Al día siguiente me desperté bastante cansada y más tarde de lo normal para mí, hecha polvo por haber asistido a la fiesta de Chloe el día anterior.
Antes de irme a entrenar bajé a desayunar con mi familia como de costumbre, también les di los buenos días a todos.Terminé de desayunar y realicé la misma rutina que había hecho los días de atrás, fui andando hasta la academia, llegué al baño de las chicas y me cambié. Con mi traje de esgrima ya puesto repetí el mismo proceso que los días anteriores.
Cuando llegue a la sala donde entrenaba, me di cuenta de que Max hoy no había venido a practicar, me pareció extraño pero a la vez, pensé que quizá estaría cansado por la fiesta de Chloe y le hubiese dado pereza venir.
¿Pero a mí eso que me importaba?
Tenia que dejar de sacar conclusiones y centrarme si quería ganarme la beca.
Pasé por la primera fase de entreno está mañana, me fué bastante bien pero todavía me quedaban otras dos fases más, normalmente hacia cinco fases pero como hoy me habia retrasado un poco solo me daría tiempo para dos más, antes de tener que ir a casa a comer como siempre hacia.
Tras terminar la primera parte del entrenamiento decidí descansar y mira el móvil, lo tenía en silencio. Cuando lo encendí tenia 12 llamadas perdidas de mi padre y 25 de mi madre.
Me asusté y rápidamente decidí llamar a mi padre para que me contasé que sucedía, pero él no cogió el teléfono, así que probé mi madre, ella si que lo cogió.-Hola mamá, he visto que me has llamado muchas veces ¿Que ha pasado? ¿Estáis todos bien?
-Por fin contestas, ven ya para el hospital, tu abuela está muy enferma.
-¿QUE? -Grite muy nerviosa -Enseguida voy mamá, no te preocupes, tranquila, ya voy para allá.
Me preparé rápidamente y fui lo más rápido que pude hacia el hospital. Cuando llegué vi que mis padres y mis hermanos estaban esperando afuera.
-Mamá ¿Dónde está la abuela? ¿Puedo verla?
-Tenemos que pedirle permiso a los médicos, ven conmigo y vemos si nos dejan.
Eso hice y nos dejaron pero solo me dejaron entrar a mi.
-Hola abuela -Dije yo apenada.
-Hola Madelyne. No estés triste, podrás seguir adelante sin mi -Me dijo notando mi voz de miedo y preocupación.
-Abuela, no digas eso, te vas a curar.
-Estoy muy mal Madelyne y soy muy mayor -Empecé a llorar-. Ven, dame un abrazo.
-Quiero que me prometas una cosa -Siguió ella después de darnos el abrazo.
-Sí, lo que sea.
-Prométeme que vas a ser feliz con quien tú quieras y que vas a seguir adelante tomando tus propias decisiones.
-Te lo prometo.
-Buena suerte en el combate, seguro que ganas -Me dijo casi sin voz-. Y no olvides que te voy a ayudar a que seas feliz desde arriba.
-Gracias abuela, te quiero, eres la mejor abuela del mundo.
-De nada hija, tú sí que eres la mejor nieta del mundo Madelyne. Yo también te quiero.
Dijo y empezaron a sonar los pitidos rápidos de la máquina que tenía al lado. Me puse a llorar como una loca, chillando. Entonces entraron los médicos y me sacaron de la sala.
-¡No abuela, no te vayas! -Dije entre lágrimas, muchas lágrimas. Estaba llorando a mares, como nunca había llorado, no quería perderla.
-Cariño ¿Estás bien? ¿Que ha pasado? -Me preguntó mi madre estando ya en la sala de espera.
-Mamá, papá, hermanos… lo siento mucho pero… -Dije sin poder llorar por mis lágrimas.
Cogí aire y…
-La abuela ha muerto -Dije costando decirlo la misma vida.
Empezamos todos a llorar y nos dimos un abrazo.
Una vez en casa estábamos todos llorando, era muy duro para nosotros, incluso Margarett se quedó a dormir en nuestra casa porque estaba destrozada.
Al día siguiente bajé para darle los buenos días a mi familia, hasta que derrepente recordé que ayer perdí a mi abuela, y que no la volvería a ver nunca, me sentía vacía, incompleta, yo no quería estar en una casa en la que no estuviese mi abuela para darme los buenos días y las buenas noches. No pude controlarme y para distraerme decidí ir a casa de Chloe y saltarme el entrenamiento.
Llamé a la puerta y Chloe me abrió.
-Siento mucho lo de tu abuela -Me dijo
-No es nada -dije forzando una sonrisa en mi cara
-Espero que estés bien - se preocupó
-Sí, estoy bien, no te preocupes por mí -dije mientras entraba en su casa
Subimos hacia su cuarto y estuvimos hablando tiempo, y haciendo diferentes actividades que no tenían nada que ver con el tema de mi abuela.
La madre de Chloe fué muy buena conmigo y me ofreció quedarme allí todo el tiempo que necesitase, al final no eché la noche en su casa, ya que me sentía mal haber dejado a mi familia allí.
Cuando llegue era tarde, me sentía destrozada como si me faltase parte del alma, siempre me planteaba que me pasaría el día que mi abuela no estuviese ahí, incluso muchas de las noches lloraba de miedo a perderla, y nunca me imaginé que llegaría así tan... precipitado.
Entre en casa, una casa que ya no sentía como si fuese mi hogar, mi abuela nunca volvería a entrar en esa casa, y yo no quería que eso fuese así, jamás.
Al entrar encontre a toda mi familia bastante cansada y tristes, pero dudo que ellos se sintiesen como yo, los saludé, y me dijeron que el funeral sería unos pocos días después, rápidamente subí hacia mi habitación y me tumbe en mi cama.
Es algo que nunca podría superar, y nadie lo entendería nunca, con ella tenía una conexión que no había tenido con nadie nunca, era la mejor persona que tenia en mi vida, ella nunca me juzgaría por nada en el mundo, era perfecta en sus ojos, y ella era la única que me veía de esa forma.
Empecé a recordar esos últimos momentos, que tuve con ella, y como se me encogía el corazón al escuchar el pitido de la máquina que dio señales de su muerte, y las últimas palabras que me dijo.
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El mes que me cambió la vida
Teen FictionMadelyne es una adolescente francesa, esgrimista (al igual que su familia) y muy competitiva. Es una de las mejores esgrimistas de su academia en Paris. Ella todavía no sabe lo que le viene. Escrito por Ainara y Carmen <3