SAHARA
Horas atrás
Beber nunca ha sido mi fuerte, mi conciencia lo sabe, pero el alcohol la mandó de vacaciones, solo queda mi parte inconsciente y ahora confundida con todo lo que la rodea. ¿Quién es el hombre frente a mí y por qué la que se supone es mi mejor amiga hace tres años no dice nada y solo escribe callada en una libreta que no sé de dónde sacó?
Mi difunta abuela estaría retorciéndose en su tumba al ver que su única nieta está ebria y rodeada de personas que no había visto nunca; mi madre, por otro lado, me reprocharía por ser como mi padre, entonces la sonrisa de mi nana inunda mi cabeza y su voz lucha contra el alcohol en el intento de hacerme reaccionar, pero nada, solo logra inundar mi mente de más preguntas sin respuestas. ¿Quiénes son las otras chicas que saltan junto a mi amiga? ¿El vestido acampanado y lleno de lentejuelas, de dónde lo saqué? ¿Por qué Khiss no está evitando la locura que seguramente estoy a punto de cometer? ¿Por qué el chico frente a mí es tan guapo?
Sostengo mi cabeza cuando un mareo me ataca ganándome la atención del chico delante mío que viste un traje muy elegante, parece de diseñador de esos que cuestan miles de dólares, su mirada es de preocupación dando la apariencia de estar sobrio, cuando se acerca intentando decirme algo, el olor a alcohol lo delata, intenta acercarse nuevamente, pero se tambalea y cae. Un hombre vestido igual de elegante cubierto con un antifaz corre a su ayuda lanzándolo casi a mis brazos para luego salir corriendo.
Que hombre para más extraño.
El pelinegro se aparta clavando su mirada en mí, sus ojos, sus sexy y penetrantes ojos negros, brillan como dos estrellas que a la vez te sumergen en un deseo prohibido.
-¿Estás bien?- pregunto acomodando su corbata
- Creo que sí.
- ¡Ustedes están de maravilla! -grita una chica castaña que abraza a mi amiga- Solo digan que sí.
¿Decir sí, a qué? Ni idea
- Nena, di que sí y te daré lo que pidas- grita desde algún rincón del lugar mi amiga.
"Recuerda nena, siempre debes decir que sí a ponerte en primer lugar", sus palabras resuenan en mi cabeza, no podía salir nada mal después de todo.
De forma automática respondo sí al hombre vestido de Elvis frente a mí.
Todos gritan entusiasmados al oírme y escucho como el hombre le pregunta algo al pelinegro frente a mí. Él parece no entender nada cuando el sujeto que lo lanzó hacia mí aparece otra vez susurrándole algo al oído, entonces todos guardan silencio hasta que el pelinegro susurra un casi inaudible sí y todos vuelven a gritar, de forma tímida se acerca y toma mi mano.
- ¡Felicidades, nena!- me grita Khiss lanzando confeti hacia nosotros- Estoy feliz y orgullosa de ti, seré la mejor tía para mis sobrinos, no veo la hora de contarle a nana.
Niego a las solo cinco palabras qué logro entender.
Todos nos rodean dando saltos y lanzando más confeti acompañado de algo que parece arroz a simple vista.
- Es hora de nuestra luna de miel -susurra el desconocido en mi oído.
El trajeado solo me toma de la cintura cargándome al estilo nupcial obligándome a enredar mis brazos en su cuello para no caer.
- ¡Beso, beso, beso, beso! - de pronto todos comienzan a corear.
Sin pensarlo él acerca su rostro al mío pegando nuestros labios de forma desesperada e intensa; nos separa y comienza a correr conmigo en brazos dejando atrás la ola de gritos del grupo que nos rodeaban.
ESTÁS LEYENDO
Matrimonio a un clic de Distancia
Teen FictionDos casi desconocidos, Las Vegas, un pequeño secreto y una escritora algo loca. ¿Qué podría salir mal?