"Tengo que llegar a ella...".
Cierto joven de cabellera blanca avanzaba con suma dificultad entre el viento gélido que impacta a en su cara y enfriaba su rostro.
Sus orejas estaban casi congeladas, su nariz enrojecida y los dedos casi necrosados.
Pero, a pesar de esas condiciones, continuaba caminando hacia adelante, sin frenar su andar.
"Debo... debo terminar con esto...".
Se decía, mientras su corazón se hacía pedazos.
Entre más pasos daba, menor era la distancia entre él y su objetivo.
Y, sobre todo, se volvía inevitable lo que haría...
Un debate interno se formaba dentro de él.
¿Hacerlo y salvar a muchas vidas, excepto la de ella?
¿O no hacerlo, condenando a cada ser a varios kilómetros a la redonda, pero permitiendo que esa sonrisa no se extinga?
Era el dilema de quien aspiraba a convertirse en un héroe.
La nieve aumentaba en cantidad y en densidad, impidiéndole continuar con normalidad.
Sin embargo, no desistió en sus intentos.
El frío era muy fuerte.
No faltaba mucho para que sus orejas y la nariz se le cayeran congeladas.
No obstante...
"Yo no importo... lo único que importa... es alcanzarla...".
Las articulaciones le dolían.
La piel se le partía.
Su sangre se escurría y a los pocos segundos se congelaba, frenando la hemorragia.
Solo el entumecimiento en cada parte del cuerpo debido al frío evitaba que se desmayara y, por consecuente, muriera congelado.
"Tú no quieres hacerle daño a nadie, Noel... jamás ha sido tu intención...".
Susurraba a duras penas. La voz le temblaba y sus dientes chocaban entre sí por los espasmos faciales y bocales.
"Vitteaux es el único culpable de todo esto... no tú... no mi pequeña hija...".
Musitó, sintiendo una presión en el pecho.
Noel...
Aquella niña de cabellera gris la cual Syr acogió en "La señora de la abundancia" hace unos días.
La infante que decidió que dicha camarera y nuestro peliblanco protagonista serían sus papás.
Quien reía de felicidad al estar junto a sus "Padres".
Quien solamente buscaba sonreír y obtener una vida tranquila, la cual nunca tuvo...
Parecía como si fuera ayer el día en que la conoció.
Había una fiesta de navidad en el bar que normalmente frecuentaba.
Bell, siendo ya costumbre, visitó a primera hora aquel establecimiento para así obtener el bento diario que Syr le regalaba cada mañana desde que se conocieron.
Al llegar se percató del inusual flujo de clientela tan temprano en el día.
Esto lo extraño, pero no le dio importancia.
Al cruzar la puerta, despertó las miradas de los presentes, sobretodo de la bella camarera a la que buscaba.
Ella amablemente lo saludó a la distancia, pidiéndole que esperara un momento porque buscaría la comida que le cocinó.
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El ángel que los unió...
FanfictionDespués de que una pequeña niña espíritu llegara a sus vidas, Bell y Syr se comenzaron a acercar más y más gracias a ella, fungiendo como sus padres. Sin embargo... ella se fue, desapareció, marcándolos en lo profundo de sus corazones. No obstante...