Dos.

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La mañana siguiente de la tragedia fue la más dura de todas. Martín no pegó ojo en toda la noche, a causa de su llanto silencioso lleno de rabia al no poder comprender ni una sola idea de quien hasta hace poco llevaba las riendas en la casa, y particularmente, no comprendía la ocurrencia de irse de la casa sin más, dejando a un adulto que recién sale de la adolescencia y a un niño pequeño a su merced.
A Tincho le duele más por Sebastián, porque él no merecía nada de esto, y obvio que, porque todavía es un chiquilín, le gusta cuestionar todo, y la ausencia de Antonio no fue una excepción.

Sentadito en la silla del comedor, tomando la chocolatada hecha por su primo y moviendo los pies de aquí para allá, Sebas busca alrededor con mucha curiosidad, pero sólo encuentra a su primo mayor tomando mate, justo al lado de él.

─¿Cuándo va a volver papá?

Martín le da una succionada profunda al cuenco hasta dejarlo sin agua.

─Se fue a visitar al tío, nene. Va a venir a la noche como siempre.

Rellena con agua caliente.

─Pero cuando se va con el tío siempre me pregunta si quiero ir con él para ir a jugar con Lu.

─Seguro se juntaron para hablar cosas de grandes.

De verdad no quiere pensar nada sobre él.

─Pero-

─Termina de tomar la leche así vamos a la plaza un rato, ¿Dale?

─Pero papá siempre me lle-

El impacto de la mano grande de Martín sobre la mesa lo interrumpe.

─"Papá" no está, Sebastián. Ya te lo dije.

Quizás porque había descansado poco, y estaba muy irritado por todo, o porque pensar en Antonio y escuchar cosas referidas a él lo sacaban de sus casillas, pero le habló mal al más pequeño sin querer, quien observa con los ojos bien abiertos a su hermano.

─... Ya terminé de tomar. Voy a ponerme los zapatos.

No llora, no dice nada. Se baja de la silla con cuidado, para correr hacia su cuarto.

Río de la Plata se siente perdido, de un momento a otro, cobró una responsabilidad que jamán pensó tener; un niño a su tutela. No es que le sea una molestia cuidar a su primo, para nada, siempre lo hizo y lo seguirá haciendo con o sin Antonio allí. Pero aún así, la cosa es muy distinta, porque al menos había algunas cosas en las que España podía encargarse en cuanto a Sebas, y así funcionaban, dividiendose el trabajo.

Pero por defender sus propias ideas, las cosas terminaron de esta forma, en una familia sin una figura adulta, ejemplar y responsable para ambos, además, Antonio no aparenta tener ninguna intención de volver pronto, ni Río de la Plata tiene ganas de verlo.

Otro sorbo al mate.

Ahora le toca a Martín convertirse en una figura para su primo.

Big Brother. [Latín Hetalia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora