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El Refugio es un edificio viejo de tres pisos, con un aspecto demacrado y un olor a humedad que inunda sus paredes con pintura cayéndose ya por los años.

¿Cuándo habrá sido la última vez que se pintaron? ¿Cuando habrá sido la última vez que una entidad se preocupó por este lugar? ¿Por qué una habitante de este lugar estaba limpiando con una escoba?

La respuesta es simple: de ellos depende este lugar.

Al entrar, lo primero que se ve es el Lobby principal y un escritorio al fondo. Los pasillos de cada piso lo rodean en forma de C y por alguna razón me recuerda a la vista de las cárceles que dan hacia cada calabozo desde el piso principal.

La anciana sigue tomada de mi brazo cuando me dirige al escritorio que vi al inicio. En él, una chica de tez morena y cabello bastante corto se encuentra trabajando en una pila de papeles enorme.

Mi hermano dijo una vez que los del norte están obsesionados con lo que están en esos papeles y que siempre lograban tener cada vez más en su posesión.

No tengo idea de cómo él lo sabía, porque al parecer es real.

- ¡Hola Malena! - La chica, cuyo nombre ahora sé que es Malena, saluda alegremente a la señora. Se ve que le tiene cariño, teniendo en cuenta que la anciana lleva aquí 10 años.

- ¡Sra. Ana! ¿Logró espantar a los muchachos? La vi corriendo hacia afuera y lo único que pude pensar es que estaban molestando otra vez.

- Ni me lo digas, esos críos les hace falta es disciplina. En mis tiempos ningún niño se veía por ahí haciendo de las suyas sin recibir su castigo.

Malena me mira sorprendida, cayendo en cuenta de mi presencia se sorprende un poco, claro ¿Cuándo verías a una chica de mi edad en un refugio de mala muerte? - Hola, soy Malena ¿Vienes por la vacante de voluntario?

- No realmen...

- No, Malena - Me interrumpe rápidamente la Sra. Ana - La señorita...

- Lía, me llamo Lía.

- La señorita Lía está buscando refugio aquí. Vamos a ayudar a la muchacha Malena, tenemos que llevarla a la oficina.

- ¡Oh, claro! Lía, ven aquí, te voy a dar unos formularios para que rellenes con tu información. Cuando termines avísame para llevarte a la oficina.

Malena me da los papeles junto a un bolígrafo y me señala una esquina del escritorio.

Cuando llego, comienzo a escribir todo lo que me pide: nombre y apellido, edad, lugar de nacimiento, antigua residencia, hasta que leo el apartado de Lazos familiares.

Mamá, papá, hermanos, abuelos... Todo lo que una vez me perteneció, lo que una vez fue un lazo familiar ¿Escrito en un papel?

La facilidad que tenía para describir mi mundo, mi vida, en la desesperación y la tristeza era diferente. Tenía a alguien que me entendiera, alguien que escuchaba lo que tenía que decir.

Pero eso terminó.

Terminó el día en que puse un pie en este país.

Dejo el apartado vacío y decido entregar mis papeles. Malena me dirige hacia un pasillo sin salida en el último piso y me deja sola.

Estaba a punto de tocar la puerta cuando escucho unas voces molestas en el interior.

- Abril no me gusta, hasta cuándo va a estar metiéndose en cosas que no son su asunto, esa pequeña bruja no sabe en donde se está metiendo - Aunque están distorsionadas por la puerta, llego a escuchar algo de la conversación.

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⏰ Última actualización: Aug 26 ⏰

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Dime ¿Hasta cuándo? | El Refugio #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora