One Shots Natasha Romanoff

Bajo su pulgar

Advertencias: Palabras fuertes fuera de la habitación, básicamente Tasha insultando a la teene frente a los otros Avengers. Final +18.

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Sabías qué tipo de día te esperaba tan pronto como te despertaste y Natasha te impidió vestirte.

—No. Vas a venir a desayunar vestida así. —Habló mientras su mirada hambrienta recorría tu cuerpo.

Suspiraste ante la instrucción antes de seguirla hasta donde los demás ya estaban en la mesa, ella lo sabía, te hizo llegar tarde a propósito solo para que todos los ojos estuvieran puestos en ti. Y lo fueron.

Por suerte, lo que te pusiste para dormir podría haber sido mucho peor, pero el cuerpo completamente vestido de Natasha junto al tuyo era un marcado contraste; tiraste del material ajustado de tu camiseta, muy consciente de los ojos en tu cuerpo y tus piernas casi totalmente expuestas.

Te guió a tu asiento con su mano en la nuca, empujándote hacia la silla cuando la parte posterior de tus piernas la rozaron antes de sentarse a tu lado, sin siquiera mirarte mientras se unía a la conversación que estaba ya teniendo lugar.

Tomaste el plato de comida frente a ti mientras tus muslos se apretaban debajo de la mesa solo de pensar en cómo sería el resto del día y más específicamente cómo terminaría. Ella siempre estaba bastante atenta después de un día como este.

Estabas atascada en tu cabeza cuando alcanzaste tu bebida, golpeando el vaso ligeramente, lo que provocó que parte del jugo se derramara sobre la mesa antes de que lo agarraras para ponerlo de pie nuevamente. No causó demasiada escena hasta que la cabeza de Natasha se giró para mirarte, miró el charco al lado del vaso medio vacío y luego te miró a ti.

—Eres tan jodidamente torpe. —Ella murmuró y te hundiste en tu asiento por la forma en que te estaba mirando. —Eres como una niña. ¿Necesitas que te alimente también, si eres tan incapaz de no hacer un desastre? —Ella se burló.

—No. —Murmuraste con un movimiento de cabeza, tu rostro comenzó a calentarse bajo su mirada y las miradas de preocupación de todos los demás.

—¿No? ¿No necesitas una taza para sorber? —Ella se burló de ti con un faux coo. —En realidad, es una buena idea. —Agregó antes de empujar su silla hacia atrás y caminar hacia la cocina, regresando con una taza con tapa que ni siquiera sabías que estaba en el complejo.

—Nat, ¿qué estás... —comenzó Wanda, deteniéndose en la mano que Natasha levantó para calmarla.

—Si no puede beber sin derramarlo por todas partes, esto es lo que necesita. —Ella respondió, haciendo un espectáculo de verter jugo de manzana en la taza antes de cerrar la tapa. —¿No es así, cariño?

Asentiste en respuesta mientras ella empujaba la taza hacia ti, mirando expectante a que tomaras un sorbo. Lo hiciste de mala gana con la cara en llamas, aferrándote a las manijas mientras bebías; todos te miraron incómodos antes de que Natasha los instara a continuar la conversación.

Justo cuando ibas a agarrar tus cubiertos de nuevo, ella levantó la mano frente a ti con un movimiento de cabeza.

—Mantén tus manos debajo de la mesa hasta que termine y luego te ayudaré.

Hiciste lo que ella dijo, golpeando tus dedos contra tus muslos mientras limpiaba su plato. No te hizo esperar demasiado antes de girarse en su asiento, agarrando tus cubiertos para cortar la comida en pedazos.

Se lanzaron miradas hacia ustedes dos mientras te daba de comer en la boca tú desayuno, observándote masticar y tragar cada bocado como si fueras incapaz de alimentarte por ti misma, como una niña. Incluso juguetonamente hizo el ruido de un avión con un tenedor y sonrió por la forma en que le sonreíste con un movimiento de cabeza.