"El cuento de nuestras vidas"

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En el interior del valle se alza una intensa llamarada que convierte las figuras de los árboles en sobras deformes y raquíticas. Y junto a esta fuente de calor, un grupo de niños se reúne alrededor de varios ancianos decrepitos, cuyas pieles pálidas se pigmentan de amarillo con la luz de la fogata.

Los habitantes más longevos de estas tierras, cuentan la historia de cómo nació aquella desquiciada y absurda idea de fundar un pequeño pueblo envuelto entre las penumbras y los miedos de este bosque.

Para interés de los espectadores, aquel marchito sitio no siempre fue tierra de moribundos y desasosegados. Unos escritos, plasmados con tinta y sangre; encerrados entre carátulas de madera carcomidas por las termitas —que yacen al poder de los eruditos del pueblo— relatan una historia trágica pero importante para quien desea conocer sus orígenes.

Abierto sobre las desnutridas piernas de uno de los ancianos, se extiende aquello que resguarda la vida y muerte de una tierra prospera y deslumbrante, y la de sus pueblerinos. En esas hojas, decoloradas por los años, data el cuento de sus vidas; de nuestras vidas.

Para entonces; unos ciento cincuenta años atrás; se hablaba de una valle llamativo y prometedor, de tierras verdes como la esmeralda más brillante, y bendecido bajo un cielo azul vibrante. Tras la llegada de los fundadores a dichas tierra, se dispuso establecer y guiar un nuevo pueblo capaz de aprovechar cada uno de los recursos disponible y otorgados por la madre naturaleza.

Estos tres gobernantes; cuyos nombres se desconoce y fueron tachados y arrancados de los libros; forjaron desde cero toda una civilización, procurando siempre cumplir con las demandas que esta les exigiera. Así, tras años de esfuerzo y dedicación por parte de los pueblerinos y de sus monarcas, surgió la que antes era conocida como Villa Naciente; un hogar cálido y acogedor, donde quienquiera que fuera sería aceptado y acogido con la mayor gratitud que sus habitantes pudieran darle.

Sin embargo, no todo marchaba según lo planeado en la villa, en especial en el castillo de los fundadores. Desde la llegada a estas nuevas tierras, los tres gobernantes habían pasado por múltiples diferencias al momento de imponer las normas que regirían entre los pueblerinos. Esto forzó el nacimiento de una división con respecto a las leyes que se someterían.

El mayor de los tres gobernantes aseguraba que su forma de mandato era la más óptima, debido a la experiencia y sabiduría que le habían otorgado los años en los que vivió como una parte más del pueblo; cosa que lo hizo conectarse más con las necesidades que estos sufrían.

El hombre del medio objetaba que el poder debía recaer sobre él, ya que su padre fue quien comandó el pueblo durante los años previos al enrraizamiento en la nueva villa; todo esto antes de que acarreara la Gran Guerra que los había forzado a abandonar su antigua tierra y buscar un nuevo sitio donde vivir. Por ende a todo esto, el legado debía ser cedido a él —aunque fuera el pueblo quien, antes de la partida a nuevas tierras, votara por tener al mayor de los tres en el cargo de gobernante.

Por último; pero no menos ambicioso de poder; el menor de los tres gobernantes —quien fuera consejero del antiguo mandatario y a quien se le fue otorgado el mandato como orden directa de este, en caso de su fallecimiento— replicaba la necesidad del pueblo por un nuevo régimen que lo llevara a evitar los errores acontecidos en el pasado; que llevaron y ocasionaron en primer lugar la Gran Guerra. Por esto, el del medio no debía ser quien gobernara. Por su parte, el mayor ya era muy viejo para mantenerse en el cargo, y para los habitantes era crucial que estuviera en el poder una persona capaz de perdurar por bastante tiempo —sin saber cuántos años le quedarían al mayor.

Los diferentes puntos de vista se plasmaban en las autobiografías que los propios monarcas dejaron bajo el poder de los eruditos.

Los volúmenes que seguían la cronología del pueblo fueron extraviados o robados de la biblioteca de los sabios; incluso hay quienes dicen que fueron destruidos durante "La batalla de los muertos en vida", con el fin de evitar que se supieran los inhumanos acontecimientos que surgieron tras las disputas de los gobernartes.

De lo siguiente que se tiene registro, es de las anotaciones llevadas a cabo por uno de los antiguos sabios que se intuye murió a causa de dichas disputas —esto por la forma drástica en la que las anotaciones cesan de repente, dejando una gran parte del libro vacío. En lo poco que fue registrado, se retratan distintos bandos disputandose por elegir la forma de gobierno más óptima para ellos mismos. Citando tal cual como aparece en el libro:

"...No estaban abiertos a otra opinión que no fuera la de ellos; y defendían sus posiciones con uñas y dientes; como perros protegiendo su territorio; sin importar que tan correctos o incorrectos estuvieran..."

Todo esto terminó por destrozar la poca estabilidad que quedaba, y desencadenó los cuatro acontecimientos que marcaron el hito de una desdichada nueva vida para los lugareños de la villa. Uno fue "La batalla de los muertos en vida" ; posterior a eso, "La muerte de la experiencia"; seguida de "La huida del rey cobarde"; y por último, "El encierro de la cordura".

La dualidad que hubo cobró miles de vidas en toda la aldea —niños, mujeres, y hombres—, que al ser pequeña y fundada hace pocos años, implicaba una perdida considerablemente irremediable.

La sangre derramada y los cuerpos abandonados fueron poco a poco absorbidos por la tierra de aquel lugar, dando origen al surgimiento de monstruosos y deformes árboles que asian sus copas hasta las alturas, ocultando a toda la aldea de los rayos del sol. El único rio que rodeaba toda la tierra fue contaminado con el óxido de las armaduras de los caídos, y sus aguas se tornaron tóxicas e inconsumibles.

La fauna del lugar fue ahuyentada casi en su totalidad, quedando algunas especies peligrosas para los humanos; y la flora se volvió hostil, engendrando especies de plantas venenosas e irreconocibles. Los pocos sobrevivientes de toda la masacre intentaron continuar sus vidas en la aldea a como diera lugar, pues no tenían a donde más ir.

Hay un mito muy común entre los pueblerinos, que sugiere que la disputa aún no ha terminado, y que existe un quinto acontecimiento importante en la historia del valle el cual se ha estado llevando a cabo desde el aislamiento del último gobernante hasta la actualidad.

Se desconoce si otrora; muy en futuro; podrá ser revertido todo el daño ocasionado a estas tierras. Lo único seguro, es que la naturaleza es capaz de hablar por señales; y la más evidente para los lugareños, es la de el deseo por destruir el pueblo.

Villa Viciosa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora