.

—Obrigado. [Gracias]— Susurró, y el mexicano sintió sus mejillas arder ante la sonrisa de su ahora, esposo.

En respuesta, solo le dio un tierno beso en la frente.

No era de extrañar que los dos estén ansiosos y con un atisbo de adrenalina en sus venas, mas aquella pareja sabía muy bien algo; ninguno iba a obligar al otro a cometer un acto que no le sea cómodo o que simplemente aún no esté preparado para eso.

Se dirigieron a pasos lentos a la cama, el híbrido de pato se sentó en la cama blanquecina, sus alas doradas hicieron una buena combinación con la lámpara, atenuando la iluminación junto a la luna llena, Cellbit se acomodó el cabello castaño que poseía, mientras que, delante de su pareja matrimonial, bajaba sus adornos.

Uno por uno.

Primero fue la corona de flores entre blancas y amarillas que adornaba su cabello, la dejó suavemente sobre la cama, siguiendo con sus pulseras, un regalo de parte de Forever, eran hechas a mano con flores naturales al igual que las que tenía en su cabeza, de colores que combinaban con las alas de su pareja, prosiguió por desabrochar su traje negro, botón por botón, mientras que Quackity veía hipnotizado cada movimiento de su esposo. Abajo del traje, solo estaba una camiseta blanca transparente, que de igual forma daba a relucir su cuerpo, la mano del brasileño temblaba y su respiración era un poco pesada. Para cualquiera, eso era normal, ¿no es así?

Pero para el alado no era algo tan normal, y si eras alguien observador como Quackity, te darías cuenta tan rápido como él se dio cuenta de que Cellbit no quería esto, todavía no.

Antes de que el de mayor estatura se quite la correa de su pantalón, el pelinegro lo atrajo a él a través de un suave abrazo, el alado envolviendo sus brazos alrededor de las caderas del portugués.

—¿Quackity? O que faz?
[¿Qué haces?]— Inquirió con confusión, aunque en el fondo de su corazón sentía un colosal alivio. —Pensé que– que querrías esto...— Cellbit murmuró a lo bajo, mirando hacia abajo, en donde su pareja lo estaba abrazando, con cierto vacilo, acercó sus dedos hacia el cabello de Quackity, acariciando su cabeza con cariño.

QSMP - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora