Prólogo.

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Sacudiendo su cabello, Mizore miró hacia atrás mientras sus antebrazos estaban expuestos a la luz del sol por debajo de sus mangas cortas. Su cabellera recogida, ya mucho más larga que cuando estaba en secundaria, se mecía suavemente con sus pasos. Sus tensas piernas se asomaban por debajo de la falda azul marino cada vez que subía un escalón.

          "Nozomi, espera," dijo débilmente mientras jadeaba.

          Por la mañana no había gente en el campus, y los alrededores estaban llenos de silencio. Inhaló un poco de polvo del aire mientras respiraba con prisa. Sus gritos fueron tapados como mosquitos debido a los ruidosos pasos de Nozomi provenientes desde arriba. Desde el principio supo que no la había escuchado.

          "¿Mizore? ¿Estás ahí?"

          La voz de Nozomi resonó en el estrecho pasillo. Ya no se oía el retumbar de sus pisadas, tal vez ya había llegado al salón de música. Mizore continuó subiendo escalón por escalón aferrándose a la vieja y agrietada barandilla de madera. A través de ella se podía distinguir un poco del piso superior, pero la sombra de Nozomi ya no estaba presente; no había razón para mirar hacia arriba. Las zapatillas de interior hace poco cambiadas por unas de tercer año estaban blancas e implacables. Aún parecen de primer año, pensó Mizore con indiferencia, inclinando la cabeza hacia un lado.

          "¡De prisa, de prisa!"

          Nozomi gritó desde el otro lado del corredor una vez Mizore llegó al final de las escaleras. La luz de la mañana pintaba un suave halo alrededor de los contornos de sus cuerpos al cruzar por la ventana, y las cintas blancas como la nieve revoloteaban sobre su pecho. Estuvo a punto de hablar para responder evasivamente, pero cerró la boca al instante.

          Una sonrisa despreocupada se dibujó en el rostro de Nozomi. "Tengo muchas ganas de practicar, de pronto quiero ir más rápido. Aah, realmente quiero tocar la flauta."

          El rostro de Mizore se endureció al instante en el que entendió lo que quería decir cuando estiró su dedo índice para señalar la cerradura. Lo sabía. A pesar de calmarse un poco, sintió desde el fondo de su corazón lo ridícula que había sido.

          "Trae la llave y practiquemos juntas."

          "Sí."

          Mizore tomó la llave que decía 'Salón de Música'. Abrir la puerta de aquella sala todas las mañanas era su trabajo, en algún momento se había convertido en una regla aceptada por todos. Nozomi se cruzó de brazos detrás de ella, mirándola expectante. Una vez Mizore insertó la llave, se volvió para mirar a su amiga.

          "Nozomi..."

          "¿Sí?"

          "Nozomi, tú..."

          Los dos pares de ojos estaban uno frente al otro. Por alguna razón sintió un poco de vergüenza. Al final, solo sostuvo la cinta en su pecho y negó en silencio con la cabeza.

          "Olvídalo, no es nada."

          Se escuchó el sonido de la llave abriendo la puerta y Nozomi dejó escapar un pequeño gemido en respuesta. Aunque siempre esté sonriendo, es como si estuviera ocultando algo, pensó Mizore.

          "Ah, tendré que empezar a levantarme temprano y practicar por las mañanas."

          "De verdad te gusta mucho practicar."

          "¿De qué hablas? Creí que a ti te gustaba más." Nozomi abrió las ventanas por alguna razón.

          Ahora había más sillas alineadas en comparación al año pasado. La chica cargó el estuche de la flauta hasta el otro lado de la habitación. El asiento más cercano a la silla de invitados estaba destinado para el músico principal. Sus dedos hojearon la carpeta.

          'Liz and the Blue Bird.'

          Lo que apareció al otro lado del plástico transparente era el título de la pieza libre de ese año. Se trataba de un repertorio compuesto a partir de un cuento de hadas y arreglado para instrumentos de viento. Al sentarse, Mizore pasó las manos por debajo de sus muslos y alisó los pliegues de su falda desordenada.

          "De cierto modo, es como si esta canción fuera muy adecuada para nosotras."

          ¿Qué quería decir? ¿Eso significaba algo bueno? ¿O solo era una molestia? Un montón de otras preguntas dieron vueltas como un vórtice por la mente de Mizore, pero no dijo nada de ello.

          "Sí." La voz indiferente que finalmente salió de sus labios parecía ocultar cosas. Aun así, a Nozomi no pareció importarle.

          "Lo sabía, tú también lo pensaste," asintió felizmente camino al pizarrón.

          Una esquina de la superficie verde oscuro llevaba la cuenta de los días que quedaban para la presentación oficial. Los números redondeados guiaban hasta el fin de esos días de ensueño.

          "Tengo muchas ganas de tocar esta pieza, espero que las nacionales lleguen pronto."

          "Sí," asintió Mizore con ambigüedad, fingiendo que no le importaban los verdaderos pensamientos en su corazón.

          No creo que lleguemos a las nacionales ni nada parecido.

Hibike! Euphonium 2nd Movement - Volumen 1 - Novela Ligera Español.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora