El Deseo Que Pedí (Nimona)

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Sorpresa sorpresa es un!....

Nimona era rebelde? Un poco, pero no a un punto molesto para Ballister o Ambrosio.

De hecho, a pesar de todo Nimona intentaba ser la mejor hija que pudiera, dicho por sus propias palabras.

Nimona no tenía mucho gusto por la escuela, faltando constantemente, sin embargo lograba pasar con notas perfectas.
Le gustaba cocinar y pasándosela dibujando y escuchando música en su cuarto todo el día.

Además de bandalizar calles (forma exagerada de Ballister).

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Todo comenzó esa mañana, un día más en la que Nimona se encontraba por la mañana tarareando música de sus audífonos mientras hacía el desayuno para sus padres.

Unas deliciosas quesadillas, el olor era irresistible haciendo que el lugar se llenará con este.

Nimona dejo una nota junto a un dibujo algo rápido e infantil de Ballister y ambrosio con ella.

Después de eso salió rápidamente de la casa.

Solo quería salir un rato, había pasado las últimas semanas en casa, no por que quisiera...si no por otros asuntos, sin contrar el hecho de que su padre Ballister se había estado sintiendo mal, vomitando constantemente y con dolores de estómago.

Quizá fue por comer tanta pizza pero bueno.

Sentía que podía estorbar más que ayudar, la última vez le dio la medicina equivocada (ella no usaba medicina por qué tendía a aguantarse lo que tuviera hasta que se le pasara por si solo) y su padre se sintió peor.

Se preguntaba si aveces su familia podría ser más feliz sin ella.

Repentinamente sus pensamientos fueron interrumpidos cuando un par de niños pequeños que pasaron por ahí la vieron.

Ella les dio una sonrisa dejando ver sus colmillos, cosa que pareció asustar a los niños.

-Vamos! Ella es el monstruo del que nos hablo mamá

Uno de los niños dijo mientras jalaba al otro y se iban corriendo.

Aquel dolor insoportable en su pecho volvió pero leve, apenas estaba comenzando.

La gente a su alrededor la miraba con miedo, con enojo, con indignación, ya la conocían, sabían que era una cambiaformas pero que ellos no podían hacer nada al respecto.

Pero estaba segura de que si lo pudieran hacer, hubieran hecho lo mismo que intento Gloriana hace 100 años...

Mordió su labio, está era la razón por la que no salía seguido de casa.

Los murmullos no se hicieron de esperar, quizá no les importaba si ella oía, o quizá ya estaba imaginando sus voces.

-Es un monstruo