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Máquina de humo y luces estrambóticas era todo lo que se podía apreciar en el lugar, en la oscuridad, aunado a los gritos de las presentes que parecían animales en celo cuando salieron cinco hombres arriba de una tarima y comenzaron a desvestirse.

Todo estaba saliendo como debería, y aunque ni Hyunjin ni Minho se hablaban, no habían permitido que su pelea afectara el ambiente del lugar, y ni mucho menos dejaron que Minjin se diera cuenta.

Pero eso cambió abruptamente, cuando tres de los chicos que habían bailando minutos atrás una sensual canción, se bajaron del escenario, y, escogiendo entre la multitud, subieron arriba del escenario a Samie junto a Minjin y otra de sus amigas, provocando el grito eufórico de las demás damas presentes.

La mirada de Lina era épica y Samie sabía que si las miradas matasen, ella estaría seguramente tres metros bajo tierra. Sus ojos conectaron brevemente mientras las luces de diferentes colores iban y venían. Entonces el chico que se posicionó enfrente de la silla de Samie comenzó a mover la pelvis de forma sugerente muy cerca de su rostro, mientras terminaba de desvestirse.

Lo malo fue que el mismo chico, animado por los gritos de todas las féminas, tomó las manos de Samie sin su permiso y las posicionó en su muy trabajado torso, provocando que los colores tiñeran su rostro, sobre todo cuando éste movió las manos de Samie de arriba abajo. Y no conforme con eso, se dio la vuelta y después las guió directamente a su trasero, aumentando los gritos de todas las presentes.

Para cuando todo terminó y Samie regresó de nuevo a su lugar, Lina ya no se encontraba sentada en donde la había visto la última vez que sus miradas conectaron. Su conciencia le decía que tenía que salir a buscarla, pero desgraciadamente otra de las chicas la tomó de la muñeca, y, preguntándole algo al oído, le impidió que saliera en busca de su novia.

Lo peor fue que, cuando por fin pudo librarse de la conversación en donde la habían enfrascado, salió a buscar a Lina, pero al llegar hasta el estacionamiento, el auto ya no estaba.

Lo peor fue que, cuando por fin pudo librarse de la conversación en donde la habían enfrascado, salió a buscar a Lina, pero al llegar hasta el estacionamiento, el auto ya no estaba

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Mientras Samie regresaba al departamento en un taxi, los recuerdos de Minho y la única pelea que habían tenido durante todo su noviazgo, llegaron a la mente de Hyunjin.

Ese día lo recordaba muy bien.

Todo había sido un malentendido propiciado por una de las profesoras que trabajaba en la misma escuela que Hyunjin, pero para ése entonces él tenía cerca de una semana de haber ingresado a la cuadrilla de maestros en la primaria, y aunque sus preferencias hacia los hombres para él eran muy notorias, de vez en cuando no faltaba quien confundiera su excesiva amabilidad y facilidad de palabra para hacer amigos, con algo más.

Precisamente eso era lo que había ocurrido cuando la maestra en cuestión había abrazado y besado en los labios a Hyunjin, justo en el momento en el que Minho había pasado a buscarlo, topándose con tal escena.

Por supuesto el enojo fue dirigido hacía Hyunjin, quien por más que trató de explicarle a Minho que él no la había besado sino que había sido al revés, el otro no le creyó. Esa fue la primera vez que Minho le mostró una cara que para ese entonces Hyunjin no conocía, y él supo de primera mano que los celos eran muy malos consejeros.

Pagó el servicio del taxi y se bajó del auto, se dio un poco de valor, respirando profundamente antes de entrar al departamento, preparándose para lo peor. Pero la escena con la que Lina lo recibió, lo dejó totalmente helado.

Samie como Hyunjin esperaba encontrarse una enfurecida Lina como Minho, pero en cambio, la situación fue un tanto distinta. Ella se encontraba llorando en el suelo de la habitación, muy cerca de la cama.

— Lina.

— ¡Vete! — le gritó Lina con la voz quebrada, aventándole lo primero que tuvo a su alcance.

El corazón de Samie se estrujo al verla y escucharla de esa manera. Ciertamente Minho no era alguien que fuera muy expresivo con sus sentimientos, pero como chica no importaba que tan dura pretendiera ser, ella dejaba salir sus sentimientos de forma distinta, y eso Hyunjin lo estaba comprobando de la peor manera.

— ¡No! No me voy a ir, no hasta que me perdones — dijo Samie acercándose a ella — No fue mi intención herirte.

— ¡¿Qué no fue tu intención?! — gritó con ironía — ¡Llevas días actuando raro! Lo de anoche puedo entenderlo, pero hoy… parecías muy contenta de que ese imbécil te dejara tocarlo ¡¿Qué es lo que te está pasando?! ¡Anda, dime! Porque yo soy la que no te entiendo.

Eso había sido un golpe bajo y ella lo sabía, pero Samie también comprendía de cierta forma a Lina. Ella tenía una relación con alguien diferente, y Hyunjin no era precisamente ese alguien.

Volvió acercarse a ella sin darse cuenta de que las lágrimas ya bañaban sus mejillas. Y entonces fue que lo comprendió, todo el tiempo, desde aquella mañana en la que su cuerpo había sido cambiado, había actuado como si no quisiera estar ahí, como si no le importaran los sentimientos de su novia. Y fue cuando se dio cuenta de que, a pesar de que Minho ahora era una chica, la amaba igual o incluso más.

— Perdóname… — dijo Samie sintiendo que la voz le comenzaba a fallar también — perdóname, yo te amo y no quiero que por una estupidez estemos distanciadas.

Entonces, acercándose por fin al cuerpo de Lina, Samie sujetó su barbilla y comenzó a besarla, a pesar del rechazo que sintió al inicio. Debido a las lágrimas de ambas, el beso les supo salado, pero a medida que se iban incorporando hasta llegar a la cama y acostarse en ella, la suavidad de las caricias aumentaron un poco más.

Pétalos - Hyunho [Adaptación]Where stories live. Discover now