II

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Para este punto de la historia solamente estabas corriendo por las calles de Japón, sentías el frio llenar tus pulmones a cada respiración que dabas, y a la vez sentías mucho miedo y adrenalina a cada paso.

¿Cómo llegaste a este punto? Digamos que todo comenzó en dos mese después del primer mensaje de Mikey a tu celular.

Aunque todo el tiempo se te hacia extraño que si no le contestabas al primer segundo, ya sea que te tardabas 2 segundos el te bombardeaba con mensajes, pero, si el tardaba en contestar tu tenias que esperar a que tuviera suficiente tiempo, ya que el si se podía tardar días pero tu no.

Cuando tratabas de invitarlo a un café, este se negaba porque decía que no podía por su trabajo, que era muy buscado por sus socios y por su gente, al inicio pensaste que se había vuelto "chef de un restaurante extranjero" como te habían dicho tus amigos, pero mientras mas se negaba, mas te hacia sospechar.

O en otra ocasión le mencionaste que ibas a estar ocupada arreglando unos asuntos de tu boda, el te dijo que no, que no se te ocurriera salir de tu casa y menos con tu prometido, eso se te había hecho extraño, pero ese día lo ignoraste, de todos modos no se iba a enterar.

Pero al regresar a casa, había cientos de mensajes de el diciendo que regresaras a tu casa y que dejaras de ver a tu prometido, o como el le decía "ese imbécil".

Gracias a eso ambos comenzaron a pelear por mensaje, le reclamaste que el no tenia derecho a meterse en tu vida si ya ni amigos eran, que no tratara de volver todo a como cuando eran jovenes, el se molesto y desde ese día dejaste sus mensajes en visto.

Y bueno, ahora estabas corriendo por Japón tratando de escapar de alguien que te estaba persiguiendo desde que saliste del trabajo esa noche.

Entraste a tu casa con la respiración entre cortada, sacaste el celular para llamar a la policía, hasta que escuchaste como tu puerta era golpeada por algo... O por alguien.

— ¿Quieres ahorrarnos el trabajo y salir ahora? —una voz desconocida pero con un tono molesto hablo mientras seguían golpeando la puerta.

Sentías que cada respiración que dabas de escuchaba tremendamente fuerte, todo a tu alrededor parecía que daba vueltas. Y en ese momento, escuchaste como la puerta era derrumbada.

— ¿Qué creen que hacen? —tu vecino que era de la misma edad que tu salió de su departamento al escuchar el ruido.

Sentiste miedo y por la ventana del baño en donde estabas encerrada te asomaste, un auto blindado había estacionado de forma abrupta frente a tu departamento, parecía que no había nadie arriba de el, mas que el chofer.

— ¿Quieres morir mocoso? —escuchaste el escandalo afuera de tu apartamento, y cuando te asomaste miraste como un chico pelirosa estaba sosteniendo a tu vecino por el cuello de la camisa.

— N-No —el joven lo miraba con mucho miedo y pequeñas lagrimas comenzaban a salir de sus ojos.

Al ver esa injusticia, dejaste el miedo atrás para que te persiguieran a ti y que dejaran en paz al pobre chico que solo quería ayudarte.

— Oye, ¡Estoy aquí! —los chicos voltearon a mirarte y sonrieron al ver que su pequeño truco funciono para hacerte salir de tu pequeño escondite.

— Vaya, vaya, la pequeña novia del jefe por fin salió de su escondite —se intentó acercar a ti, pero a cada paso que daba retrocedías.

— ¿Novia? ¿De que hablan? —

— Vamos, vamos eres T/N la pequeña novia de Mikey —un chico pelimorado con buen peinado se comenzó a acercar a ti— ¿La amable señorita nos haría el honor de ir con nosotros sin pelear?

— Claro que no, ni siquiera los conozco, aléjense de mi —corriste a tu cuarto y lo cerraste con seguro.

El resto de chicos corrieron para intentar derribar la puerta como la de entrada, mientras ellos estaban distraídos decidiste meterte en tu armario donde tenias un pequeño escondite por emergencias, y eso era una emergencia.

Escuchaste la puerta ser derribada. Tapaste tu boca para evitar hacer cualquier sonido.

— Ay dios, esa niña sí que es molesta —Ran toco su cabeza frustrado al no verte

—Lo que es más molesto es que por su tonta pelea ahora nosotros tengamos que estar así —Rindou se unió a la opinión de su hermano.

— Mejor dejen de hablar si no quieren ser castigados por su insolencia —Kakucho los regaño e intento seguirte buscando.

— No creo que este en su habitación, seguramente por andar platicando llego más lejos —Koko apunto tu ventana que estaba abierta.

- Cállense y sigan buscando, que el jefe espera -Sanzu volvió a tomar camino saliendo de tu habitación y el resto lo siguieron.

Cuando ya no escuchaste pasos cerca pudiste respirar aliviada, decidiste descansar un poco las piernas por lo que te quedaste hecha bolita en tu posición, respiraste profundo, pero al estar tan concentrada en tus pensamientos no notaste cuando otro chico se acercaba lentamente a tu cuarto y se quedo sentado sobre tu cama.

Abriste tu armario saliendo de el.

— Bueno, creo que ahora pued-... —te interrumpiste a ti misma al mirar al chico que se encontraba frente a ti, su cabello blanco y sus ojos negros eran irreconocibles para ti, incluso si no lo habías visto en 12 años— M-Mikey...

— ¿Quién te dio permiso de dejarme? — su voz parecía furiosa pero su cara estaba tranquila.

Sentiste un escalofrío en la espalda y te levantaste de inmediato.

— Tu eres quien no se quería disculpar y además, el que quería que cambiara mi vida solo porque tu querías, ¿Qué clase de amigo hace eso?.

— No dejare que vuelvas a abandonarme —entonces rápidamente te pego a la pared, con su mano derecha sostuvo tus brazos sobre tu cabeza y con su otra mano saco un paño húmedo que puso sobre tu boca y tu nariz.

Intentaste forcejear, pero nada parecía funcionar, él era mucho más fuerte que tú, que al ver sus ojos notaste ira y tristeza al mismo tiempo. Empezaste a perder fuerzas poco a poco hasta que cerraste los ojos y caíste en un sueño profundo.

Es ahí donde el chico te quito el paño de tu nariz y te cargo al estilo princesa, en ese momento estaban regresando sus subordinados y al ver como él pudo encontrarte no pudieron decir nada.

— Cárgala —Mikey te entrego a Sanzu con cuidado— si se lastima o tiene un mínimo rasguño, lo pagaras muy caro.

Comenzó a caminar con dirección al auto nuevamente y todos lo siguieron.

𝑃𝑒𝑜𝑝𝑙𝑒 𝑌𝑜𝑢 𝐾𝑛𝑜𝑤 [Mikey Boten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora