De vuelta.

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El primer sentido que recuperó Lucy cuando volvió a la vida fue el tacto. Llegaron todos más o menos a la vez, pero ella los notó llegar uno por uno.
Así que lo primero que sintió fue el tacto suave y templado de las sábanas, la extraña textura de los guantes de los médicos y el frío y el dolor de las palas que la devolvieron a la vida.
Después el gusto. Sentía el sabor seco y acartonado de su boca, mezclado con la pasta de dientes sabor a menta.
También en olfato, acompañado del inconfundible olor de hospital, mezcla de olor a limpio y de olor a muerte.
Luego llegó el sonido. Esa fue una de las sensaciones más extrañas. Lucy siempre había creído que los sordos escuchaban aquel extraño pitido que sonaba cuando todo estaba en silencio, sin embargo ella no escuchaba nada. Aunque claro, estar sordo no era lo mismo que estar muerto.
De repente, del silencio absoluto pasó al ruido. Mucho ruido. De fondo el sonido de las máquinas a las que estaba intubada, más cerca la del doctor y las enfermeras.
"Ya está, ya está de vuelta, ahora sólo hay que esperar a que despierte."
"Va a tener que luchar mucho..."
"Si, sin duda."
Y entonces las voces empezaron a alejarse, y se quedó sola con el ruido de las máquinas. No podía abrir los ojos, aunque tampoco tenía un gran interés en hacerlo, necesitaba tiempo para acostumbrarse a su nuevo cuerpo y para conocerlo más a fondo.
Rebuscar en los pensamientos de aquella chica era tan fácil como hacerlo en los suyos propios. Con la pequeña diferencia de que para ella no eran recuerdos, sino imágenes que veía por primera vez.
Pronto averiguó su nuevo nombre: Parker.
"Me suena de algo". Pensó Lucy.
También que tenía 16 años, muchos hermanos y una madre a la que no tenía verdadero aprecio. Su mejor amigo se llamaba Matt y su única amiga Simone.
También compartía su pasión por la música, estaba en un grupo y tocaba la guitarra. Le gustaba leer y la consideraban una friki.
Y a partir de ahí llegaron los malos recuerdos: la marcha de su padre, la muerte de su abuela, el abandono de su madre y todas y cada una de las malas palabras, palizas y ataques que sus compañeras de instituto le habían lanzado. Y la sangre. Sangre en sus brazos y piernas. Y los recuerdos de su último día.
Lo más extraño de todo fue verse a si misma , es decir a Lucy, como si fuera otra persona. Y de repente nada, todo borroso.
Lo último que recordaba era a Matt y a su hermana llorando. Y la noticia de que tenía cáncer.
Lucy sintió una fuerte presión en el pecho. De todas las chicas de todo el hospital, había elegido a la que tenía cáncer y la que, aunque no lo tuviera, tenía una vida de mierda. Pero estaba viva.
Después abrió los ojos. Al principio sólo vio luz, borrosa luz. Después se le enfocaron los ojos, y una voz dijo:
-¿Parker?¿Parker, estás ahí?

Deep inside. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora