El planeta de los simios (Caesar x Koba)

Capítulo 35

Winter bajó la mochila que llevaba al suelo, sintiéndose bastante exhausto. Afortunadamente, Gray había establecido un ritmo más lento a través del terreno implacable después de la desaparición de Maple y Tinker. Winter estaba agradecido con Gray ya que la mochila que había estado cargando era fácilmente el doble de pesada que cualquier otra que hubiera llevado al hombro antes. Con la mayoría de los caballos desaparecidos o siendo utilizados por algunas de las hembras más preñadas, Ursus muerto, Ajax desaparecido y Oak buscándolo, había menos gorilas que nunca para hacer el trabajo pesado.

Winter todavía no estaba seguro de dónde se encontraba entre la nueva tropa de Grey. No había sido cojeado como los otros simios cautivos, el único que Red había notado que no era confiable, y su propia manada no era tan grande como las que llevaban esos gorilas cautivos. Incluso los guerreros que se habían defendido estaban obligados a llevar cosas aptas para un gorila y Winter pudo ver cómo algunos de ellos luchaban con el peso. Esto no estaba bien. Por alguna razón, mientras observaba a los simios guerreros luchando con su equipaje, Winter podía imaginarse claramente a Glade entre ellos, cargado también con la pesada mochila. Al darse la vuelta, Winter pudo ver tanto a Red como a Rex, los dos gorilas que no llevaban nada en absoluto, excepto las pistolas que colgaban de sus hombros. Y la mirada de Red nunca lo había dejado fuera de su vista,

Winter observó cómo tanto Red como Rex parecían estar hablando entre ellos antes de que el gorila de pelo castaño dejara su lugar, muy probablemente para reunirse con Gray y Sampson. Rex había dejado escapar un ladrido para que se detuvieran y descansaran por ahora. Con un suspiro, Winter colocó su mochila en el suelo y miró a su alrededor, preguntándose si había algo en lo que pudiera ayudar.

Sinceramente, quería descansar, pero necesitaba mostrarle a Red y a los demás que se podía confiar en él. Mientras el resto de los guardias había establecido el perímetro, Winter estaba a punto de irse en busca de leña. Mientras salía, sus ojos se fijaron en algunos de los gorilas cautivos que fruncían el ceño y le devolvían la mirada, junto con los guerreros cansados ​​de su clan. Sus ojos captaron la mirada desafiante de Andy, lo que provocó que se detuviera en seco.

" Te están utilizando, Winter ", gruñó Andy, señalando con los labios ligeramente tirados hacia atrás.

" N-no, no lo son. Ustedes son los traidores. Red me lo dijo. Dijo que todos ustedes intentaron tomar el control ", respondió Winter.

Winter tragó saliva cuando vio a Andy recostado y abrió la boca con una risa jadeante, pero sus ojos tenían tanta furia dentro de ellos que Winter no pudo evitar encogerse un poco.

"¿ Y le crees? " Andy le devolvió el gesto mostrando los dientes. " Si eso es lo que realmente crees, entonces no tienes remedio " .

Winter se estremeció ante las palabras del chimpancé, pero luego se dio cuenta de que Percy, uno de los mayores, se acercó para colocar una mano gentil sobre el hombro del furioso chimpancé. Andy le lanzó una mirada al orangután mayor, que movía lentamente la cabeza de un lado a otro. Con un resoplido de enojo, Andy se sentó rápidamente pero mantuvo sus penetrantes ojos verdes sobre Winter. Percy luego volvió su atención hacia el gorila de pelo blanco y le sonrió con tristeza.

Mientras miraba a su alrededor, los ojos de Winter se encontraron con los de Juno, quien le devolvía la mirada. Una mirada de dolor se grabó en sus rasgos.

" Invierno... ¿De verdad crees que somos traidores? ", Preguntó Juno, con el ceño fruncido en los labios.

Ante esto, Winter resopló mientras apartaba la mirada del chimpancé.

" Sí. No. No lo sé ", señaló Winter confusamente, gruñendo todo el tiempo.

Hubo un ladrido repentino desde atrás, lo que hizo que Winter se estremeciera. Dándose la vuelta, Winter se encontró con un Rex con el ceño fruncido, mientras el gorila mayor avanzaba pesadamente y lo miraba antes de mirar a Juno y los demás.