Cuando Samie regresó a cambiarse por la tarde, todavía sentía la piel de las piernas un poco tirantes, afortunadamente el vestuario que había reservado para esa noche era un vestido largo de seda, que cubría a la perfección la piel irritada.Así que, aprovechando el maquillaje que le habían realizado en el salón de belleza, solo tuvo que preocuparse por un peinado, pero al no tener idea alguna ni cabeza para hacerse uno demasiado elaborado, decidió dejar suelto su cabello y colocarse un prendedor para recoger un poco el frente.
Quitó de la percha el bonito vestido azul cielo sin tirantes, que combinaba perfectamente con su blanca piel, lo deslizó por su cuerpo, pero éste por más que lo intentaba, no lograba alcanzar la cremallera de la espalda.
— ¿Te ayudo? — preguntó Lina saliendo del baño.
Caminó hasta posicionarse en la espalda de Samie y con un sutil movimiento de sus manos, terminó de cerrar la cremallera, al tiempo que le retiraba el sostén que se había puesto.
— Sin sostén se verá mucho mejor — le susurró al oído, haciendo estremecer a Samie desde la cabeza hasta los pies.
El palazzo negro de Lina contrastaba a la perfección con su color de piel, la cual quedaba expuesta por el escote que mostraba su espalda. Tomando de las manos a Samie, entraron a la recepción de la fiesta de té.
El lugar era un bonito y acogedor salón, adornado con flores blancas formando un velo de novia, además, algunos cuadros con fotografías de los novios habían sido colocados estratégicamente por todo el lugar. En una de las esquinas se encontraba el fotógrafo, por el que tuvieron que pasar posando con alegría. Saludaron a algunos familiares y finalmente a los novios.
— Eres la mejor dama de honor — comentó Minjin abrazando a Samie — Todo ha quedado precioso.
— Es cierto Samie, todo luce genial — la asegundo Jeongin.
—Ustedes se lo merecen chicos — respondió Samie sintiéndose orgullosa de su trabajo.
— Jamás vayas a dejarla ir — le espetó Minjin a su hermana Lina, quién se había mantenido callada gran parte de la conversación.
Todos rieron por ese comentario y la celebración continuó. Pero como no todo es miel sobre hojuelas, un par de horas después, los pies de Samie la estaban literalmente matando.
Y aunque no había bebido demasiado, comenzaba a sentirse algo mareada y un tanto desinhibida. La curiosidad la envalentaba y el posar una de sus manos en el muslo de Lina durante la cena, era señal clara de que estaba perdiendo la perspectiva.
El jugueteo continuó aún después de que ambas tomaran la carretera y llegaran a su departamento. Samie se había desecho de los zapatos en cuanto entró al auto, alegando que nunca más en la vida volvería a utilizar artilugios así, cosa que por cierto hizo reír a Lina, porque siempre decía lo mismo, pero al final terminaba utilizándolos de nuevo cada que encontraba un nuevo diseño en algún aparador.
Soltando risitas con la nariz y las mejillas rojas haciéndola lucir muy tierna, Samie entró a la habitación seguida de Lina, quién había evitado beber de más. En un impulso algo loco, Samie se aventuró a besar a los labios de Lina, y ésta última no tardó en corresponderle.
Tropezando con la tela del vestido de la del cabello corto, ambas cayeron a la cama y mientras Lina acariciaba el fino cuerpo de su novia, ella por otro lado, como un apagador dentro de su cabeza, se percató de lo que estaban haciendo. Así que haciendo uso de la poca cordura que todavía tenía, le habló.
— Tengo sed — dijo con lo primero que se le ocurrió.
— ¿Sed? — preguntó Lina un tanto descolocada por las palabras de su novia.
— Si, ¿Podrías traerme algo de beber, Por favor? — dijo Samie, haciendo un lindo puchero con sus abultados labios.
Lina volvió a besarla brevemente, pero finalmente se levantó de la cama, tenía que complacer a su novia.Y mientras Lina salía de la habitación, Samie se deshizo del vestido y se colocó una playera lo suficientemente larga para cubrir sus muslos, volvió a acomodarse rápidamente en su lado de la cama y cerró los ojos. Por eso, para uando Lina regresó con dos copas de vino, la vio envuelta entre las sábanas, supuestamente dormida.
Hyunjin nunca se había negado a tener sexo con Minho, es más era él quién siempre estaba dispuesto para su chico. Por eso, cuando la mañana del día siguiente las recibió, el ver el humor con el que se había levantado Lina, le decía claramente que no estaba muy contenta con su actitud de la noche anterior.
Desayunaron en completo silencio, a pesar de que Samie se había levantado primero para preparar el desayuno favorito de Minho, el cual, era el mismo que el de Lina.
— ¿Vas a seguir sin hablarme? — preguntó Samie cuando, después de lavar los platos sucios, Lina abandonó de la cocina sin decir ni una sola palabra.
Frustrada por la situación que él mismo había creado, trató de hablar con Lina insistiendo antes de salir a la despedida de soltera de su hermana, que salieran a alguna parte. Pero ella solo se había limitado a mirarla, otorgándole una de sus tantas miradas asesinas.
Cuando la hora de comenzar a arreglarse llegó, la situación era insoportable, Lina no había dicho ni una sola palabra en todo el día y eso a Samie la hacía tener los nervios de punta. Era obvio que se había dado cuenta de que su sed repentina, solo había sido un engaño para no tener intimidad con ella. Samie incluso llegó a pensar que la dejaría, porque después de que tomara un baño rápido, Lina no le dijo si la llevaría o no al lugar de la despedida de soltera de su hermana.
En cuanto llegaron al club nocturno, ambas actuaron como si nada ante las chicas presentes, pero la tensión entre ellas aumentó cuando el evento principal dio comienzo. Y todo debido al show de strippers que habían contratado para Minjin.
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Pétalos - Hyunho [Adaptación]
Fanfiction¿Qué pasaría si un día te despiertas y tu cuerpo ya no es tu cuerpo? O al menos no en la forma y complexión a la que estás acostumbrado. Eso solo quiere decir que tienes dos opciones: Uno: Buscas la forma de tratar de comprender que fue lo que suce...