En una noche fría de diciembre, la familia Aspin celebraba con gran expectativa la llegada de su primer hijo. La Mansión Aspin, una imponente construcción situada en lo profundo de los bosques de Northumberland, vibraba con una magia ancestral que había protegido a la familia durante generaciones. Los Aspin eran una familia de sangre pura, reconocida tanto por su nobleza como por su neutralidad en las guerras que habían asolado el mundo mágico. A lo largo de los siglos, se habían mantenido alejados de los conflictos, prefiriendo la tranquilidad del estudio y la dedicación a las artes mágicas.
Cuando Thaddeus Aspin nació, la sala de partos se llenó de un silencio reverente. El niño, envuelto en suaves mantas de lana, tenía una expresión de calma inusual para un recién nacido. Sin embargo, lo que llamó la atención de sus padres no fue su tranquilidad, sino la cicatriz que marcaba su hombro derecho: una fina línea en forma de media luna, como si hubiera sido tallada en su piel desde antes de su nacimiento.
La familia Aspin, a pesar de su vasta sabiduría, no podía explicar el origen de aquella cicatriz. No había maldición ni hechizo que pudieran rastrear hasta su causa. Pero en lugar de alarmarse, sus padres lo consideraron un presagio, una señal de que Thaddeus estaba destinado a hacer grandes cosas. Desde ese momento, su destino parecía estar entrelazado con misterios y poderes que la familia apenas comprendía.
Conforme Thaddeus crecía, su carácter empezaba a revelar la mezcla perfecta de las virtudes de los Aspin. Desde una temprana edad, mostró una curiosidad insaciable por las artes mágicas, especialmente por la creación de pociones. Pasaba horas observando a su madre preparar remedios en su laboratorio, fascinado por cómo los ingredientes se mezclaban para crear efectos maravillosos y a veces peligrosos. A los cinco años, ya había comenzado a memorizar los nombres de plantas y minerales, y a los siete, intentaba hacer sus propias pociones con ingredientes simples que recogía en los alrededores de la mansión.
A los ocho años, Thaddeus había demostrado ser un niño prodigio. Sus padres, aunque orgullosos, mantenían un ojo vigilante sobre él. La cicatriz en su hombro parecía brillar en ciertos momentos, como si respondiera a las emociones o a la magia que practicaba. Aunque la vida en la mansión Aspin era tranquila, había una sensación latente de que Thaddeus estaba destinado a algo más grande, algo que cambiaría no solo su vida, sino también el equilibrio del mundo mágico.
Y así, mientras las consecuencias de la guerra comenzaban a afectar sobre el mundo mágico y el nombre de Voldemort ya no es tan mencionado, Thaddeus Aspin continuaba su aprendizaje, inconsciente de los desafíos que el destino había reservado para él. La cicatriz en su hombro, tan inexplicable como su propio talento, seguía siendo un misterio que, algún día, él mismo tendría que resolver.
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El Camino del Maestro Pocionista
FanfictionEn un mundo lleno de magia y misterios, donde dragones y criaturas fantásticas coexisten con brujas y magos, un joven llamado Thaddeus Aspin sueña con convertirse en el mejor pocionista que el mundo mágico haya conocido. Desde niño, Thaddeus ha sent...