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Minho se removió en la cama y se acercó más al frágil cuerpo de Hyunjin, quién se puso a rogar a Dios porque la entrepierna de su novio estuviera de nuevo como antes. Como extrañaba ésas mañanas, en las que las constantes erecciones mañaneras les daban los buenos días y los hacía quedarse unos minutos más entre las sábanas.

Un nuevo día dio comienzo, y Hyunjin abrió los ojos esperanzado de que quién estuviera a su lado acostado en la cama fuera su Minho y no Lina. Pero por desgracia eso no ocurrió.

— No, por favor — se lamentó para sus adentros.

Fingiendo que seguía durmiendo, cerró de nuevo los ojos al sentir movimiento del lado contrario. Dejó que Lina se bajara de la cama y caminara directo al baño. Y cuando regresó, sintió el peso de su cuerpo apoyarse de su lado de la cama.

— Despierta, cariño — dijo en susurros en su oído mientras le apartaba algunos mechones de su corta cabellera.

Depositando algunos tiernos besitos en su rostro, Lina finalmente dejó de insistir cuando Hyunjin abrió los ojos por el contacto que ella había ocasionado. Eso lo hizo recordar las veces que él había hecho lo mismo con Minho para convencerlo de salir alguna parte.

— Buenos días — dijo avergonzada, de nuevo.

— Buenos días, Samie. ¿Cómo te sientes?

— Bien, supongo.

Resignado a que tal vez ya no regresaría a su propio cuerpo, trató de ser positivo y fue él mismo a preparar el desayuno para las dos, mientras Lina tomaba una ducha rápida.

Resignado a que tal vez ya no regresaría a su propio cuerpo, trató de ser positivo y fue él mismo a preparar el desayuno para las dos, mientras Lina tomaba una ducha rápida

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Por ser domingo, todavía faltaba un día para descubrir si su trabajo seguía siendo el mismo. Y aunque ambos lucían como chicas, al parecer seguían manteniendo un parecido estilo de vida.

Minho era algo así como una tomboy, que aunque no le gustaba mucho el maquillaje, si era participe de los accesorios y de vestir bastante bien. Y Hyunjin, por las fotografías y cosas con las que contaba, se podía notar que era un poco más femenina.

— Lina, ¿Qui-quieres salir a algún lado? — se aventuró Samie a preguntar de la nada.

Lina giró su rostro observándola fijamente con esos penetrantes ojos que hacían a Hyunjin sentir que podía mirar a través de él.

— Ya comienzas a sonar como tú — le respondió con sinceridad, después de un par de minutos, los cuales a Hyunjin le parecieron eternos.

Después de una ducha rápida, ambas salieron a comer al restaurante favorito de Minho, al menos en eso seguía siendo el mismo, aunque como Lina, era bastante más delicado para comer, por así decirlo. Después, se dirigieron al centro comercial por donde caminaron tratando de inspeccionar los locales para buscar el regalo adecuado para Minjin y Jeongin.

— ¿Y si le compramos lencería? — pensó Hyunjin en voz alta.

El motivo era porque necesitaba aprender un poco de la nueva vestimenta que utilizaría desde ese momento.

— ¿Lencería? No sé, ¿Qué no es lo mismo que todos regalan?

— Precisamente por eso, así nos vamos a lo seguro ¿No crees? Y no creo que a Jeongin le moleste mucho que digamos — Samie sonrió.

Lina pareció pensárselo levemente, hasta que finalmente comenzaron a caminar de regreso hasta una tienda que habían pasado minutos atrás.

Para Hyunjin, el lugar parecía como la primera vez de una niña que va por un sostén con su mamá. Solo el entrar le ocasionó un grave arrepentimiento, porque mirara por donde mirara todo estaba — según él — atestado de un sinfín de artefactos a los que no estaba para nada acostumbrado, además casi podía jurar que las miradas estaban sobre él.

Una de las vendedoras fue lo suficientemente amable para ayudarlas a escoger un bonito conjunto para Minjin. Y mientras Lina pagaba las prendas, a Samie se le ocurrió la loca idea de comprar algo para ella también, aunque no estaba muy segura de saber usarla realmente.

— ¿No vas a mostrarme qué fue lo que compraste? — preguntó curiosa Lina.

— No es nada, solo son un par de bóxers, nada del otro mundo — dijo sintiendo como sus mejillas se sonrojaban, pero desvió la mirada para no ser descubierta.

Cuando regresaron a casa cenaron algo ligero y vieron un poco de televisión, hasta que fue Lina quien le dijo a Samie que ya era hora de que fueran acostarse. Y un nuevo recuerdo de Minho diciéndole las mismas palabras se hizo presente en la mente de Hyunjin.

Esa noche, Samie observó por largo rato a Lina dormir, había fingido que estaba a punto de dormirse y esperó a que su novia lo hiciera primero, para incorporarse en la cama. Sin darse cuenta, un par de lágrimas surgieron de sus ojos, Hyunjin como tal no era muy sentimental, infantil quizás, pero no solía llorar de la nada, o al menos eso era lo que pensaba él en ese momento.

Se sentía frustrado por toda la situación en si ¿Y si no volvía hacer el mismo, y se quedaba atrapado en un cuerpo de mujer para siempre? Pero lo que más le preocupaba era que, aunque se encontraba con Minho, no estaba muy seguro de saber si estaba enamorado de ella o él siendo ella, porque a Hyunjin todavía le gustaban los hombres.

Se sentía frustrado por toda la situación en si ¿Y si no volvía hacer el mismo, y se quedaba atrapado en un cuerpo de mujer para siempre? Pero lo que más le preocupaba era que, aunque se encontraba con Minho, no estaba muy seguro de saber si estab...

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Afortunadamente, el lunes fue un día bastante común y corriente, pese a toda la preocupación que Samie llegó a sentir. Su trabajo era exactamente el mismo.

Nunca había estado tan aliviada de ver a los niños a los que les impartía deportes, que incluso ellos lo llegaron a notar. Y completamente calmada, saliendo de la escuela fue directo hasta el conservatorio para ver a Minho o más bien a Lina, aún le costaba acostumbrarse el llamarlo así.

Al llegar al conservatorio, le sorprendió el no encontrarse con el vigilante que siempre lo saludaba cuando solía ir a visitar a Minho, y en cambio, vio a un chico bastante alto que se encontraba en información.

— Hola, ¿en qué puedo ayudarte, preciosura? — dijo tratando de coquetear con ella.

— Gracias, pero ya conozco el camino — le respondió Samie sonriendo levemente.

Caminó rumbo hacia los pasillos que ya conocía muy bien, siendo consciente de que era observaba especialmente en su parte trasera, lo sabía porque los pantalones que traía puestos, marcaban muy bien esa parte de su anatomía.

Recorrió el lugar con tranquilidad, hasta encontrar el aula en donde Minho siempre estaba. Cuando le encontró, le observó tocar el piano mientras mantenía los ojos cerrados, esa era la forma en la que su novio se concentraba para tocar. Y sonriendo al verle, entró.

— Hola, que bonita sorpresa — comentó Lina al notar la presencia de Samie dentro del salón, en cuanto dejó de tocar.

— Hoy salí temprano y quise venir a buscarte.

Y entonces la situación que no quería que se presentara, lo hizo. Lina se acercó a ella y unió sus labios con los de Samie, besándola.

Pétalos - Hyunho [Adaptación]Where stories live. Discover now