♡ : CAPÍTULO VIII

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Jeongin estaba emocionado, era sábado, mediodía, y, aunque el cumpleaños del niño había sido hace unos tres días, lo celebrarían ese día. Estaba feliz de presenciar como Sunghoon cumplía otro año más de vida.

—Jeongin, deja de saltar, tranquilízate, el pastel ya va a llegar.— escuchó como el mayor le reprendía y, dejando de hacer lo que se le pedía, le miró.

—Pero hyung, se están tardando mucho.— se acostó sobre el sofá y puso su cabeza en las piernas de Hyunjin, quién estaba sentado sobre la suave superficie.

—Parece que es tu fiesta.— rio y acarició los cabellos del menor.— son gente de confianza, mi familia y yo somos clientes desde que tengo memoria, así que, por favor, quédate tranquilo que nada malo pasará.

—Ya sé.— hizo un puchero al mismo tiempo que empezaba a jugar con una de las manos del castaño —vendrán sus padres, ¿No?

—Hmm.— asintió.— y mi hermano mayor, con su esposa y mis sobrinos. Y los abuelos de Sunghoon.— terminó nombrando a los padres de la que alguna vez fue su novia.

—Ah, ¿Y Seungmin hyung, Chan hyung y Jisung?— preguntó por los amigos del alto.

—Creí que era obvio.— le sonrió, siendo correspondido.

—Sunghoon no ha despertado,— cambió de tema.— debe estar cansado, no debimos quedarnos hasta tarde viendo películas.— le reprochó.

—¡Pero fue tu idea!— exclamó con sus ojos bien abiertos.

—¡Tú eres el mayor! Debiste haberte negado.— separó y dobló los dedos de Hyunjin, aun jugando con su mano.

—¿Cómo te voy a negar algo a ti? Dime.— hizo una pausa, relamiéndose los labios.— a ti y a mi hijo, claro.— sonrió. Jeongin colocó sus manos a cada lado de la cara del mayor y, acercándolo a su rostro, dejó un beso en la nariz contraria.

—Hyung, no debería malcriarnos tanto.— sus pulgares pasaron, suavemente, por las mejillas del contrario, las cuales, al igual que las propias, se encontraban con un leve carmesí tiñéndolas.

—Me es imposible, lo siento, pequeño.— sonrió por indefinida vez en ese día. Quitó de su regazo, cuidadosamente, la cabeza del menor cuando escuchó el timbre, levantándose del sofá.— te dije que eran de confianza.— abrió la puerta.— ¡Oh! ¡Mamá! Les dije que vinieran más tarde.— cuando Jeongin escuchó “mamá”, casi se cae al suelo al intentar pararse, rápida y bruscamente, de este.

—Oh vamos, si venimos temprano es porque queremos pasar más tiempo con nuestro hijo y nieto— habló esta vez el padre del mayor, el pelinegro sintió su corazón acelerarse.

Voy a conocer a los padres de hyung

Tragó saliva ante el hecho que estaba a punto de suceder. ¿Estaba nervioso? Claro que lo estaba, ¿Quién no lo estaría al conocer a los padres de la persona que te gusta? Nadie, nadie no estaría nervioso.

—Pasen.— vio como el castaño se hacía a un lado de la puerta para dejar pasar a sus progenitores, salió de sus pensamientos, atento, exageradamente, a todo.

—Hola, lindo… ¿Quién eres?— sus mejillas se colorearon al escuchar a la señora, la cual sonreía en su dirección y, al igual que su esposo, esperando una respuesta.

—Oh, bueno, yo soy Jeongin, el niñero de Sunghoon.— hizo una reverencia y les sonrió.

—¡Jeongin-ah! ¡Nuestro Hyunjin siempre nos habla muy bien de ti!— el color en sus mejillas se intensificó y su sonrisa se expandió.

—¿En serio?— preguntó mirando en dirección al castaño, quién caminó hasta estar a su lado y pasar uno de sus brazos por sus hombros, abrazándolo.

A Babysitter A Single Dad ❁ HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora