La vida de Cho Kyuhyun no es nada fácil, al quedar huérfano y a cargo de su hermano menor, debe renunciar a sus propios sueños y buscar la manera de no morir de hambre.
En su nuevo trabajo conoce a Choi Siwon, creyó que sería un cliente como cualqui...
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Siwon se había despertado esa mañana con la sonrisa más amplia y estúpida que jamás había dejado ver al mundo. Había sentido como si su vida finalmente tuviera sentido. Nunca se había conectado con otra persona, emocionalmente, como lo había hecho con Kyuhyun.
Kyuhyun... iQué hermoso nombre!
Cuando se dio la vuelta en la cama y la encontró vacía y fría, se limitó a encogerse de hombros. Probablemente Kyuhyun esté preparando el desayuno. Aunque, un mal presentimiento había comenzado a filtrarse bajo su piel cuando se sentó y notó que ninguna de las ropas del otro estaba a la vista. Tan raro. Las veces anteriores que Kyuhyun se había quedado a dormir, había doblado cuidadosamente su ropa y la había colocado en la silla cerca de la ventana, decidiendo usar la ropa del otro para holgazanear.
"Algo no está bien." Siwon había murmurado mientras salía de su habitación y bajaba las modernas escaleras. Había esperado con todas sus fuerzas que Kyuhyun estuviera en su cocina bailando al ritmo de alguna canción pop que estaba tarareando, preparando panqueques y huevos revueltos. Realmente había esperado.
Siwon nunca había sido una persona sociable, excluyendo su fachada comercial, lo que lo convertia en un hombre excesivamente encantador capaz de hacer que todos se doblegaran a su voluntad. Incluso cuando era niño, había estado solo, sin hermanos ni amigos cercanos, solo varios conocidos.
Cuando era adolescente, había tenido su parte de malas experiencias con las relaciones interpersonales; ser un heredero desafortunadamente atrajo la atención equivocada. A los 20 años se había dado por vencido. El colmo había sido una relación con Jessica, la hija de uno de los socios comerciales de su padre, que solo había servido para que se diera cuenta y aceptara que, de hecho,era gay. Entonces había ocurrido la muerte de sus padres; un horrible accidente automovilístico que lo había dejado aún más solo y responsable de un imperio que no había estado ni cerca de estar preparado para liderar. Sin embargo, se había recuperado.
A pesar de su éxito profesional, su vida personal se había ido por el desagüe. Había tratado de conocer gente y hacer que las cosas funcionaran, pero siempre había algo acerca de quienquiera que fuera en el momento que lo desanimaba. O tal vez había sido él.
Cuando Xiān lo acompañó a su primera reunión de negocios, estaba completamente enamorado del chico. Ver al más bajo envolver cada uno de esos viejos charlatanes de negocios alrededor de su dedo meñique lo había divertido y orgulloso. Un pez en el agua no se habría visto más cómodo que Xiān y Siwon, se habían preguntado cómo una criatura tan maravillosa había terminado en un trato tan turbio con una agencia de acompañantes. Aun así, había agradecido egoístamente a todos los dioses y deidades que se le ocurrieron por la razón que fuera porque lo hizo cruzarse en el camino de Xiān.
Esa maravillosa mañana cuando Xiān se inclinó sobre él en su propia cocina y lo besó por primera vez, Siwon pensó que unos labios tan suaves no podían ser reales, que un aliento tan dulce sólo podía ser producto de su sobreexcitación. imaginación. Pero luego abrió los ojos después de que sus labios se separaron, solo para ver que el joven le sonreía tímidamente, con los ojos fijos en el cuello de su camiseta en lugar de sus ojos y lo supo. Jodidamente lo había sabido el mismo y en ese momento. Xiān era genuino. No había importado que le estuviera pagando porque su corazón era sincero, al igual que el brillo en sus ojos cuando se miraban por una fracción de segundo, y esas tímidas sonrisas que mostraba el chico cada vez que pensaba que Siwon estaba no estaba mirando.
