El barco se mecía con fuerza mientras navegábamos en aguas turbulentas. Estaba atada en la parte inferior de la embarcación, pero eso no me preocupaba demasiado. Sabía cómo liberarme de ataduras como esas. Así que, pacientemente, esperé el momento adecuado para actuar.Finalmente, llegó mi oportunidad. Con movimientos rápidos y precisos, logré soltarme de las cuerdas que me retenían. Subí a la superficie del barco con sigilo, pero mi corazón latía con fuerza. Laenor, un rehén importante, estaba a mi merced, con mi espada apuntando a su cuello empece a caminar sobre la cubierta pidiendo a gritos que saliera Daemon. A lo lejos, vi a Daemon acercarse sosteniendo a Asher.
El era un estupido... como se dejo agarrar
Pero no lo era...
La culpa era mia, debi hacerle caso antes de acercarme a Daemon
Daemon me miró con calma, como si disfrutara de la situación-No tienes escapatoria, Alyria. Suelta a Laenor, y tal vez considere dejar a tu amigo en paz- respondió con una sonrisa fría.
Sus palabras me enfurecieron, pero sabía que tenía que pensar con claridad. Miré a Asher, quien me imploraba con la mirada que no hiciera ninguna locura. A regañadientes, solté a Laenor y lo empujé hacia Daemon.
-Bien hecho, Alyria-dijo Daemon con aprobación mientras se alejaba con Asher como rehén. -Eres más astuta de lo que imaginaba-
Una vez que se llevaron a Asher, regresé a donde estaba antes. Me arranqué el collar del cuello y lo tiré al otro lado del barco. El collar cayo detras de barriles de lo que parecia ser vino.Minutos después, Corlys Velaryon, descendió hacia mí. Me llevó un pan con mermelada, y aunque no lo veía, me recordó. Dijo que me había reconocido como la niña del puerto de Myrr.Me sorprendió que Corlys me tratara con cierta familiaridad, como si fuéramos conocidos de antes. Respondí a su pregunta sobre una tal Daerys Sea , negando que la conociera, jamas la habia visto o conocido.
Corlys se sentó a mi lado y trató de tranquilizarme-Todo estará bien, Alyria. No te harán daño- dijo con suavidad.
Sin embargo, solté una risa irónica-No pueden hacerme daño, Corlys. Ya han hecho todo el daño que podrían hacerme- le contesté con amargura.
Pero Corlys no dijo nada más. Su actitud amable y conocida me desconcertaba. Me preguntaba si realmente me recordaba o si había algo más detrás de su comportamiento.Finalmente se levanto y se fue, minutos despues bajaron a Asher, corri y lo abrace
-Alyria, que...-antes de que terminara de hablar lo abrace
Jamas nadie me habia visto llorar, habia recibido heridas graves, habia estado al borde de la muerte una vez cuando una espada me atravesó y jamas llore, ahora lo estaba haciendo mientras Asher en aparente estado de shock por verme asi me abrazaba
-Tranquila Alyria, lo se todo-me mantuve aferrada a el- Haz todo lo que digan y estaremos bien, solo esperaremos el momento adecuado para escapar, ahora tenemos todo en contra, su ejercito tomo la isla, no es segura, estaba pensando en Volantis, tu y yo huiremos a Volantis ahi estaremos a salvo
Me mantuve abrazada a el por horas no dije ni una sola palabra, en cierto momento llamaron a Asher y el se fue me quede sola, las horas pasaban no sabia si era dia o noche, supongo que pasaron dias,Corlys dejaba la comida y se marchaba, hasta que un dia bajo alguien diferente y me ataron de brazos y cubrieron mi cabeza
Sentia que dos hombres me tomaban de los brazos y me guiaban , escuchaba murmuros de la gente
-Ella es Alyria-dijo Daemon mientras me quitaba lo que me cubria la cabeza
Ante la mirada de todos, mi cabello moreno de rizos rebeldes quedó expuesto. Entonces, sin vacilar, Daemon le pidió al rey que me permitiera ser la dama de compañía de su hija Rhaenyra.
El rey Viserys, al verme, se quedó en shock. Parecía reconocerme, y su mirada se volvió intensa y profunda. Se acercó a mí con pasos vacilantes y su voz tembló al pronunciar un nombre que me estremeció-Daerys-
-Concedele el perdon a Alyria y vuelvela dama de Rhaenyra, ella fue de ayuda-dijo Daemon
Sin embargo, yo respondí con valentía y sarcasmo-Si van a matar a mi padre y a toda mi familia, al menos deberían aprenderse mi nombre correctamente-le dije, enfrentando la mirada del rey-No soy Daerys ni se quien es-
En ese momento, Viserys ordenó que me desaten y que me lleven a una habitación. El silencio llenó la sala, y los demás presentes se retiraron. El rey no dijo más, y yo fui conducida a una habitación en el palacio mientras me movia puesto que me incomodaba que me guien.
Me encontraba sola en esa habitación, sintiendo la tensión en el ambiente y preguntándome qué pasaba por la mente del rey al verme. ¿Realmente me conocía o solo era un parecido casual con alguien más? La incertidumbre se apoderaba de mí, pero también sentía una chispa de esperanza, pues su reacción ante mi nombre me intrigaba, era como si no creyera que mi nombre era Alyria.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por unos sollozos que venían de algún lugar cercano. Curiosa, me acerqué sigilosamente a una esquina de la habitación y encontré a una muchacha rubia, de cabello largo y vestida con ropas nobles. Era Rhaenyra, la hija del rey Viserys, de acuerdo con la descripción que Daemon me había dado.
Un instante de indecisión me embargó. Podría simplemente huir por la ventana y olvidarme de toda esta situación complicada. Pero algo me detuvo, tal vez la curiosidad o el impulso de ayudar a alguien en apuros. Suspiré y, finalmente, decidí entrar en la habitación de Rhaenyra, a pesar de la forma poco convencional en que lo hice
Para mi sorpresa, Rhaenyra pareció apenas inmutarse ante mi presencia. Sus sollozos continuaron, pero no parecía importarle que una extraña como yo entrara en su habitación de esa forma tan peculiar. Me acerqué a ella con cautela y le ofrecí un pañuelo que tenía en el bolsillo.
-¿Estás bien?- pregunté suavemente, tratando de mostrar empatía
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