Capítulo 3: El Comienzo de la Aventura

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El Primer Día en Hogwarts

El sol aún estaba bajo en el cielo cuando Thaddeus se despertó en su nueva cama en la Sala Común de Slytherin. La emoción de la primera noche en Hogwarts había hecho que el sueño llegara lentamente, pero la anticipación de las clases que comenzarían pronto era suficiente para hacer que se levantara con energía renovada. Se vistió con su túnica verde y plata, preparándose para el día que había esperado durante tanto tiempo.

Mientras bajaba a la Gran Comedor, encontró a Blaise y Theodoro esperándolo en la mesa de Slytherin. La mesa estaba llena de estudiantes que compartían historias sobre sus primeras impresiones del castillo y sus expectativas para el año.

“¡Buenos días!” exclamó Blaise, que ya estaba disfrutando de un abundante desayuno. “¿Listo para el primer día?”

“Sí,” respondió Thaddeus, sirviéndose un poco de todo. “Espero que hoy sea tan emocionante como parece.”

“Definitivamente lo será,” afirmó Theodoro, que ya estaba revisando su horario. “Hoy tenemos clases de Pociones, Herbología y Defensa Contra las Artes Oscuras. Creo que la clase de Pociones será la más interesante.”

Clase de Pociones con el Profesor Snape

La primera clase del día fue Pociones, y los estudiantes de primer año se dirigieron a las mazmorras con una mezcla de nerviosismo y emoción. La sala de pociones era sombría y estaba llena de calderos, frascos de ingredientes y libros antiguos. El aire estaba impregnado con un aroma que solo se podría describir como una mezcla de hierbas, metales y una pizca de misterio.

El profesor Severus Snape, conocido por su presencia intimidante y su habilidad excepcional en la elaboración de pociones, estaba esperando a los estudiantes al frente de la sala. Su rostro era serio y sus ojos negros parecían evaluar a cada uno de los estudiantes con una mirada penetrante.

“Bienvenidos a la clase de Pociones,” dijo Snape con una voz baja y grave que resonaba en el aula. “En esta clase, aprenderán a preparar pociones que pueden ser tanto útiles como peligrosas. Su capacidad para seguir instrucciones y comprender los ingredientes será crucial. A partir de hoy, cada uno de ustedes debe demostrar su valía si quiere obtener puntos para su casa.”

Con un movimiento elegante, Snape se dirigió a la pizarra y escribió el nombre de la poción del día: *Poción de la Fortuna*. “Esta es una poción que no solo les dará una ligera ventaja en situaciones difíciles, sino que también servirá para evaluar su destreza en la elaboración de pociones. Quiero que se concentren en cada paso del proceso. El estudiante que logre preparar la poción con mayor precisión ganará 50 puntos para su casa.”

El aula se llenó de murmullos emocionados. Thaddeus, Blaise y Theodoro intercambiaron miradas de determinación. Thaddeus se concentró en las instrucciones escritas en el libro de texto, mientras que Snape comenzaba a distribuir los ingredientes a cada mesa.

La tarea de preparar la Poción de la Fortuna era compleja. Requería una mezcla precisa de ingredientes como colmillo de serpiente, escamas de dragón y un toque de esencia de lirio. Thaddeus trabajó con meticulosidad, siguiendo cada paso al pie de la letra. Su varita y sus manos se movían con habilidad mientras mezclaba los ingredientes y ajustaba la temperatura del caldero.

Snape observó a los estudiantes con atención, paseando por el aula y deteniéndose ocasionalmente para hacer comentarios cortantes o corregir errores. Cuando llegó a la mesa de Thaddeus, se detuvo y observó la poción en proceso. Thaddeus sintió la tensión en el aire, pero no permitió que eso lo distrajera. Finalmente, cuando Snape se inclinó para inspeccionar la poción terminada, el rostro del profesor mostró una ligera sorpresa.

El Camino del Maestro PocionistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora