La vida de Cho Kyuhyun no es nada fácil, al quedar huérfano y a cargo de su hermano menor, debe renunciar a sus propios sueños y buscar la manera de no morir de hambre.
En su nuevo trabajo conoce a Choi Siwon, creyó que sería un cliente como cualqui...
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Con la promesa de que se abriría y compartiría sus problemas con alguien, la sincera conversación con Jae había terminado y Kyuhyun estaba completamente angustiado. ¿Cómo podría no serlo? "Una promesa es una promesa, Kyuhyun", le había enseñado una vez su madre, y él había aprendido esa lección, así que tenía que pensar en una persona adecuada a quien abrirle su corazón.
No es que no hubiera confiado en sus amigos. Habían demostrado cuán leales y confiables eran en innumerables ocasiones. Sus amigos de la secundaria, Changmin, Minho y Kibum, con quienes había compartido tantas experiencias, habían sido olvidados por mucho tiempo, cada uno de ellos seguía su propio camino, lo que resultó en que eventualmente dejaran a Kyuhyun solo. Aún así, había podido reemplazarlos con dos de las personas más maravillosas que jamás había conocido; Yesung y Kim Ryeowook. Casi de inmediato había confiado ciegamente en ellos. El problema seguía siendo el hecho de que había estado manejando sus sentimientos él solo durante tanto tiempo que apenas recordaba cómo expresarlos a otra persona, un extraño para el caso.
Ambos chicos, mayores que él, habían sido sus guías cuando se unió por primera vez a la agencia y siempre estuvo agradecido, sin embargo, sentir gratitud y confiar tus secretos más profundos a una persona eran dos cosas completamente diferentes. No había sido una tarea fácil, pero había decidido abrirse a Ryeowook, su amigo y compañero de trabajo de ojos amables, con la sonrisa más dulce que jamás había visto.
Kyuhyun le había confiado al chico. El otro había escuchado atentamente todo lo que tenía que decir,abriendo su corazón sin escatimar ningún detalle, ni siquiera la identidad de Siwon. Había sido como si le hubieran quitado el peso del mundo de encima, a pesar de que todo lo que Wook había hecho era sonreír con una de sus sonrisas con hoyuelos y decirle de todo corazón un "todo estará bien" mientras lo abrazaba y le daba palmaditas. su espalda de manera tranquilizadora.
Ninguno de los dos se había dado cuenta de que detrás de una de las puertas cerradas había estado una BoA muy preocupada, escuchando también la triste historia de Kyuhyun, con lágrimas estropeando su rostro y un corazón apesadumbrado sobre ella.
Un par de semanas después de la conversación un tanto reconfortante con Wook, Kyuhyun había llegado a casa, sólo para encontrar una sala llena de ramos de rosas rojas y girasoles.
¿Qué carajo pasó aquí? La escena había sido a la vez impresionante e inquietante porque quien se atrevió a hacerlo estaba en su casa. Adjunta a la larga cinta que conducía a un único globo blanco lleno de helio había una pequeña nota:
"Te extraño mucho, mi Kyu".
La sola mención del apodo había tocado una fibra sensible dentro de Kyuhyun, una que había tratado de dejar intacta por el bien de su cordura, pero aun así trató de rechazar la respuesta obvia porque no podía haber sido él, ¿ verdad ? No había ni la más mínima posibilidad de que pudiera haber sido él. Siwon nunca había sabido su dirección y le era imposible averiguarlo. Kyuhyun se había asegurado de eso.
