Estás terminando de lavar los últimos platos, el vapor todavía sale del agua del fregadero mientras tu mente vaga por Natasha arriba. Tenías que alejarla de hacer la limpieza después de la cena y ordenarle que se duchara. Desde que llegó a casa hoy, ha estado atrapada en silencio en su propio mundo, uno que sabes que no suele ser agradable. La tensión en su cuello y hombro era palpable en la forma en que se sostiene, y tú la habrías notado incluso si no hubiera dejado que el dolor se mostrara en su rostro.
Subes las escaleras detrás de ella y esperas que un poco de tiempo a solas y una ducha caliente hayan ayudado a aliviar su estrés.
A través de la puerta del dormitorio se la puede ver de pie frente al espejo de cuerpo entero, con la toalla todavía envuelta. Hay un vacío detrás de su mirada mientras se mira a sí misma y lentamente te acercas de puntillas hacia donde está parada.
Te deslizas detrás de ella y pasas las palmas de las manos a lo largo de la línea de los huesos de la cadera hasta que presionan la parte inferior del estómago. Apoyas la barbilla en su hombro y tratas de hacer contacto visual con ella a través del espejo.
—¿Estas bien cariño? —Le preguntas y la aprietas suavemente con la pregunta.
Ella suspira y puedes sentir su aliento temblar ligeramente mientras exhala. Hace un breve contacto visual contigo antes de apartar la mirada otra vez, temerosa de desmoronarse si te mira a los ojos por mucho tiempo. Ella asiente vacilante y puedes ver que hay una pregunta escondida, un deseo que nunca pide.
—¿Quieres hablar acerca de ello? —Le preguntas y presionas un beso caliente a un lado de su garganta.
—No. —Ella niega y tú empujas el cabello húmedo que cae sobre su cara detrás de la oreja de nuevo.
Tarareas en voz baja en reconocimiento. Te meces suavemente con ella en tus brazos por un momento, como si estuvieras bailando lentamente una canción silenciosa. Ella no se relaja del todo contigo, todavía atrapada en un bucle tortuoso en su mente que consideras tu señal final para dar el siguiente paso.
Con las manos en las caderas, la giras ligeramente hacia un lado para que quede de lado frente al espejo. Te arrodillas frente a ella, arrastrando tus manos sobre sus caderas y sus muslos, sin romper nunca el contacto mientras caes al suelo. A través del espejo le robas una mirada mientras te mira atentamente, un brillo emocionado en sus ojos refleja la suave luz de la habitación.
Finalmente ella tiene algo más en mente.
Te arrodillas ante ella como un adorador de un dios. La excita, elevándose sobre ti de esa manera. Es un poder pacífico que le otorgas cada vez que ella te lo permite. Un lugar en su aterradora vida donde ella puede controlar todo y no se lo negarás.
Las puntas de tus dedos alcanzan más de su piel, presionan alrededor de los músculos de la pantorrilla para trazar una línea ondulada hasta la parte posterior de las rodillas que se tambalean ligeramente cuando te deslizas sobre la piel sensible allí. Te inclinas para presionar un beso sensual al costado de su rodilla donde se encuentra con su muslo y luego otro al otro lado.
Su piel huele perfecto, empujas tu nariz a lo largo de su piel hasta que se encuentra con la parte inferior de su toalla, a la mitad del muslo. El músculo allí sobresale de una manera que te hace temblar el estómago. Ni siquiera sabes que has decidido morderla hasta que tus dientes ya están perforando su piel y ella se sobresalta ante la dolorosa sensación. Su palma cae sobre tu boca tan rápido que casi te da una bofetada y empuja tu boca fuera de ella.
Ella te mira con una severa advertencia en sus ojos.
Le das una mirada de disculpa y colocas una serie de suaves besos con la boca abierta en las marcas de tus dientes, tratando de calmar la piel roja con tu lengua.
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One Shots Natasha Romanoff
RandomOne Shots traducidos de Natasha Romanoff de AO3. _ •ChicaxChica. •Contenido Homosexual.