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-Sabes, Rem... En realidad mi historia aún no tiene un final concreto. ¿Quieres ayudarme a decidir que es de los protagonistas o más bien... Como se enamoran?

-Oh. Claro... -Rem no era alguien precisamente lo que se diría expresivo, pero lo cierto es que se puso muy feliz de poder aportar a aquella maravillosa historia que su amiga había inventado.

Misa solía escribir fanfics a menudo, incluso dibujaba comics en las últimas paginas de sus cuadernos, en su mayoría los protagonistas solían ser dos chicos, pues era lo que más le inspiraba: el amor homosexual.

Sin embargo también tenía sus proyectos personales, mucho mas serios, libros que deseaba algún día poder llegar a publicar con alguna buena editorial.

-Veamos... Bueno, he de decirte, Rem, que para este cuento fantástico me he inspirado en un antiguo libro de magia bastante chungo que he encontrado en la guardilla.

-¿Como? ¿Un libro de magia dices...? -Rem estaba tumbada entre cojínes morados y negros, en la suave alfombra de pelo granate que tenía Misa en el suelo de su habitación, en una posición que le permitía ver a su amiga rubia que se pintaba las uñas, también en el suelo, con la espalda apoyada en la cama.

Estaban muy cerca la una de la otra por que hacía unos minutos Misa jugaba con los cabellos ahora alborotados de Rem con mucho amor.

-¡Si! Es increíble, a ti te encantaría.

-¿Y que hacía eso allí? -Rem se apartó unos mechones de cabello blanco de su rostro, enderezándose un poco. Le pareció extraño que un libro de magia estuviera escondido en una guardilla, era un poco siniestro, aunque no es que le asustara, mas bien, le interesaba.

-Pues... No lo sé. Sospecho que quizá fue de mi mamá. ¡Cuando ella era joven era igual que yo, Rem!

-Lo se, he visto las fotos. -Rem jamás lo diría en voz alta pero la madre de Misa le había parecido sumamente atractiva, aunque no mas que su amiga rubia, que para ella era no solo atractiva, si no que especial.

-Bueno. El caso es que... Hm... ¿Quieres que vayamos a por ese libro? De hecho, sip, te lo quiero enseñar. -Habló Misa no dejando a Rem opinar aunque no importaba por que seguro que estaba de acuerdo.

Cerró el pintauñas morado brillante con cuidado y se lo pasó a Rem.

-¿Puedes dejarlo en el tocador porfa?

Rem se estiró para alcanzar a ponerlo en aquella mesa negra.

Cuando las uñas de Misa secaron fue que decidieron subir a la guardilla en busca de aquel libro que, no les fue difícil de encontrar debido a que Misa lo había dejado a la vista la última vez que lo estuvo hojeando.

-¿Por que no te lo llevaste?

-Es que... Me ha dado un poco de mal rollo, hay cosas en ese libro que no son muy normales que digamos.

-¿Cómo qué? -Rem apuntaba el libro con la linterna de su móvil, la luz de la guardilla no funciona y la familia no se había molestado en arreglarla, de todas formas, había una ventana que iluminaba el lugar de día, y de noche nadie solía ir allí.

Misa mantuvo el silencio por unos segundos.

-Pues... Vienen redactados a sumo detalle supuestos hechizos y maldiciones, en su mayoría relacionados con la muerte. -Misa sintió un escalofrío de recordar ciertas cosas que leyó. - ¡Incluso hay un apartado dedicado al arte del vudú!

Ambas chicas miraban el antiguo libro de aspecto elegante, su portada era de cuero negro con detalles en plateado y el titulo venia grabado en una tipografía que jamás habían visto antes.

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⏰ Última actualización: Sep 02, 2023 ⏰

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El encanto de la bestia「ᴸᶦᵍʰᵗ ˣ ᴸ」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora