Ellie y yo reímos, empujándonos en la pequeña cabina de vigilancia; sus labios buscaban los míos y yo la esquivaba jugueteando para que se alejara.
— ¡Maddie!. — se quejó, yo reí arrinconada en una esquina cubriéndome el rostro.
— Es que no te conozco. — le respondí. — Y me incómodas un poco.
Ellie carcajeó y comenzó a picarme con su dedo en la costilla, haciendo que me removiera tratando de quitarla.
— ¡Okay, basta, basta!. — dije entre risas y finalmente me dejó.
— Un beso. — dijo ella, señalándose los labios.
Reí y la jale de la chaqueta para acercarla a mí, después tomé su rostro y junté nuestros labios en un pequeño beso.
— ¡Pongan atención!. — escuchamos a Jesse gritar desde las escaleras de la cabina, ambas reímos.
Finalmente nos separamos, Ellie tomó los binoculares y yo me senté en una de las sillas bufando, me sentía muy aburrida y aún nos quedaban horas de vigilancia.
— ¿Qué preferirías? ¿Sólo escuchar la melodía en la música o sólo escuchar los efectos en una película? Nada de voces. — le pregunté a Ellie, escuché reír a Jesse y sonreí.
Ellie me miró unos segundos y después regresó su vista a los binoculares.
— Mierda. — murmuró. Yo levanté una ceja.
— ¿Qué? no creo que sea tan difícil. — dije pensando.
— Perdóname, Maddie. — dijo, bajando los binoculares, fruncí el ceño mirándola y me levanté de la silla.
— ¿Por qué?. — pregunté y ella negó.
— ¡Abran las puertas!. — gritó bajando las escaleras. La seguí aún confundida, Jesse también bajó y se comenzaba a formar un círculo de muchachos al rededor.
— ¡Traigan a los doctores!. — gritó un chico.
— Mierda, mierda, ¡llamen a María!. — gritó otro.
Trate de abrirme camino entre ellos para mirar qué sucedía y saber de qué pedía disculpas Ellie pero entre todas las personas no lograba distinguir nada. Ellie se había ido a una esquina un poco lejos de todo lo que sucedía, haciéndome sentir más confundida aún. María llegó con los doctores y todos comenzaron a hacer espacio para que pasarán, me moví de lugar para ver lo que sucedía y pude observar a tres personas, dos de ellas venían sostenidas por un hombre. Se veían mal heridos pero no podía ver sus rostros.
