¿Me ama? (Bowuigi)

-Segunda Parte-

Pasaron muchos dias. Bowser está cada vez más desesperado por encontrar a Luigi, sus hijos poco a poco empezaban a darse cuenta de que algo estaba mal y lo demostraban por medio de preguntar, que si Bowser contestaba con sinceridad, lo más seguro es que hiciera llorar a los pequeños.

No sabia dónde más buscar, ya había buscado en cada rincón del continente, pero pareciera como si hubiera desaparecido, por qué no había ni un maldito rastro de él...

Y con su desaparición, habían estado apareciendo varios problemas de los que Bowser anteriormente no era consciente o simplemente ignoraba, como lo era el problema de la opinión de su pueblo acerca de su reinado.

Sabía muy bien que en sus últimos intentos de conquistar el reino champiñón, que al final terminaron en fracaso, había dejado a su paso terribles condiciones a las ciudades en la frontera de su reino a causa de la guerra, sin embargo, eso anteriormente no le habia importado mucho, ya que como rey podía hacer lo que quisiera y nadie podría oponerse a él, ademas de que esas opiniones al final de alguna u otra manera terminaban desapareciendo en los últimos meses.

Sin embargo, se enteró en los últimos días, por parte de Kamek, que la razón por la que esas malas opiniones habían estado desapareciendo, siendo reemplazadas por unas buenas, era por que Luigi se habia estado haciendo cargo de ello desde que se juntaron, ofreciendo dinero y beneficios a los afectados por la guerra, ayudando ciudades en mal estado a levantarse, donando escuelas, bibliotecas, comederos y más, ayudando a que esas ciudades, anteriormente pobres, lograrán prosperar poco a poco. Pero ahora, sin la presencia de un Luigi que ayudará a calmar la opinión pública de los súbditos a partir de sus cuestionadas acciones en el reinado, las voces oponiéndose a él eran cada vez más fuertes, al punto de que Kamek empezaba a sospechar de un levantamiento rebelde por parte de unos pocos (muchos) koopas insatisfechos.

Haciendo que la situación, que ya de por si era mala en los últimos días a causa de una amenaza de guerra por parte del Reino Champiñón, aún peor.

Por qué si, Mario, Ahora Rey del Reino Champiñón, ya se había enterado de que su querido hermanito había desaparecido y que la relación de ensueño que relataba en las cartas que Luigi mandaba, no era como la realidad que averiguo en secreto.

—Uhg... —Bowser presiono su entrecejo, cerrando los ojos para tratar de calmar el dolor de cabeza que había estado apareciendo en los últimos días por no descansar bien, reclinándose en el respaldo de su gran silla de terciopelo rojo, que pertenecía a la oficina donde trabjaba los documentos reales, dichos que estaban amontonando a ambos lados de la gran mesa delante de él.

—¿Ahora que hacemos, Rey Bowser? —hablo Kamek, parado delante de la mesa de oficina, esperando la orden para poder actuar.

—Encargarte de la opinión pública por parte del Reino, como lo hacía usualmente Luigi, donando dinero, escuelas, ayudando y todo eso. Yo ordenare al Comandante Trooper que aumente y apresuré la búsqueda para encontrar a Lui...

—Pero ya buscaron por todo el continente y no lo han encontrado. — interrumpe Kamek.

—¡No importa, hare que busquen nuevamente por cada maldito rincón, así sean los lugares más peligrosos y prohibidos de este continente!, ¡Pero quiero que encuentren al jodido fontanero verde, así sea su cuerpo sin vida! —exclamo ya irritado Bowser, asustando a Kamek cuando se levanto y golpeó con fuerza la mesa, con una mirada enfurecida.

—S-si, r-rey Bowser —responde, tartamudeando asustado mientras hace una reverencia para retirarse rápidamente de la oficina, escapando de la furia de Bowser tras cerra la puerta, dejandolo solo al nombrado.

—¡AAHG MIERDA! —rugió furioso Bowser, tirando con sus manos la mesa al suelo, con todos los documentos esparciéndose en el aire por el brusco movimiento hasta finalmente caer al suelo, donde tranquilamente se quedaron, calmando un poco así al furio del Rey, que por poco escupe fuego y prueba de ello era el humo que escapaba de sus fosas nasales tras el desahogo.