Becky tenía una vida solitaria, del trabajo a casa y viceversa era su rutina de lunes a viernes haciendo de los fines de semana días de solo dormir hasta tarde. La única amiga que tenía era Irinng, de la cual se veían muy poco debido a que se la pasaba viajando por trabajo, cuando se encontraba con Becky, la menor se cansaba de escuchar todo lo que hacía en un mes, mientras que ella solamente cuidaba de una tienda de discos tanto antiguos como de formato moderno.
—Un día más en mi zona segura, que me dará de nuevo este día —pone sus manos en su cintura, suspirando, y apreciando la entrada de ese local vintage con el letrero que colgaba en el tejado de este, "NinetyTwo disc."
—Hey, Bec, ¿qué tal tu mañana? —Nattasit preguntó, era su compañero de trabajo porque para ser considerado su amigo cercano debía implicar salir con él, conocerse, y viendo que el chico tenía intenciones de querer algo más, se detenia.
¿debería salir del closet para que acepte que nunca tendrá una oportunidad?
—Hola, Nat, bien. Gracias por preguntar, puedes ser libre de tu turno —abre la pequeña puerta que dejaba entrar a los empleados para estar en caja, y con una vista de cada pasillo en la disquera.
—Ten buen turno Bec, oye...¿Podríamos salir un fin de semana?
—Nat... Sabes bien que no quiero nada, solo te veo como un hermano menor y... Las relaciones sentimentales no van con alguien como yo —inclina su rostro a un lado con expresión un tanto de fastidio, como de suplica en tener empatía con ella.
—Ok... Entiendo. Al menos me has botado de una manera amable —sonríe y se va.
La campana de la tienda timbra, Nat había salido pero justo cinco segundos más tarde, vuelve a sonar.
primer cliente del día o a Nat se le olvidó algo.
Ella entró, un semblante frio desprendía pero aguardaba un cálido corazón en ella. Ojos predominantes observando alrededor, conociendo a que lugar debía dirigirse, el cabello liso y negro, que llegaba a la altura de su pecho, ropa holgada de colores básicos, manos en los bolsillos, gorra negra, labios abultados y carnosos, dubitativa en cual decidir adquirir. Una mochilla estilo totte bag que contenia una lapicera y libreta mediana.
Becky la siguió con la mirada al momento en que ingresó al local, casi botaba de sus manos el dinero que estaba contando de caja. Era fiel creyente del amor a primera vista, pero nunca imaginó que ese día le cayera de una.
—Me llevó este —la voz le conmociono porque era una mezcla de dulzura con dominancia letal, para quien la tuviera tan cercas como ahora.
—Sí, serán... $35 dolares —toma el billete y hace su movimiento en caja —gran elección, toma —le pasa la bolsa que contenía el logotipo de la tienda
Cruzan miradas.
Si así se siente vivir en una serie estilo kdrama, por favor, señor de los cielos no dejes que termine.
Al entregar la bolsa sus dedos chocaron.
—Gracias, buen día... Becky —La nombrada se asusta.
—Tú... Cómo...
—Lo dice tu etiqueta —señala el sitio con su dedo.
Grande Rebbeca, quedaste como tonta.
—Claro, que tonta. Bonito día... Muchas gracias por tu compra.
Sonríe mostrando un poco sus dientes, toma su producto y sale por donde entró.
Soy tan introvertida que no pude pedirle su número... ¿Y si jamás vuelvo a encontrarmela?
Freen miraba alrededor de la calle, ondeando su bolsa y sonriendo como tonta.
¿Regresaría?
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coleccionista de canciones
FanficBecky es quien comenzó a llenar su libreta de canciones. Freen nunca estuvo centrada en una persona, pero ella, aquella delicada rosa que la vida le puso en el camino, fue a quien decide cuidar por medio de la lejanía que sus letras describian sobre...