Capítulo 9. Sálvame de mí misma.

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En Rivira, la ciudad segura dentro del piso 18, se originó un temblor al centro de la misma.

Las piedras se levantaban y las maderas que conformaban las edificaciones y tiendas al interior del calabozo comenzaron a crujir una a una sin aparente fin.

Los visitantes de esta zona, contraria a la actitud que alguien normal tomaría ante este suceso, permanecieron con calma sin que esto influenciara sus actividades.

"Esos dos siguen peleando. ¿Cuánto tiempo va? ¿Día y medio? ¿Dos días?".

Interrogó el dueño de un bar mientras servía las bebidas a sus clientes en la barra con los que frecuentemente conversaba.

"El pequeño novato ha estado siendo víctima de Hildrsleif. No hay duda que en la familia Freya solamente hay monstruos".

Mord le respondió al cantinero, mirando a la ventana como varias explosiones y rayos se levantaban entre el profundo bosque. Incluso percibió movimiento en los árboles aledaños.

"Temo que si no se apresuran a irse, Rivira acabe como la vez pasada con el ataque del goliath negro".

El dueño de, establecimiento se preocupó. Ese día perdió su negocio y le ha costado recuperarlo. Fue buena idea que el gremio se comprometiera a reparar los daños ante tal imprevisto, no obstante, eso no era suficiente. Ante los días sin trabajo, no había podido mantenerse a flote hasta ahora que reinaguró el bar.

"Hablando de eso ¿Aún no te han notificado que el calabozo será clausurado esta misma noche?".

El hombre con la enorme cicatriz en el rostro le preguntó aquello.

"Sí. Tal parece que los rumores de que habrá un gran conflicto acecinándose era verdad. De todas formas, compré el seguro de daños, así que no me preocupo".

Fue la respuesta del susodicho.

Las voces han hablado pasando un mensaje de persona a persona.

En todas las partes de Orario se respira un aire pesado y de no ser suficiente, últimamente el aura de desconfianza, al igual que de temor, se ha afianzado en mayor medida dentro de los corazones de los aventureros y ciudadanos comunes.

"¿Qué sabes sobre eso?".

Cuestionó el cantinero, asentando ambas manos al borde de la barra, reduciendo la distancia entre el cliente y él.

"No mucho. Se cree que las tropas de Evilus se movilizarán y atacarán a quien sea que se interponga en su victoria. Es difícil imaginarme la envergadura del conflicto".

La expresión de ambos cambió rápidamente. En la actual resaltaba una inquietud tremenda sobre su futuro y el de los habitantes.

Era una moneda en el aire.

Han pasado tantos años en los que Evilus ha sido mantenido a raya posterior a la edad oscura. Pero, a pesar de eso, no ha habido una paz perecedera.

Era quietud, no paz.

Hace poco el conflicto volvió a estallar, siendo contenido por la familia Loki y sus allegados. Pero todo parece indicar que eso finalizaría esa noche. Ya no podrían enmascarar los sucesos y fingir que las cosas estaban bajo control.

"Las caravanas de evacuación llegarán pronto. Más te vale no retrasarte".

Mord se puso de pie, sacando una bolsa repleta de valis y asentando un par de ellos al costado de su tarro de cerveza.

"Lo sé, lo sé. Créeme, no tengo ni la más mínima intención de estar en el fuego cruzado. Tuve suficiente con la edad oscura".

El señor rascó su barba blanca como la nieve luego de dar un largo suspiro.

El ángel que los unió...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora