Después de diecinueve años juntos, Felix cansado de que su alfa sea adicto al trabajo y no le preste atención ni a él, ni a sus hijos, decide pedirle el divorcio.
Adaptación autorizada por @minnie-skz.
#1 Hyunlix 10/08/23
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El lunes llego en un abrir y cerrar de ojos, Hyunjin estaba sentado en el escritorio de su oficina tomando un café. Cerró sus ojos con pesadez, la noche anterior no había podido dormir nada bien, le faltaba la calidez del pequeño omega olor a coco. Tuvo que recurrir a la penosa necesidad de abrazar a una de sus almohadas fingiendo que era su esposo. Un gemido de frustración salió de sus labios. Perezosamente abrió sus ojos, siguiendo con la inmensa cantidad de trabajo que su padre le mandaba.
Reviso el reloj, faltaban poca minutos para las nueve y debía estar en una importante reunión, ademas no tenía la más mínima idea de a qué hora saldría, esperaba que Felix no llegara demasiado temprano, de igual forma, su asistente ya estaba informado sobre lo muy importante que era la llegada de Felix. Se levantó de su silla, tomó el saco que estaba en el respaldar de su asiento y se colocó la fina tela, finalmente se encaminó al elevador para ir al piso trece.
Felix por su parte no se atrevió a poner un pie dentro de la oficina hasta el mediodía. En su vida había puesto un pie en esas oficinas, temía encontrarse con su suegro en alguna esquina y no nada bueno, Hyunjin la mayor parte del tiempo se terminaba peleando con su padre debido a el. Una vez en recepción le comento a la señorita que tenía una cita y está muy amablemente lo dejo pasar, amabilidad que hizo que su gran temor disminuyera, igual traía un cubrebocas puesto por si se llegaba a topar con su suegro. Al llegar al piso dice, se acercó al pequeño escritorio cerca de la gran oficina que tenía la placa "Vicepresidente ", un beta se encontraba platicando con un alfa, en cuanto Felix carraspeo para llamar su atención este lo juro despectivamente.
— ¿Que quieres? — Preguntó mientras masticaba un chicle con la boca abierta.
— Yo-o tengo una reunión con el vicepresidente Hwang.
— Está en una reunión, vuelva mañana. — Y sin importarle más regreso a la plática con el alfa.
Felix era demasiado introvertido para decirle algo, afortunadamente una pequeña omega se le acercó.
— Disculpe a mi compañero. — Le regalo una mirada fulminante al beta malhumorado. — Permítame presentarme, soy Hwasoo, asistente personal del abogado Bang, se que esto no es de mi incumbencia, pero a vista de la ineptitud de mi compañero, me gustaría decirle que el abogado es la mano derecha del vicepresidente Hwang, por si gusta pasar a su oficina, en este momento está libre.
— ¿No habrá ningún inconveniente?
— Para nada. Solo deme cinco minutos. — La omega mordió su labio nerviosa, quizás si tendría problemas, pero no podía dejarlo ir así como así si tenía cita y buscaba al vicepresidente.
Felix se fue a sentar a unos de los sofás. Chan apareció unos segundos después, al verlo le regaló una sonrisa y volvió a su oficina para llamarle a Hyunjin. Este llegó rápidamente al piso inferior, en cuanto vio a su omega, le movió la cabeza para que lo siguiera. Entraron a la gran oficina. Felix se sorprendió por el tamaño de esta, jamás había entrado y era excesivamente grande, pasaron a sentarse al escritorio donde el menor notó la foto de sus cachorros en un bonito y caro portarretratos en la esquina del escritorio. El alfa por su parte no podía dejar de observar a su esposo, traía un pantalón negro muy pegado y una playera negra perfectamente fajada, haciendo que su figura resaltara aún más, sumándole a eso una torera azul, que hacía resaltar aún más su atuendo, trago saliva deleitándose ante tal vista, subió su vista al cuello del omega y se percató de una anomalía, Felix traía un collar anti mordida, su lobo se sintió ofendido y quería llorar, el collar solo significaba que quería ocultar la marca, porque ningún alfa que apreciase su vida se atrevería a coquetearle a alguien con una mordida, lo que se percató segundos después y lo hizo sentir paz inmediatamente fue el adorno que traía el collar, era el bonito anillo de oro blanco que le había dado al omega. Su lobo se sacudió de la emoción, quiso besar a su esposo pero se contuvo.
