Danielle Marsh. Maldita sea, como odio a esa chica. Odio que cada día de su vida llegue a quejarse de las grandes cosas (por no decir desgracias) que suceden en su patética vida. Es estresante. Habla, habla y habla. Se queja del clima, de la chica que le gusta, se que queja de que no le hace caso y... Solo quiero ahorcarla.Como justo ahora que está sentada a mi lado, a la vez que estoy dándome golpes en mis manos. La de cabellos pelinegros se mantiene hablando de por qué la chica que le gusta debería de prestarle atención. Te juro que no me interesa.
-Ella ni siquiera voltea a verme.
Me pregunto ¿A caso esa chica tendría la capacidad de hacerla callar? También me cuestiono si siquiera le habla.
-¿Siquiera le hablas?
Ella me mira anonada. Jamás le había contestado a una de sus preguntas, más que preguntas, jamás le respondí. Aseguraba que apenas conocía mi voz. Nunca me daban ganas de contestarle porque solo sería entrometerme más.
-¿Qué? -ella me mira y se cohibe. -Bueno, sí.
-Ella debe de hacerte callar.
-Vamos... Tú no crees que hablo tanto... -me observa de nuevo y regresa la vista al frente. -¿O sí?
Suelto una risa amarga y junto ambas de mis manos. A mi lado está Hanni leyendo un libro de la materia, intentando ignorar a la chica que está a mi lado, y Danielle solamente está temerosa a lo que vaya a responder.
Sería un buen momento para decirle que la odio, que esperaba que reprobara la materia de artes de la que me culpaba por no prestar atención; que quería que se le cayera el sándwich que se comía cada mañana de igual manera. Nunca cambiaba. ¡No lo entiendo! Sin embargo, me resigno a no ser tan mala.
-Sí, eso creo, Danielle.
-Ah ¡Eres muy mala! -siento un manotazo en mi hombro. Sé que viene de nuevo su gran hablar y observo a Hanni ponerse en pie.
Le pregunto con la mirada el por qué de dejarme en la guerra sola. Siento miedo del abandono y poco apoyo que tendré.
-He estado suficientes veces desayunando con ustedes como para saber que sigue -habla seria. Cruza ambas piernas de la banca roja y sonríe. -Además, tengo que devolver el libro.
-¿Qué sigue? -pregunta Danielle. La chica mayor rueda los ojos y me hace un mohín diciendo "suerte". Volteo a ver a Danielle y recargo mi barbilla en la palma de mi mano. -¡Claro! Ustedes piensan que yo hablo, hablo y hablo ¿No? Oh sí. Las chicas como ustedes nunca entienden todo esto. Solo miran por...
Me mantengo al tanto de lo que sea que esté detrás de su mirada. ¿Por qué sigo aguantando? ¿Por qué simplemente no me pongo de pie y le digo que deje de joderme tanto?
-¡Tú eres mala conmigo! Solo hablas para decirme cosas feas, ah. ¡MINJI CASI PUEDO DECIRTE QUE TE ODIO!
También la odio. ¿Por qué no le digo que la odio? ¿Por qué sigo sentada aguantando que me des golpes en el hombro?
-¿Ves? ¡Ni siquiera me prestas puta atención!
Quizás te presto más "puta" atención que cualquiera de este lugar. Y no se por qué. ¿Puedes decirme tú?
-Cuida tu vocabulario -menciono vagando fugazmente la mirada en ella.
-No me vengas con esas mierdas ¡Por qué eres así, joder!
La detengo de una buena vez la vista a los ojos y sonrió falso. ¿Por qué no me pongo de pie y ya? ¿Por qué sigo siendo una estúpida?
-Las chicas que hablan así no se ven bonitas ¿Entiendes, habladora?
-¡Deja de molestarme! Te he escuchado hablar así, no puedes decirme nada. Oh, entiendo, eres de esas chicas -comienza de nuevo. Intento ahogar una sonrisa en el fondo. -No soy habladora, yo simplemente expreso lo... ¡Para de reírte!
Observo su rostro. Está con su mirada fija en algún punto del recinto, quejándose de lo que no me importa. En un momento ya está hablando de lo que le he dicho. Bien, ella pudo interpretar que le dije que estaba "linda". Sus cejas se juntan porque está enojada y sus labios chiquitos se mueven junto con sus manos. La piel que cubre su cuerpo tiene un brillo aquella mañana y su camisa amarilla solamente la hace ver más briosa.
-Minji, préstame atención... ¡YO SOY TU AMIGA Y NUNCA ME PRESTAS ATENCIÓN!
¿Por qué no te callas, Danielle? ¿Por qué no mejor te vas tú?
Bien. Estoy delirando.
-Danielle... Danielle -Ella sigue y sigue. Me dan ganas de sonreír pero no, no puedo. -¡Danielle!
Ella me mira.
-¿Qué?
Por primera vez me presta atención en, que sé yo. Tanto tiempo que esperé ese maldito día, sí. Por fin le diría todo, le diría que la odiaba. Que la odiaba tanto que... No sé. ¡Que la odiaba! Y ella por fin se iría con sus amigas, me quedaría con las mías. Y nunca más volvería a verla.
-Cállate.
Sus cejas se juntan. Sé que sigue, lo sé perfectamente.
-¿Callarme? ¡Cállate tú! ¡Déjame hablar, tú siempre haces tus cosas, y siempre me quieres decir que hacer o que no! -está enojada. -No, no Minji. Para de ser así, para ¡Casi te odio!
¿Por qué, Danielle?
Planto un beso en sus labios. Ella se mantiene estática, no se mueve. No hace nada. Sus manos se aferran a mi playera, cuando yo estoy aferrada a sus hombros. En unos pocos segundos, me separo de ella.
-Cállate bien ¿Bien?
¿Por qué me gustas?
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¡CÁLLATE! | Husseyz
Fanfiction❝𝙎𝙞𝙚𝙢𝙥𝙧𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙨 𝙝𝙖𝙗𝙡𝙖𝙣𝙙𝙤, 𝙮 𝙝𝙖𝙗𝙡𝙖𝙣𝙙𝙤, 𝙮 𝙟𝙤𝙙𝙚𝙧 ¡𝘾𝙖𝙡𝙡𝙖𝙩𝙚 𝙪𝙣 𝙢𝙤𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤!❞ ¡Adaptación! Todos los derechos le pertenecen a @hxLover.